La peculiar casa de 'Los Simpson' existe en la vida real y esconde una curiosa historia

Allá por el año 1997, las compañías Fox y Pepsi organizaron un brillante concurso dedicado a los fans de los 'Los Simpson'. El premio era tan sorprendente como difícil de creer y es que se trataba, ni más ni menos, de conseguir una casa calcada a la de la familia más conocida de Springfield. La causa de crear tal concurso era promocionar a una inmobiliaria llamada Kaufman and Broad y, tras el visto bueno de Fox, se empezó a promover. La estrategia les salió, en un principio, muy bien ya que fueron más de medio millón de personas las que visitaron el pintoresco hogar de Evergreen Terrac pero tan solo hubo una afortunada.

La ganadora del concurso fue Bárbara Howard, una estadounidense jubilada de 63 años que vivía en Kentucky. La señora vivía en un apartado pueblo, un lugar tan alejado de la sociedad que la limusina enviada por Fox para recogerla no fue capaz de acceder a la aislada ubicación. Así que la cadena decidió comprarle un vuelo a Howard que acudió junto a sus dos hijas y a su nieto.

La casa de la familia Simpson se encuentra concretamente en el estado de Nevada, en un municipio llamado Henderson. Una vez allí, la familia Howard fue recibida por todo lo alto con fotógrafos que las recibieron como si de una actriz de Hollywood llegando a la alfombra roja de los Óscar se tratase. Tras el posado, Fox les hizo entrega de una llave ceremonial gigante y, después de 4 meses de intenso concurso, por fin la casa de los Simpson ya tenía a su nueva dueña dentro.

Sin embargo, la ilusión a los Howard les duró tan poco que tan solo unos pocos días después dieron la noticia de que no querían la casa y preferían volver a su humilde hogar de Kentucky. Así que Fox llegó a un acuerdo con Bárbara Howard y les compró la casa por 150.000 dólares. De nuevo, la casa Simpson se volvía a quedar vacía y, tras la gran cantidad de curiosos que seguían yendo a visitar la casa, los vecinos comenzaron a buscar excusas para disimular su turismofobia y empezaron a quejarse con que el color amarillo que cubría la fachada no era acorde con el resto de casas del pueblo. Así que tuvieron que repintarla con un color más sutil para apaciguar la ira del vecindario.

El desenlace

Finalmente, tras ser okupada y saqueada varias veces, la compañía decidió volver a ponerla en venta. No fue hasta cuatro después, en 2001, cuando llegó Danielle junto a su marido y sus dos hijos, y decidieron adquirir el inmueble. En un principio, la nueva familia no se había percatado de que se trataba da la casa de la peculiar serie de animación por la cantidad de cambios que los vecinos les obligaron a realizar. En la actualidad, Danielle asegura que todavía siguen llegando curiosos, como si un lugar de peregrinaje más se tratase pero, según informa MentalFloss, la mujer admite estar encantada y que, aunque le molestan algunas visitas, no piensa abandonar su hogar por estar realmente unida a él.