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La vida de Eva Perón fue todo un símbolo para muchas personas en Argentina, y tras su fallecimiento, todos los seguidores que consiguió durante su tiempo como primera dama, siguieron haciendo muchas de las cosas que impulsaba Eva, como conseguir el voto femenino, incentivar becas, comedores sociales y hospitales. Pero no todo era gloria para ella, y es que este símbolo también tuvo muchos detractores.
Iker Jiménez y Eva Perón
La nueva mujer de Perón practicó ceremonias ocultas con su cuerpo
David Placer, historiador e investigador del programa, develó que el cuerpo fue profanado en varias ocasiones, llegando a ser mutilado de una mano y violado por las personas que los custodiaban, ya que eran contrarias a lo que representaba Eva, y por ello tuvo que ser enviado a Milán, cambiando su identidad, para que no fuera encontrado por estas personas.
Tras unos años fuera de su país, el presidente Perón fue el encargado de recoger el cuerpo que llegó a España en un camión de floristeria, y desde ese momento, Isabel, tercera y última esposa de Perón, se hizo cargo del cadáver. Precisamente, según se narró en el programa, "se le llegaron a practicar una serie de ceremonias y exorcismos" para contagiarse del carisma de Eva. Finalmente, para que no fuera profanado de nuevo, su familia decidió enterrar el cuerpo a ocho metros de profundidad.