Aunque su llegada fue discreta, se convirtió en una de las ficciones más alabadas por público y crítica del año 2017. La primera temporada de 'The Handmaid's Tale' arrasó en los Premios Emmy con ocho galardones y repitió su éxito en los Globos de Oro, llevándose dos estatuillas más. Ahora, la adaptación televisiva de la novela distópica de Margaret Atwood, "El cuento de la criada", tiene un enorme reto por delante: seguir siendo una serie de culto sin el apoyo de un bestseller. La secuencia que cerraba la primera temporada es la misma que lo hace en la novela, de manera que los guionistas deberán estar a la altura en su ampliación del universo de Gilead. Eso sí, han contado con el apoyo de Atwood para ser fieles y coherentes con su visión de la historia.
Elisabeth Moss en la segunda temporada de 'The Handmaid's Tale'
La segunda temporada de 'The Handmaid's Tale' se estrenará el 25 de abril en Hulu y, tan solo unas horas después, llegará a España el 26 de abril a través de la plataforma de pago HBO. En FormulaTV ya hemos podido ver el impactante arranque de la nueva temporada y os contamos las principales claves y nuestras sensaciones, pero sin spoilers.
Si tienes un poco lejana la primera temporada, te hacemos memoria. La serie nos presenta a la República de Gilead, una sociedad totalitaria que se ha creado tras la disolución de Estados Unidos. Tras la caída en picado de la natalidad y otros desastres, la sociedad norteamericana acaba gobernada por un diabólico fundamentalismo donde las mujeres están sometidas a los hombres, siendo tratadas como bienes de propiedad estatal y obligadas a ser esclavas sexuales en un intento desesperado de repoblar el mundo.
Virtuosismo visual
La segunda temporada arranca con "June", un episodio que profundiza en el universo creado por Atwood. Tras ese taquicárdico final donde vimos como Offred/June (Elisabeth Moss) desaparecía en una furgoneta negra, la ficción comienza con la continuación de los hechos. Lejos de perder fuerza, 'The Handmaid's Tale' vuelve fuerte, sabiendo qué quiere contar y cómo quiere hacerlo, demostrando que son capaces de ampliar ese potente universo con la consistencia y coherencia que necesita.
"June", capítulo de la segunda temporada de 'The Handmaid's Tale'
Tras una primera temporada que irradiaba angustia en cada secuencia, siguen apostando por esa atmósfera oscura. El régimen totalitario se torna más rígido y autoritario, profundizando todavía más en esa sensación de opresión y agonía que tanto caracteriza a la serie. Como ocurrió en su anterior temporada, a nivel de dirección, apuesta por una narrativa audiovisual opresiva, con abundantes planos cortos que inciden en el sufrimiento de las mujeres de Gilead. Incluso logra dejarnos sin habla con una secuencia muy gore.
Una vez más, 'The Handmaid's Tale' continúa deslumbrando con su potente propuesta audiovisual, una de sus grandes bazas. Mike Barker se pone tras las cámaras para dirigir este primer capítulo donde continúa primando la belleza estética sobre la verosimilitud visual, otorgándole una gran personalidad a la puesta en escena de cada secuencia. La simetría y la pulcritud estética, así como la utilización de los colores, genera planos que son auténticas obras maestras. Cabe destacar la ampliación de las localizaciones de la serie y la impactante secuencia inicial con la lluvia, un regalo para nuestros ojos y un duro golpe para nuestro corazón.
Elisabeth Moss sabe decirlo todo con una mirada
Pero más allá del virtuosismo técnico, no podemos olvidarnos del virtuosismo interpretativo que tiene nombre propio: Elisabeth Moss. La intérprete de Offred/June consigue ponernos el vello de punta con solo una mirada. No necesita grandes alardes interpretativos para cautivarnos, las sutiles expresiones lo dicen absolutamente todo. No necesita palabras, no necesita expresión corporal, su rostro es el reflejo de su sufrimiento.
Elisabeth Moss en la segunda temporada de 'The Handmaid's Tale'
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'The Handmaid's Tale' regresa fuerte con este reinicio, ya sin el apoyo de la novela, que vuelve a poner las cartas sobre la mesa con un nuevo objetivo: la rebelión de las mujeres sometidas. Narrada en dos tiempos, con flashbacks de los orígenes de esta sociedad totalitaria, continúa generando escalofríos al hacernos reflexionar sobre lo fácilmente que podrían desaparecer todos aquellos derechos que hoy en día creemos que son inviolables. La línea entre la realidad y la ficción se vuelve muy fina y genera lo que busca: nuestra angustia. La segunda temporada promete estar a la altura de su primera.