El restaurante del amor que regenta Carlos Sobera da pie a tantas situaciones inesperadas como el número de solteros que acuden a 'First Dates' en busca de su media naranja, pese que para muchos de ellos esta decisión sea otro paso en falso dentro de su historial amoroso. El programa de Cuatro esta vez ha hecho aguas en su intento por hacer que el amor surja entre dos desconocidos en tiempo express que lo único que parecían tener en común era Rusia, país natal de los dos pretendientes.
La cena de los rusos en 'First Dates' hizo agua por todos lados
La cita entre Artemio y Elena ha sido una batalla campal entre los dos que ha dado pie a una de las situaciones más incómodas y machistas que ha vivido el dating show de Mediaset. El boxeador ruso parecía no tener muy claro el concepto de caballerosidad y así lo ha dejado ver en esta cita, donde aseguró que su pretendienta era "muy rubia", haciendo referencia a la poca inteligencia con las que se les relaciona a las rubias.
Los "piropos" de Artemio no se quedaron quedado aquí, y la también rusa tuvo que ver como su cita le volvía a faltar el respeto con un comentario que sí que le molestó y supuso la gota que colmó un vaso que ya estaba rebosando desde el inicio de la cena. "Eres muy viejita para mi. Esperaba, no sé, esperaba alguien más joven", le espetó Artemio a una ojiplática Elena.
Elena, tachada de "vieja"
"Lo siento por haberte encontrado a esta vieja aquí", dijo Elena disculpándose tras este gesto tan "amable y caballeroso", como ella misma definió. "No habría esperado que en una primera cita con un chico tuviera que soy una persona muy vieja. Parece que tengo 80 años", exclamó enfadada la rusa. Pese a lo dicho por Artemio, la diferencia entre los dos pretendientes era de diez años solamente. "No estoy acostumbrada a estar escuchando que soy vieja", repitió Elena.
El boxeador no tuvo otra vía que excusarse, asegurando que lo hizo para matar toda esperanza de que ellos dos pudieran tener algo más allá de la cena, no para ofender a la comensal. Elena no perdió los papeles hasta el último minuto, donde minutos antes de abandonar la mesa, se confesó y le dijo a su acompañante que era todo un "gilipollas". Esto hizo que la incómoda cena llegara a su fin.
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"Tráeme otro chico más guapo e inteligente"
El encuentro acabó como el rosario de la Aurora y no hubo otra salida que la de evacuar este plan fortuito y esperar a que Cupido estuviera mucho más acertado en los próximos encuentros que se dan cita en este restaurante del amor. "Me están diciendo cosas raras que no me gusta escuchar. No quiero seguir con la cita. Tráeme a otro chico mucho más guapo, rico e inteligente", soltó Elena ya en la puerta del restaurante.