María Jesús Ruiz tras su corte de pelo en 'Supervivientes 2018': "Cada mechón era parte de mi vida"

Las condiciones a las que están sometidos los concursantes de 'Supervivientes 2018' de sobra sabemos que son extremas. Con el hambre que pasan, los hemos visto desmayarse, desvariar, sacar su peor humor e incluso hacer como que comen aire y autoconvencerse de que les sabe bueno. La organización sabe a qué teclas tocar para ofrecer una noche de espectáculo en cada gala y jugar con el hambre de los supervivientes es un recurso muy utilizado.

Sin duda, la protagonista de la última prueba de tenciaciones fue María Jesús Ruiz, a la que se le ofrecieron tres bocadillos de calamares. La modelo supo jugar muy bien las caras y consiguió que cambiasen esos tres bocadillos por tres pollos asados divididos en tres días diferentes y acompañados de una buena ración de patatas fritas y, como la organización cedió, Raquel Mosquera, máquina en mano, tuvo que rapar a su compañera y dejarle el pelo muy corto a pesar de que, como ella mismo repitió una y otra vez, se casa el próximo mes de septiembre.

Lo cierto es que la modelo está muy favorecida con este corte de pelo, sin embargo, no le fue fácil tomar la decisión: "Cada mechón que se me caía era como parte de mi vida, porque la ilusión mía era que me creciera para la boda, entonces ahora imagínate", confesaba la concursante a las cámaras del reality. Sin embargo, sus compañeros no dudaron en decirle lo bien que le quedaba su nuevo look y que había tomado la decisión correcta.

El resto de tentaciones

María Jesús Ruiz fue, sin duda, la más valiente de sus compañeros, ya que la prueba propuesta a Raquel Mosquera consistía en cortarse el pelo a cambio de hablar con su novia, sin embargo el influencer, alegó que su pelo era su herramienta de trabajo y que no lo podía hacer. El programa, siendo muy benevolente con el concursante, decidió dejarle sin elemento para su pelo a cambio de un minuto y medio de conversación. Peor fue el juego de Logan, que no permitió ceder sus puntos de nominación por un día entero de gafas y elementos de pesca.