El miércoles 11 de julio finalizó en laSexta una temporada apoteósica de 'Pesadilla en la cocina'. A lo largo de 10 entregas, Alberto Chicote ha recorrido parte de la geografía española con la intención de ayudar a que distintos restaurantes salgan a flote o consigan mejorar en ciertos aspectos que no funcionaban. Sin haber tirado la toalla, el equipo del programa ha hecho todo lo posible, aunque una vez finalizada esta sexta tanda de capítulos, es momento de hacer balance de cómo les ha ido a los distintos locales.
Alberto Chicote y el cocinero de El racó marítim, en 'Pesadilla en la cocina'
Nadie puede culpar a 'Pesadilla en la cocina' de que un restaurante al que ha acudido esté actualmente cerrado, ya que ellos han dado las herramientas pero no son los responsables de que el equipo del local las asuma y las utilice una vez ha finalizado la grabación. Quizás este comentario sea innecesario decirlo, pero es que los resultados son alarmantes, ya que el 60% de los restaurantes de la última temporada, emitida desde el 9 de mayo, han echado el cierre.
Son cuatro los restaurantes que, después de su grabación (porque recordemos que la temporada llevaba más de un año grabada), siguen abiertos. Estos son el Mizuna Thai, de comida asiática; El Rosal, lleno de insultos, acusaciones y una desbordante falta de comunicación; Tetería Nazarí, que no funcionaba mal; y Olé (renombrado como Maltea), un restaurante en Pamplona con patio andaluz y rancheras en directo.
Los restaurantes que han echado el cierre
Pero en la otra cara de la moneda nos encontramos con 6 restaurantes que ya no existen tal y como los vimos en el programa de laSexta. En algunos casos se veía venir pero en otros puede haber sorprendido que ya no sigan abiertos o hayan sido traspasados. Así, en Cantabria ya no se puede acudir a Casa Pili, cuya comida provocaba náuseas a la propia dueña; ni en Almería a Generación del 27 (renombrado como Taberna del Sur), donde el dueño lanzaba platos de comida y la cocinera descargaba su ira contra el mobiliario.
Tampoco podrás ya degustar ni conocer a los empleados de A Cañada, un premiado restaurante asturiano en el que servían fabadas de bote; ni a los de El racó marítim, situado en la playa de Valencia que ofrecía una paella incomestible; ni a los de La Casuca, cuya dueña trataba con muy poco respeto a sus clientes; ni a los de Phoenix, sirviendo esos sándwiches resecos y hamburguesas espantosas.
"Una profunda tristeza"
Alberto Chicote, en 'Pesadilla en la cocina'
Cuando FormulaTV entrevistó a Chicote al inicio de la temporada, el chef confesó que siente "una profunda tristeza" cuando un restaurante del programa cierra. "Para mí, que un restaurante cierre, es que la gente con la que has trabajado y que terminas cogiendo mucho cariño, ver que tienen que abandonar el sueño que de tener un negocio rentable que les diera de comer, da mucha rabia. No le deseas nada malo y que un restaurante cierre sí es algo malo", aseguraba.
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Fantásticos datos de audiencia
Pese a que en su sexta temporada ha tenido que enfrentarse contra pesos pesados de la competencia, ha registrado un fantástico 10,6% de media contando con 1.729.000 espectadores. Fue la primera entrega de la edición la menos vista (8,7%) mientras que la que mayor share obuvo (12,5%) y con la que rozó los 2 millones de espectadores, fue con La Casuca.