El conocido torero Jesulín de Ubrique no suele prodigarse demasiado en los platós de televisión. Aunque constantemente hablan de él en programas como 'Sálvame' o 'El programa de Ana Rosa' por la relación que en su día mantuvo con Belén Esteban, verle hablando de su vida o incluso de sus proyectos profesionales, no suele ser lo común. Pese a ello, este jueves 16 de agosto visitó el plató de 'Amigas y conocidas' en La 1 y no dejó indiferente a nadie por sus declaraciones sobre la pequeña pantalla y el mundo de los toros.
Jesulín de Ubrique en 'Amigas y conocidas'
A lo largo de la entrevista, Jesulín de Ubrique dejó claro que "no me presto a todo (...) si me llego a prestar a lo último...". Fue entonces cuando el grupo de colaboradoras con Berta Collado a la cabeza, empezaron a insistir para saber qué se le había ofrecido. Jesulín de Ubrique explicó que el ofrecimiento era "estar dos semanas en un programa de otra cadena", y confesó que se ha negado ya que "primero, no me veo y segundo porque hay cierta prensa y cierta cadena que están crucificados". Hacía referencia de una forma a Telecinco, la cadena con la que peor relación tiene.
Jesulín lanzó entonces la pelota sobre el tejado de Sonia Ferrer, que conoce a la persona que participó en las negociaciones entre la cadena y él. La presentadora y colaboradora habló con ella y explicó que con lo que se le había ofrecido "podía pagar varias hipotecas". Por otro lado, dejó claro que la última propuesta era "estar dos semanas en un programa en el que te encierran" (haciendo referencia a 'GH VIP') y añadió que Jesulín también había recibido la oferta de "participar en un programa en el que te mandan 50 días al otro lado del mundo" (refiriéndose a 'Supervivientes'). Fue entonces cuando Jesús, entre risas, dejó caer: "En mi hambre mando yo".
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Muy crítico con los antitaurinos
Sobre el mundo de la tauromaquia quiso preguntarle Sonia Ferrer, interesándose por su opinión sobre las personas antitaurinas que critican duramente su trabajo. Jesulín se mostró completamente tajante contra ellos, y dejó claro que "no pierdo el tiempo en explicarle nada a una persona antitaurina. Son cuadriculados, es imposible intentar explicarles algo". Teniendo en cuenta lo que piensa de ellos, no sorprende lo que ha dicho justo después: El final de un toro bravo es la plaza de toros. El final del toro bravo es morir en la plaza de toros. No voy a permitir que se alegren cuando pasa una tragedia. Demasiado bien nos portamos los toreros con los antitaurinos".