Las vacaciones de Lucía Etxebarría en Gijón, y sus retransmisión de ellas en Twitter, siguen dando que hablar. Tras el desorbitado precio del agua y su encontronazo con unos jóvenes presuntamente alcoholizados, ahora ha tenido un nuevo hilo en el que defiende una posición antitaurina de una manera que ha resultado en la sorna de muchos tuiteros. Y es que la escritora se hizo una foto con una vaca y con un toro que han dado mucho que hablar.
Lucía Etxebarría y su foto con un "toro"
La que fuera concursante de 'Campamento de verano' dedicó sus fotos a "aquellos que decís que el toro es bravo por naturaleza", una argumentación que pretendía rebatir al acercarse amigablemente a un toro y una vaca que se encontró en uno de sus paseos vacacionales. Para cerrar su alegato animalista, la escritora atacó el toreo con un final que rezaba "la tortura no es arte ni cultura".
Unas declaraciones controvertidas que provocaron que muchos usuarios le señalasen que los animales con los que se había fotografiado eran reses dedicadas a la actividad ganadera y no tenían mucho que ver con los toros de lidia destinados a las corridas. No obstante, también hubo antitaurinos que le echaron un paradójico capote, e incluso ella misma se ha defendido con artículos que explican que, por ser herbívoros, no está en su naturaleza la agresividad.
La exclusiva de Telecinco que nunca fue
Aparte de para alimentar esta reciente polémica, Etxebarría ha usado Twitter para contar el último episodio en su guerra particular con Telecinco, que ya le tuvo que pagar 50.000 euros por intromisión en su derecho al honor al hablar de ella en 'Sálvame'. Sin referirse nunca a la cadena por su nombre, sino como "la cadena amiga", la polifacética mujer relataba que había recibido una llamada de una periodista de Telecinco que pensaba invitar a un programa a alguno de los jóvenes que se encontró recientemente en un restaurante asturiano.
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La historia de ese encuentro, que también fue relatada mediante la red social, la protagonizaba la escritora, que increpó a un grupo "de unas 20 personas borrachas", según los definía, que estaban siendo desagradables y gritaban a gran volumen. Tal y como lo relata Etxebarría, ella y su hija tuvieron que salir del establecimiento, finalmente espantadas por los alborotadores. Sin embaergo, la versión de la otra parte implicada parece ser otra, aunque parece ser que no la conoceremos ya que, según la escritora, "no tenían un vídeo que respaldase su versión", como sí parece tenerlo ella, por lo que disuadió a la periodista de traer a sus invitados.