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Aunque creamos que los participantes van a 'First Dates' a encontrar el amor más que a pasárselo bien, son más las veces en que los comensales se van con las manos vacías. Ya sea por la distancia, por el carácter o porque no hay feeling las citas terminan por hacer aguas. Eso sí, hay algunas en las que la cena indica todo lo contrario y por desgracia no hay final feliz.
Ángela y Marcos en 'First Dates'
Sin embargo, cuando Marcos entró al restaurante todas sus ilusiones se desinflaron. Al parecer no le gustó de primeras: "Estoy que echo a llorar por ver la foto y el después", dejando claro que no estaba contenta. Aún así el humor se convirtió en el primer plato de la cita, pero todo apariencias: "Le veo un poco barriobajero, choni... y etcétera". No se auguraba nada bueno para el desenlace.
Diversión pero con límites
Se rieron a más no poder y parecían amigos de toda la vida, pero en las confesiones individuales no coincidían en absoluto. Marcos estaba por la labor y pensaba lo mismo de su pareja: "A mí también me ha gustado porque me lo he pasado bien, y es lo que realmente me importa". Parecía contento y muy cómodo, encandilando a Ángela, pero no eran tal para cual.
Ella se había negado en banda desde el principio y estaba empeñada en dejarlo claro: "A mí me parece un chico divertido y eso, pero no". Aunque llegaron a hacerse fotos con sus respectivos mojitos en plan amistoso, ambos estaban seguros de su decisión final al acabar la cita. Marcos no quería tener nada más por la distancia, pero Ángela repitió lo mismo que en su primera vez en 'First Dates': "No eres el prototipo que me gusta a mí".
