'First Dates' es un éxito rotundo y así lo avalan los más de 700 programas emitidos en Cuatro. Pero, después de tantas citas parece que el número de solteros dispuestos a encontrar el amor en televisión va disminuyendo. Así que el programa dirigido por Carlos Sobera decidió dar una segunda oportunidad a aquellos que ya habían pasado alguna vez por el restaurante del amor pero que, por desgracia, no tuvieron suerte.
Mikel y Maika en 'First Dates'
La noche del 9 de agosto de 2018, estuvo repleta de citas que ya habían estado en el programa. Aunque Marian, una de las primeras en llegar, sí era la primera vez que acudía al restaurante más televisivo. La leonesa de 50 años es propietaria de una cafetería y presume de estar enamorada de su trabajo. Además se definió a si misma como una mujer "impulsiva, divertida y arrolladora y, aunque suene mal decirlo, me gusta ser el centro de atención". El programa le propuso que dejase una nota para darle algún detalle a su cita y Marian, lejos de avergonzarse, escribió lo siguiente: "Viajes, moda y sexo. ¡Para qué más!".
"El sexo, casi más importante que la comida"
Su cita fue Mikel, un jubilado de 58 años que venía de Bilbao. Para el vasco, "el sexo es muy importante, casi más que la comida", así que por lo pronto parecía que la cita iría viento en popa. Pero la primera impresión no fue del todo buena y lo primero que le llamó la atención a Marian de Mikel fue lo delgado que estaba: "A este se lo mandaba yo a mi madre, para que lo cebe bien". Tampoco le gustó a la leonesa que no trabajase: "el hombre tiene que trabajar, independientemente de sus circunstancias". Una declaración sorprendente teniendo en cuenta que el vasco no podía seguir trabando por un accidente que sufrió en la fábrica química en la que trabajaba.
"Para mí el sexo es el 90% de una relación"
Además, a Marian no le gustaba la idea de que Mikel nunca se hubiese casado, a pesar de haber estado 9 años haciendo vida de matrimonio con su exnovia. "A su edad sin haberse casado y sin hijos, muchas taras debe de tener". Luego empezaron a hablar de sexo, su común pasión, compitiendo a ver quién era más sensual de los dos. "Para mí es el 90% de una relación", presumió Mikel, a lo que ella contestó escéptica: "Creo que con lo del 90 me está vacilando, no sé yo".
Lo más leído
Él siguió con el tema: "Te levantas por la mañana de mala ostia y pa, pa, pa, ya te quedas más relajado". Marian no acabó de creerse las bravuconadas del vasco, y le respondió que "el que habla mucho luego de abajo tiene poco". Al final, pese a que la cita fue entretenida, divertida y no se les hiciera pesada a ninguno de los dos, ambos decidieron no tener una segunda cita.