Uno de los momentos más esperados por los mallorquines es el de la recepción real, evento en el que se junta lo más top de la sociedad balear. Este año, por primera vez en la historia, se ha ausentado el rey emérito Juan Carlos, a causa de la polémica creada a raíz de las grabaciones de su supuesta amante, Corinna. Además, uno de los momentos más virales del 2018 ocurrió, precisamente, en la catedral de Palma al impedir la reina Letizia que su suegra, la reina emérita Sofía, se hiciese unas fotos con sus nietas.
La periodista mallorquina intentando informar en directo
Todas estas polémicas han provocado que la sociedad mallorquina se encuentre bastante molesta con la presencia de los monarcas en la isla. Pero, cuando parecía que por fin se empezarían a calmar las cosas para la Familia Real, un grupo de monárquicos radicales han protagonizado una polémica en la recepción de los Reyes en el Palacio Real de La Almudaina de Mallorca. La periodista de la televisión autonómica IB3, Marga Caldentey, ha sido increpada mientas intentaba informar en directo de la llegada de los Reyes. El motivo: por hablar en catalán, lengua cooficial de las islas y con la que siempre se habla en el ente público.
Los gritos han sido tan escandalosos que la periodista ha tenido que pedir perdón mientras informaba ya que se estaba sintiendo muy presionada y se le iban las palabras. De hecho, Caldentey tenía que volver a conectar en directo y no pudo realizar la conexión ya que se encontraba llorando por lo que le acaba de ocurrir. La televisión balear ha lamentado el ataque a la libertad de expresión e información ya que "nuestros compañeros no han podido hacer su trabajo en directo ante la pasividad de la policía".
Vergonya per aquells que no entenen que la nostra feina és informar. Tota la meva solidaritat amb els companys pic.twitter.com/UWswzg0QNf
-- Irene Sala Barceló (@_irenesala_) 3 de agosto de 2018
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Urdangarín desterrado
Esta nueva polémica, provoca aún más rechazo por parte de los mallorquines hacia la monarquía de la que ya sentían tras la sentencia del Caso Nóos, en la cual se condenaba al marido de la Infanta Cristina, Iñaki Urdangarín, por prevaricación, tráfico de influencias, fraude a la Administración y malversación de caudales. También se le retiró su título de duque consorte de Palma aunque es algo que no le debió importar mucho ya que se había mofado en unos correos electrónicos hechos públicos en los cuales firmaba como "El duque em...Palma...do", un gesto que vendría a explicar el rechazo que se vive allí estos días.