Basta con darle una oportunidad a los tres primeros minutos de 'La casa de las flores' para engancharse sin remordimientos a la nueva serie de Netflix. Una apertura que va al corazón del humor negro y crudo que marca esta ficción, que alude de forma extraordinaria al auténtico espíritu de la televisión y sienta las bases de lo que vamos a ver.
Póster de 'La casa de las flores' (Netflix)
Un inicio cargado de polémica
Es innegable que en las últimas semanas la serie se ha visto rodeada por la polémica elección de Paco León para dar vida a una mujer transexual, polémica que hace justicia a la discriminación de un colectivo y que abre un debate necesario hoy en día. Pero también es cierto que con sus tramas la ficción abre también otras sendas y visibiliza numerosos colectivos que sufren discriminación. Lo hace con mayor o menor acierto, pero no deja de demostrar que en el camino hacia la normalidad todos aprendemos a base de ensayo y error.
Una familia, ¿perfecta?
La familia de la Mora ha dirigido durante casi cinco décadas La Casa de las Flores, una reputada floristería de México que le ha valido el respeto de la alta sociedad. Su vida parece de ensueño pero comienza a resquebrajarse durante la celebración del cumpleaños del patriarca, Ernesto: Roberta, su amante y madre de su hija secreta, se suicida colgándose del techo de la floristería, a escasos metros de la fiesta. A partir de entonces lucharán por evitar el escándalo público pero la revelación de un secreto siempre destapa otros, poniendo en riesgo lo más importante: las apariencias.
Paco León en 'La casa de las flores'
La sinopsis de 'La casa de las flores' parece reunir los ingredientes de cualquier telenovela sobre las intrigas de la élite social, pero queda lejos del clásico -y denostado- culebrón latinoamericano. Manolo Caro dirige una adictiva comedia negra en la que desmonta la idílica imagen de una familia poderosa a través de sus 13 episodios y aborda temas poco habituales en la clase alta mexicana.
Poco a poco conocemos a Virginia (Verónica Castro), la madre de la familia de la Mora, quien apacigua sus fantasmas fumando marihuana. También a Diego (Darío Yazbek Bernal), el hijo, que oculta su homosexualidad en lo público y lleva una doble vida; y a María José, la controvertida abogada transexual interpretada por Paco León que lucha por recuperar a la familia que formó cuando era José María.
Elenco principal de 'La casa de las flores'
El escenario de mansiones de lujo y fiestas con champagne se mezcla con guateques de drag queens en un maravilloso surrealismo en el que no se da puntada sin hilo. El negocio que en realidad ha sostenido la economía familiar todo este tiempo era un cabaret y no los refinados ramos y coronas florales, toda una declaración de intenciones que viene a acompañar a la cita de Vincent Van Gogh con la que abre el primer episodio: "La normalidad es un camino pavimentado, es cómodo para caminar pero nunca crecerán flores en él". Por cierto, el cabaret también se llama La Casa de las Flores.
La revelación: Paulina (Cecilia Suárez)
Por encima de todos ellos destaca Paulina, el personaje de Cecilia Suárez. Mientras su madre busca escapatoria en las drogas y su padre trata de ser el padre que nunca fue con su hija pequeña, ella luchará por mantener la paz, la buena imagen y los negocios para que su mundo no termine por dinamitar. Paulina es la máxima encarnación de los valores de su familia y del humor negro que marca la serie, haciendo gala de una descarada frivolidad ante la que es imposible no desternillarse. Es de esos personajes que te convencen de que tú mataste a la víctima mientras sostiene un cuchillo ensangrentado.
Paco León forma parte de 'La casa de las flores'
Comedia negra, falsas apariencias y un grupo de mujeres llevando el peso de la trama. Por si esto no nos recordaba lo suficiente a las retorcidas vecinas de Wisteria Lane, la narradora de la historia es Roberta, cuya voz en off desde el más allá sirve de hilo argumental al más puro estilo Mary Alice. Tampoco pasa desapercibida su pictórica cabecera, ni la banda sonora elegida. 'La casa de las flores' recoge el guante de 'Mujeres desesperadas', y llevábamos mucho tiempo echando de menos una comedia ligera y divertida que sacase a la luz lo más oscuro del ser humano.
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La luz y el color invade todas las escenas
Un último apunte visual: la nueva serie de Netflix exprime los secretos más oscuros de sus personajes, sí, pero nada es oscuro en 'La casa de las flores'. Al contrario, todo brilla, todo es luz y color en esa floristería. Los elegantes escenarios son ese reflejo majestuoso y colorido de lo que la familia de la Mora quiere mostrar, a pesar de que las puertas del hogar escondan un espectro de gama mucho más gris. Manolo Caro acompaña esta elección estética con guiños musicales a artistas españoles como Mecano o Alaska, tendiendo ese puente entre los dos países al que acostumbra en sus producciones.