Una vieja conocida regresa a 'Anatomía de Grey' en el 14x21

En el anterior episodio de 'Anatomía de Grey' fuimos testigos de cómo unas simples galletas conseguían estropear la gala de presentación de los proyectos participantes en el concurso financiado por Jackson de forma anónima, un evento que terminaba cancelándose temporalmente debido a la indisposición de sus participantes, que ingirieron, sin saberlo, galletas cocinadas con marihuana. Además, Avery descubría que su abuelo era un acosador de mujeres y, lo que es peor, su propia madre se encargó de encubrirle, aunque lo hizo porque no tuvo más remedio. Por su parte, Owen conocía al bebé que va a cuidar en acogida durante una temporada y que el demostrará lo que es ser padre de verdad.

En este episodio veintiuno de la decimocuarta temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "Bad Reputation", la prensa ha sacado a la luz la noticia sobre el terrible pasado del abuelo de Jackson, una información que ha corrido como la pólvora gracias a las declaraciones de las decenas de mujeres afectadas. Ahora el hospital tiene que realizar un lavado de imagen por completo para recuperar el honor y no perder lo que tanto les ha costado conseguir. Asimismo, una vieja conocida regresa al Grey-Sloan Memorial Hospital, aunque esta vez como la madre de un paciente. Además, Jo y Alex preparan su boda, pero un inesperado suceso provoca un cambio de actitud repentino en Karev.

Fantasmas del pasado

Después de superar muchos baches en el camino (y los que les quedarán probablemente), Karev y Jo por fin respiran tranquilos y felices e incluso preparan su inminente boda. Pero de repente, al observar su cuenta bancaria, el rostro de Karev cambia por completo, desconcertando a su futura mujer y a los propios espectadores. Como es habitual en esta ficción, las historias felices no duran mucho tiempo, aunque por fortuna, en esta ocasión, el malentendido se resuelve rápidamente, desvelando que Alex no se ha arrepentido de querer contraer matrimonio, sino que ha descubierto que su madre no está recibiendo el dinero que siempre le envía, por lo que algo le debe de haber ocurrido a la mujer. Tampoco es un final feliz, pero de momento el amor sigue triunfando y han abierto una nueva trama repleta de misterio.

Las sorpresas continúan en este episodio con la llegada al hospital de la enfermera Olivia, aquella mujer que los seguidores de la serie recordarán porque mantuvo relaciones sexuales con Alex y George y se contagiaron de una enfermedad venérea. Sin embargo, ahora reaparece no como nueva integrante de la plantilla del hospital, sino porque su hijo ha sufrido un pequeño accidente. Esta trama podría haber tenido mucho más jugo, pero se ha quedado como una mera anécdota y como recurso para que Jo descubriera una parte del pasado de su futuro marido, cuando Karev era mucho más alocado y mujeriego.

Lo que tampoco esperábamos era que Roy, el residente que fue despedido en el anterior episodio por poner en peligro la vida de los pacientes al no reconocer que había tomado una de las galletas de marihuana, va a demandar al hospital por despido improcedente. Cuando parecía que Bailey tenía todo controlado, de nuevo surge un problema que podría dañar más todavía la imagen del hospital. ¿Qué decisión tomará la directora al respecto? ¿Acabarán en juicio o lo readmitirán sin más a pesar del error que cometió y que podría haber supuesto la muerte de algún paciente?

Lavado de imagen

Después de que saliera a la luz que el abuelo de Jackson era un acosador de mujeres y que pagaron a todas ellas para que guardaran silencio, la prensa hace guardia a las puertas del hospital buscando las declaraciones de todos aquellos que trabajan en el centro sanitario. Por su parte, decepcionada y desilusionada con todo lo sucedido, Meredith ha decidido devolver los premios Harper Avery que posee, algo que no ayuda para nada a revitalizar la imagen del hospital y la fundación Avery. Pero a Meredith poco le preocupa el prestigio, prefiere trabajar de forma ética y ayudar a aquellas mujeres afectadas.

Sin embargo, aunque no le guste la idea, Meredith sigue formando parte de la junta del Grey Sloan Memorial Hospital y no tiene más remedio que aceptar trabajar junto a Jackson para ofrecer una buena imagen intentando salvar la vida de un joven con un enorme tumor. Esa operación les permite mostrar al mundo no solo que tienen espíritu caritativo, sino que son los mejores en lo que concierne a la innovación quirúrgica. Finalmente, es la propia Meredith la que logra encontrar la solución al problema: disolver la fundación Harper Avery y crear una nueva con el nombre de Catherine, permitiendo así que una mujer tenga un papel importante en la historia de la medicina.

Un futuro esperanzador

No ha pasado mucho tiempo desde que Owen se ha convertido en padre provisional de Leo, el bebé que tiene en acogida, pero el cariño que siente por el pequeño es más que evidente. No obstante, eso no ha evitado que la madre de Leo se encuentre presente en las revisiones médicas del bebé y pueda seguir viéndole cuando lo desee, algo por lo que Hunt quiere apostar, puesto que en ningún momento desea que Leo crezca sin conocer a su madre. Además, ha descubierto que la madre es una joven adolescente que no ha tenido más remedio que dejar que otros cuiden de su hijo.

Pero esta historia tiene mucha más miga de la que parece y, aunque tiren de tópico, han logrado darle una vuelta a la historia y hacerla más atractiva. Para empezar, Amelia, que tiene muy buen ojo para estas cosas, se ha percatado de que la madre de Leo es drogadicta y ha hecho todo lo posible hasta que la joven ha aceptado que la doctora Shepherd sea su tutora. Y no acaba ahí la cosa, el propio Owen ha sido el encargado de ofrecer su casa para que todos convivan en una especie de familia disfuncional que podría darnos alguna que otra sorpresa, tanto para bien como para mal.