Cuando una mitad del país está de vacaciones y la otra mitad cuenta los días para comenzarlas, es el momento en el que las zonas de costa despiertan de su letargo invernal. La población se duplica, la demanda de servicios crece y, lo más importante para los medios de comunicación, la actualidad se desplaza a las localidades costeras que se convierten en los puntos clave de interés informativo.
Verónica Dulanto en Ibiza
A las ciudades costeras con más movimiento se desplazarán los reporteros de 'El verano En el punto de mira' como Verónica Dulanto, Boro Barber, Juan Carlos González, Pablo de Miguel, María Miñana o Mireia Llinares, para investigar casos de interés social relacionados con el consumo, la convivencia, la salud y las posibles estafas que se generan en la época estival. Así se plantean las nuevas entregas del programa de reportajes que Cuatro estrenará el próximo lunes 30 de julio a las 22:30h.
Ibiza, primer destino de 'El verano En el punto de mira'
Según datos de la Organización Mundial de Turismo, España es el tercer estado más visitado del mundo. En 2017, 82 millones de personas viajaron hasta nuestro país. Muchos de esos turistas recalaron en las costas ibicencas, una zona que concentra, gracias a la belleza de su paisaje y el desarrollo de sus servicios, turismo a gran escala y de todo tipo, desde el lujo más exclusivo al low cost.
Verónica Dulanto se adentrará con cámara oculta en el corazón de este tipo de turismo, ubicado fundamentalmente en San Antonio, un municipio que concentra en pocas calles muchos locales de ocio. Su ayuntamiento ha puesto en marcha una medida pionera: adelantar el cierre de las seis a las tres de la madrugada, una medida que podría minimizar los disturbios ocasionados por el consumo excesivo de drogas y alcohol. La reportera también acudirá a un hotel con precios muy baratos y ocupación fundamentalmente británica que ha registrado numerosas incidencias, entre ellas algunos casos de balconing.
Ibiza, muriendo de éxito
El programa también abordará otra realidad: la de los trabajadores sin techo, que refleja la Ibiza empobrecida. Los empresarios necesitan mano de obra, pero muchos trabajadores se lo piensan dos veces porque no encuentran ni una habitación para alquilar a un precio razonable. Algunos de estos trabajadores duermen en la calle, en coches y roulottes, o viven gracias a la ayuda de Cáritas.
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Además, alquilar una habitación en Ibiza es casi misión imposible: casas que se subalquilan, camas en terrazas e infraviviendas alquiladas a cualquier precio. Los locales comerciales también se ven afectados: los alquileres pueden subir tanto que algunos empresarios se ven obligados a desplazarse a otras zonas.