La marcha de María Lapiedra a Honduras dejó muchos frentes abiertos en España y su inesperada vuelta a los platós de Telecinco ha vuelto a destapar la caja de Pandora. La que prometía ser la estrella de la actual edición de 'Supervivientes' abandonaba el concurso a principios del mes de abril alegando que echaba mucho de menos a sus hijas y necesitaba volver a España.
María Lapiedra y Mila Ximénez, enemigas públicas
Los apoyos de Lapiedra en España han sido casi nulos. Exceptuando el recibido por su novio Gustavo González, la exconcursante se ha encontrado con todo un huracán de ataques a su vuelta al plató de 'Sálvame'. Una de las más críticas con ella ha sido la colaboradora Mila Ximénez, que no ha dudado ni un minuto en reprochar la impasividad y nula actividad de Lapiedra en Honduras. La fallida superviviente fue clara con la colaboradora: "Si quieres guerra, la vas a tener".
"Te has estado riendo en publicidad del programa, de nosotros y de todo esto", dijo la colaboradora, comentario que bastó para encender la mecha entre los dos. Ximénez seguía sus reproches con imitaciones y burlas hacia la exconcursante que ha terminado por estallar contra la colaboradora. "Prefiero bailar en un hotel para mantener a mis hijas que venir aquí a rajar de todo el mundo", gritó Lapiedra. Una pelea que no llegó a buen puerto y que acabó abriendo más la brecha entre las dos, llegando a insultos de mayor índole que dejaron a la altura del betún las burlas de Ximénez. "A mi edad vas a estar para descambiarte, con la vida que tienes", gritó Mila cuando María arremetió contra su edad.
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Multada por Mediaset
No solo de ataques está llena la vuelta de María Lapiedra a nuestro país, pues su abandono voluntario de la isla ha hecho que caiga un sanción económica sobre ella por incumplimiento de contrato. Tal y como recogimos hace unos días, la catalana tendría que hacer frente a una multa de alrededor de 12.000 euros que se verían restados de su salario cobrado por cada semana de participación en el reality de Telecinco. Una cifra muy alejada de los 60.000 euros que Kiko Hernández y Rafa Mora defendían.