El 2 de mayo, Telemadrid ha emitido en directo los actos oficiales por el día de la Comunidad de Madrid. Entre ellos, la Condecoración de la Orden del Dos de Mayo, llevado a cabo en la Real Casa de Correos. En esta ocasión, las Medallas de Oro estaban destinadas al escritor Alfonso Usía y, a título póstumo, al deportista Ángel Nieto; mientras que las Medallas de Plata fueron a parar a la Unidad de Trasplante Cardíaco Infantil del hospital Gregorio Marañón y a la actriz Gemma Cuervo ('Aquí no hay quien viva'), quien ha hecho un emotivo discurso cargado de feminismo.
Gemma Martínez en el acto de Condecoración de la Orden del Dos de Mayo
"No sé qué decir nada más que dar las gracias a que se hayan acordado de mí para darme cariño, arroparme", comenzó la barcelonesa, visiblemente emocionada, quien reconocía que "no se había movido de Madrid desde los años 60". "He trabajado como una leona por la cultura, como han trabajado muchas mujeres, y por eso la cultura tiene una mayor visibilidad. Porque algunas, muy pocas, hemos luchado porque el pueblo español, sin delimitación de fronteras, fuera un pueblo culto, que supiera escuchar y, sobre todo, hablar", prosiguió la actriz de 'La que se avecina'.
Una vez dicho lo que tenía en mente, Cuervo pasó a leer lo que había preparado, después de admitir que no quería extenderse más. "El micro me puede", bromeó la actriz, despertando algunas carcajadas entre los asistentes. "Es un honor para mí, mujer, recibir este reconocimiento, que junto a otras de mis compañeras de mi generación, pocas, conseguimos hacernos respetables y respetadas en el mundo de la cultura", leyó la actriz, que admitió que todo ello había ocurrido "en un momento en el que socialmente eran todo dificultades y restricciones para la mujer".
Lo más leído
"Hacia la igualdad y la paz"
"Estoy muy orgullosa de haber aportado algo, como motor de cambio social, y empezar a dar a la mujer visibilidad en la cultura. Algo necesario en nuestro camino hacia la igualdad y la paz", concluyó la actriz despertando el aplauso del público. Fue en ese momento cuando Ángel Garrido, presidente autonómico en funciones tras la dimisión de Cristina Cifuentes, se acercó para anunciarle que su tiempo se había acabado, ante lo que Cuervo hizo gala de su buen humor. "Qué pena, tengo que abandonarte", se despidió, acariciando el micrófono.