En la mañana del 18 de septiembre se ha producido un momento que puede ser crucial en el Partido Popular. Su antiguo líder y expresidente del Gobierno José María Aznar ha acudido al Congreso de los Diputados para responder a las preguntas de la comisión encargada de investigar la financiación ilegal del partido del que forma parte. Con un aspecto tranquilo ha llegado al lugar de los hechos, pero el foco de atención ha quedado dividido con otro político.
Gabriel Rufián y José María Aznar
Tensión palpable
En este momento ha intervenido por primera vez Rufián para lanzarle una pregunta directa: "¿Tiene algo que decirle a los padres de José Couso?". El silencio ha sido la respuesta del exmandatario que ha decidido atacar al catalán diciendo que es portavoz de un "partido golpista". Pero los rifirrafes no han parado porque Rufián ha querido mostrarle a todos los que fueron sus ministros y que han sido "condenados, imputados o señalados (...) Esta es su herencia (...) Usted es simplemente el padrino de esta cartel".
De la misma forma se han recordado las imágenes de la boda de la hija de Aznar que "más que una boda, parecía un cártel", tal y como señala el rostro de ERC. El del Partido Popular ha querido defender a todos aquellos que trabajaron junto a él durante su Presidencia así como negar que exista corrupción dentro de su grupo: "No existe ninguna caja B del PP". Ha aprovechado también para dejar claro que él no es "J.M." que aparece en los papeles de Bárcenas: "No tengo nada que ver con esos papeles ni con esas siglas".
Sin olvidarse de Franco
A lo largo de las horas que ha durado esta comisión, Aznar ha tenido su momento para discutir también con Pablo Iglesias, calificando a este último de "un peligro para las libertades y la democracia". Por supuesto el gran tema de la actualidad como es la exhumación de Francisco Franco ha salido a la luz, criticando que la política se centre ahora en "abrir tumbas de hace cuarenta años" en lugar de conflictos sociales más relevantes.