Programa relacionado
'Supervivientes 2018', en imágenes 29 fotos
El culebrón de la edición podría estar viviendo sus últimas horas en 'Supervivientes 2018'. Y es que Sofía Suescun y Alejandro Albalá están muy cerca de llegar a la reconciliación definitiva. La expareja han acercado posturas en las últimas horas tras varios días de discusiones y desencuentros, y es posible que el final de la visita de Albalá se finiquite con la esperada reconciliación.
La navarra tiene claro que necesita reconquistar a su ex y está dispuesta a todo para conseguirlo. La concursante ha conseguido hablar, por fin, con Alejandro, que se resistía a hablar con ella. Así, Sofía ha podido explicarle que no fue ella la que tomó la iniciativa con Logan, sino que era él quien quería llegar a más: "Sí que hubo tonteo, y por eso te pido perdón".A un paso de la reconciliación
Por otro lado, la concursante ha puesto las cartas sobre la mesa para reconducir la situación: "Eso me hace sentirme como una p*** mierda, pero en la vida te he puesto los cuernos. Tengo claro que no quiero perderte por nada del mundo". Por su parte, Alejandro ha concedido por fin el perdón a su ex, aunque le ha explicado que necesita algo de tiempo para olvidar: "Perdonar, te perdono. No sé si olvidaré o no, ni si podré estar contigo o no. Es innegable que quererte, te quiero. Pero creo que me hace falta tiempo".
El Maestro Joao sale en defensa de Sofía
Por otro lado, el Maestro Joao ha denunciado el machaque psicológico al que está siento sometida Sofía Suescun en los últimos días. Tras un desencuentro por las jornadas de pesca en la isla, Logan y Sergio han criticado a la navarra frente a Alejandro, con la intención de ponerle en contra de su ex. Es por ello por lo que el Maestro Joao ha salido en defensa de la chica.
El adivino ha embroncado a los concursantes por sus palabras: "Ha sido un golpe muy bajo, es innecesario. Hay que tener un poco de decoro. Tú (Alejandro) estás ahí ahuevado. Si la quieres, saca la cara por ella. Basta ya". Parece que los ánimo en Playa Uva no van a calmarse hasta que, al menos, Albalá regrese a España.