Si algo caracteriza a Amaia Romero, la ganadora de 'OT 2017', es que vive constantemente en una nube. Adolfo Masyebra, un joven mentalista profesional, quería conocer de primera mano cómo sería hipnotizar a la triunfita para ver si conseguía bajarla de allí. Lo consiguió y la reacción de Amaia es tan adorable que ha cautivado a las miles de personas que seguían en directo el truco por Instagram.
Amaia siendo hipnotizada por Masyebra en Madrid
Ella misma reconocía estar muy nerviosa antes de empezar con la hipnosis. Sus compañeros de edición, lejos de calmarla, le pedían por favor que no sobreactuara y que intentase tranquilizarse. "Levanta el brazo y míralo fijamente", le decía Masyebra. Ella obedecía sin rechistar y, de pronto, ya estaba hipnotizada, ya que cuanto más acercaba la mano a su cara, más le pesaban los párpados.
La artista no podía creer lo que le estaba ocurriendo y, de hecho, quería más. Esta vez el truco iba más allá. Masyebra le pedía que cerrase los ojos y, tras unos segundos, el mentalista le pedía que los intentase abrir. La sorpresa le llegó a Amaia cuando vio que era incapaz de abrirlos y no fue hasta que recibió contacto físico cuando logró hacerlo.
La cantante pensaba que la hipnosis ya se había disuelto, pero, de pronto, se dio cuenta de que no se acordaba ni de su propio nombre. "¿Cómo te llamas?", le preguntaba el mentalista. El rostro de Amaia cambiaba por completo al no ser capaz de recordarlo. "Estoy temblando. Yo no me creía en estas cosas y ahora estoy alucinando", confesaba a los seguidores del directo.
Amaia ya había sido hipnotizada por Adolfo Masyebra
Unos meses antes de esta hipnosis improvisada por las céntricas calles de Madrid, Adolfo Masyebra ya había hipnotizado a Amaia, eso sí, a distancia y a través de FaceTime. "¿Qué sentiste la primera vez que viviste la hipnosis? Aquí os dejo un fragmento de la primera vez que hipnoticé a Amaia a través de Face Time en una cena con Roi y Richi", escribía el mentalista en el pie de foto del vídeo que publicaba en su cuenta de Instagram. En dichas imágenes se veía, de nuevo, a una Amaia alucinando con los trucos de Masyebra.