Los colaboradores de 'Sábado deluxe' ponen en duda el robo a Sonia Monroy y se ríen de ella

Sonia Monroy no gana para disgutos. Tras pasar por una situación para nada agradable a su llegada a España desde Los Ángeles en el aeropuerto de Barcelona, se sentó en el plató de 'Sábado deluxe' el 7 de julio para contar cómo vivió el robo de su bolso, en el que llevaba parte de sus caras e importantes pertenencias, algo que pusieron en duda los colaboradores.

"Enseguida mi esposo me dijo que cogiese lo de buscar el iPhone para rastrearlo. Ahí vimos cómo salía del aeropuerto...", así comenzó relatando Sonia Monroy lo que hizo en el momento en que le robaron el bolso, provocando alguna que otra risilla en el plató. "¿Y viste cómo se iba y todo? ¿Y no fuiste a la policía en ese momento para que vieran por dónde iba el coche?" preguntó Diego Arrabal escéptico.

Pero Sonia Monroy, que ya sabe de televisión, iba en modo zen: "¿Sabes qué pasa? Que hoy vengo en son de paz y no voy a pelear", le decía al periodista. María Patiño, que veía que la entrevista se podía complicar, intentó llevar a la actriz por otros derroteros: "¿Y dentro del bolso qué había de valor?", preguntaba la presentadora.

"Los anillos de boda, me los guardé en el bolso porque se me hinchan los dedos", contestaba Monroy. Núria Marín también dudaba de su testimonio: "A mi no me cuadra que saques el móvil y no saques los anillos una vez que has aterrizado", le decía y Diego Arrabal añadía: "Y conforme pasaba todo tú te ibas grabando". Pero actriz tenía respuestas para todo: "Yo lo grabo todo, me gusta grabarme, ¿qué pasa? ¿Hay algún problema?".

¿Qué le han robado?

"Cuando yo empecé a hacer la denuncia, no sabía ni lo que tenía en el bolso. Luego yo he ido agrandando la denuncia. De lo que yo más me acordaba era de la Green Card, que es lo más importante y que ahora tenemos un problema para entrar en Estados Unidos, los anillos de boda, el reloj de mi papá, el Cartier de oro, unos 9 mil y pico dolares, los pasaportes, el carné...", confesaba Sonia Monroy generando la confusión entre los colaboradores que miraban con desconfianza a Monroy.