Crítica de la tercera temporada de 'Vis a vis': Cambia la cárcel, pero no la esencia

La espera ha sido muy larga. Han pasado casi dos años desde que 'Vis a vis' emitiera el último episodio de la segunda temporada en Antena 3, dejando abierta la puerta a una continuación que parecía que no iba a suceder. Finalmente, las peticiones de la Marea Amarilla se hicieron escuchar y llegaron a los oídos de FOX España. Y atención, seguidores, el regreso de la ficción no podría haber sido más potente.

Antena 3 nos sorprendió con el estreno de la serie al no tener ningún pudor en mostrar desnudos, sexo y violencia en el prime time español, componentes que, en muchas ocasiones, se dejan de lado para prevalecer una ficción familiar. Pero 'Vis a vis' no es así y lo cierto es que no podría haber tenido una mejor acogida que en un canal de pago, donde toda esa oscuridad que envuelve la ambientación continúa más patente que nunca. El comienzo de la tercera temporada no decae con respecto al punto álgido en el que nos dejó la anterior y se agradece, pues todo se dispara desde los primeros minutos del episodio.

Bienvenidas a Cruz del Norte... y a sus peligros

La principal novedad que muestra 'Vis a vis' es el traslado de cárcel, detonante de todo lo que está por ocurrir en esta nueva etapa. Casi podría agradecerse la incapacidad de no contar con los decorados anteriores, puesto que ha supuesto la excusa perfecta para darle un aire fresco a la nueva temporada, poder ver a nuevas presas y, lo mejor de todo, sacar de su zona de confort a las ya conocidas. Toca empezar de cero nuevas historias y descubrir la complicada adaptación en una cárcel donde ellas ya no son la reinas del cotarro y donde los nuevos peligros a los que tienen que enfrentarse se alejan de aquello a lo que estaban acostumbradas.

Las nuevas presas, encabezadas por la comunidad china de Cruz del Norte, llegan pisando fuerte. Ya en el primer episodio se ve de qué son capaces Akame (Huichi Chiu) y su séquito y, si esto no ha hecho más que empezar, todo apunta a que los siete episodios restantes van a ir in crescendo, demostrando la ferocidad de no decir nada. La manera de actuar entre las chinas y las expresidiarias de Cruz del Sur es muy diferente, generándose una notable contraposición y, sin duda, el plato fuerte de la temporada. El silencio con el que trabajan esos personajes muestra una sofisticación muy diferente a la que hemos visto, fuera por completo de esa pasión llena de desgarro, y que logra que la sensación de peligro trascienda la pantalla.

Cruz del Sur también tenía sus propios peligros y si no que se lo recuerden a Saray (Alba Flores) y la razón de su embarazo. El equipo de funcionarios de Cruz del Norte no se va a quedar atrás ni mucho menos. Es más, Altagracia (Adriana Paz) se desvela como uno de los personajes más interesantes con los que cuenta la nueva etapa. Su modo de llevar la cárcel va a traer cola y probablemente una más que nunca a Macarena (Maggie Civantos) y a Zulema (Najwa Nimri), sus dos principales objetivos a abatir dentro de esas rejas. En suma, el final del capítulo ya avanza que va a tornar a un punto en el que terminará sacando de sí toda la rabia acumulada. Entre las chinas y Altagracia, las protagonistas lo van a tener muy complicado para vivir en tranquilidad dentro de la nueva prisión.

Macarena o Zulema: solo puede quedar una

Macarena comienza esta nueva etapa enseñando una parte de sí muy diferente a la que se ha visto en las dos anteriores temporadas: la Macarena más oscura y sin remordimientos. Desde el primer minuto se muestra así, dejando en el aire de cara a próximos episodios la razón del cambio. Pero eso sí, es la mejor Maca, aquella que no tiene nada que perder y que lo va a dar todo por llevar el control. ¿Recordáis a la Macarena agresiva y sin piedad de la segunda temporada? Pues incluso la mejora. El desarrollo del personaje interpretado por Civantos es de alabar y ha conseguido convertirse en uno de los más ricos y con mayores matices.

Zulema reaparece tras despertarse del coma con ansias de venganza hacia Macarena tras su última confrontación. Pero la llegada a Cruz del Norte y los nuevos frentes que se les abren las van a unir dentro de su rivalidad. Ese constante "frenemies" que han mostrado siempre se va a acentuar más que nunca. Las dos saben que una tendrá que acabar con la otra en algún momento, pero lo cierto es que se necesitan para sobrevivir dentro de la cárcel. Zulema y Maca forman una de las parejas más interesantes de la pequeña pantalla y va a ser muy divertido ver cómo salen al paso de cada obstáculo juntas.

Una de las nuevas incorporaciones que parece que va a tener gran peso en la serie es el del personaje de Ruth Díaz. La actriz se pone en la piel de Mercedes Carrillo, una política condenada por cohecho y prevaricación. Recuerda en muchos aspectos a los inicios de Macarena en Cruz del Sur, dado que repite patrones como el de mujer engañada, frágil y al que las presas veteranas quieren utilizar. Por tanto, la introducción de Mercedes viene a suplir la falta de esa Maca de la que ya no queda rastro.

En cuanto al resto de las presas ya conocidas, no existe un gran foco de atención en ellas. La relación entre Saray y Rizos (Berta Vázquez) se mantiene tal y como vimos al final de la segunda temporada, con la primera embarazada y la segunda manteniendo un cierto cariño a Macarena. La trama más interesante que se plantea se encuentra entre Sole (María Isabel Díaz) y Anabel (Inma Cuevas), quienes están ahora enfrentadas tras el robo del dinero de Anabel en la temporada anterior y el desenlace del asesinato del marido de Sole.

'Vis a vis' ha regresado pisando fuerte y demostrando que en estos casi dos años de vacío no ha perdido ni un ápice de lo que fue. La Marea Amarilla se va a sentir muy orgullosa al ver lo nuevo de la serie, puesto que regresa sin perder su esencia, solo mejorando y viendo cómo las nuevas introducciones le aportan aristas que le hacen brillar. El formato de 50 minutos, unido al hecho de encontrarse en una televisión de pago, le ayudan a crecer y conseguir firmar lo que parece que será un gran inicio de nueva etapa. 'Vis a vis' vuelve a demostrar que es pasión, energía, rabia y, lo más importante, que no se esconde a la hora de enseñar, consolidándose como una de las series esenciales de la ficción española.