La exhumación de Francisco Franco ha sido una de las noticias que han sobrevolado la actualidad política española durante todo el verano. Un período en el que 'El intermedio' se toma vacaciones y no ha podido satirizar con el tema como suele hacer en su programa con todo asunto de actualidad. Sin embargo, a su vuelta han cogido con ganas el tema y al propio generalísimo. Con tantas ganas que le han arrancado los brazos.
El Gran Wyoming y Dani Mateo ante el ataúd de Francisco Franco en 'El intermedio'
En un primer sketch, el Gran Wyoming, presentador del espacio de humor, aseguró que iban a quedarse con la momia de Franco mientras le buscaban un nuevo sitio tras su desalojo por parte de Pedro Sánchez. Así, trajeron a su plató una réplica con la apariencia del que fuera caudillo que acabó rodando por el suelo fuera de su ataúd al ser manipulada por Dani Mateo.
En un segundo sketch, los humoristas quisieron pedir disculpas a los que se ofendieran por su trato a los supuestos restos de Franco. "Me disculpo por todo lo sucedido", decía el presentador hacia el muñeco, explicando que "a veces uno hace las cosas con la mejor intención pero no sale del todo bien. Como la Transición, vaya". El acto de reconciliación culminó con Dani Mateo dejando, con el máximo respeto y cuidado, una corona de flores sobre el cuerpo inerte.
Irreparable
Ahora bien, como era de esperar, la torpeza del cómico hizo que el cuerpo cayese una vez más al suelo, desatando la alarma. "Que ya me conocen en los juzgados, no me puedo permitir otra querella", decía Mateo en referencia a la que le presentaron, precisamente, desde la Asociación en Defensa del Valle de los Caídos por un chiste sobre el monumento franquista.
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Para reparar el gesto, Mateo y Wyoming trataron de levantar el cuerpo de Franco, pero al tirar de sus brazos se quedaron con ellos en la mano. Cuando volvieron a poner los miembros del militar en su lugar, Mateo aclaró que no encajaban porque "es un dictador, no Mr. Potato". Incapaces de arreglar el desaguisado, los humoristas acordaron huir a "un país tercermundista como Suiza", sellando el pacto chocando las manos arrancadas del líder franquista.