Vuelve a 'El hormiguero' el Hollywood más dorado que tiene a miles de fans pendientes de cada paso. Ryan Reynolds y Josh Brolin han visitado el programa de Pablo Motos con una nueva entrega del antihéroe favorito de América, "Deadpool", como escuxa. Los actores han charlado con el presentador del descarado enmascarado y lo difícil que fue para Reynolds conseguir que su personaje tuviese un hueco en la gran pantalla.
Ryan Reynolds y Josh Brolin en 'El hormiguero'
Ryan Reynolds se mostraba entusiasmado con el proyecto porque "nos hemos esforzado mucho". El actor ha querido poner de manifiesto que en cierto modo el personaje tiene mucho de sí mismo tal estar luchando por un hueco y una oportunidad: "Llevaba once años intentándolo hacer, a veces ni me cogían el teléfono", agradeciendo a Internet el apoyo que supuso la apuesta definitiva de la productora por la película, "Es su ADN lleva tanto tiempo con él que es el que mejor lo conoce", apuntaba, además su compañero.
Una conjución entre antihéroe y actor que ha costado algún disgusto a su hija por la particularidad física de Deadpool con el rostro quemado: "Mi hija se puso a llorar una semana entera, fue increíble", remarcando, "Mi mujer no la ha vuelto a traer al rodaje".
Los golpes de Hollywood
Fibrados para interpretar a cada uno de sus personajes, Brolin bromeaba sobre quien de los dos era mejor luchador: "Ryan tiene 41 años, yo 50, así que yo", teoría apoyada por su compañero: "No he visto a un tío acumular tanto músculo en 11 semanas en mi vida". Y es que, a pesar de que "nunca nos llegamos a pegar", ambos han reconocido algunos golpes que dieron en el cine: "Hice una película con Sean Penn que tenía tanto miedo que le pegara que me pegó él y me saltó un diente", contaba el intérprete que da vida a Thanos, mientras que Reynolds mostraba su mala conciencia con Denzel Washington: "Le puse el ojo morado y me sentí fatal. Fue uno de los peores momentos de mi vida".
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Sin embargo, la confesión más llamativa de la noche ha venido de la mano de Josh Brolin, que hablaba de la mala época que pasó tras triunfar con "Los Goonies": "Fueron 20 años de depresión hasta que me llegó un trabajo", reconociendo, además, que durante 15 años: "No quería oír hablar de "Los Goonies". Aún así, el actor no ha querido dejar un mal sabor de boca, señalando que a día de hoy: "Fue mi primera película y una gran experiencia de mi vida, me encanta".