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Coto Matamoros ha vuelto a atraer el foco de atención gracias a la publicación de sus memorias, bajo el título "Libro de reclamaciones. Algo así como unas memorias". En el libro, Matamoros recoge algunos de los momentos más emblemáticos de su vida que lo han marcado tanto para bien, como para mal, tal y como recoge la web de Telecinco. Entre ellos, su relación con María Teresa Campos y Lydia Lozano.
Coto Matamoros
Coto también ha dedicado algunas páginas para hablar de Lydia Lozano, a la que recuerda con cariño. "Me cuidaba en mis noches de excesos con puro instinto maternal", escribe el excolaborador, que también hace referencia a los motivos de su distanciamiento. "Por esa elemental realidad humana que es el instinto de supervivencia, Lydia no disparó, pero permaneció callada", recuerda Matamoros. "Nuestra amistad se la llevó su sueldo, pero siempre quedará la reminiscencia del brillo residual de aquella explosión de hermandad", matiza el excolaborador de 'Crónicas marcianas'.
"Supliqué a Dios que lo matara"
Matamoros también ha tenido un hueco para hablar de su padre y de la educación que recibió. "Con persistencia sufrí una hostilidad verbal indecente e imperdonable que incluyó el insulto, el desprecio, la amenaza y el confinamiento; y esa brutalidad afectó a mi desarrollo psicológico", recoge el excolaborador que, de hecho, admite que "suplicó a Dios para que lo matara". Sobre su estancia en la cárcel, Matamoros señala que la celda "era la mugre misma: una cochambre que tenía una cama roñosa sin colchón. Olía a orines y miedo".