El 21 de septiembre de 1974 nacía Diego Martín, uno de los actores más productivos del panorama televisivo nacional. Sus inicios en el mundo de la interpretación se remontan a finales de la década de los noventa, cuando apareció de forma episódica en 'Periodistas' y 'Compañeros'. Poco a poco fue abriéndose paso en la ficción española, siendo su gran oportunidad 'Policías, en el corazón de la calle', la primera serie en la que pudo interpretar un personaje principal. Tiempo después llegaría el turno de otras ficciones de éxito, como 'Hermanos y detectives', 'Doctor Mateo', 'Velvet' y 'Velvet colección'. Sin embargo, si algo llama la atención en su currículum eso es 'Aquí no hay quien viva', comedia en la que dio vida a Carlos, personaje que le reportó un gran reconocimiento por parte del público.
Si hacemos memoria, cuando conocimos a Carlos era un treintañero que llegaba a Desengaño 21 dispuesto a conquistar a Lucía (María Adánez), el amor de su vida. Para ello probó con todo, sacando siempre a relucir su poder adquisitivo, dinero que poseía gracias a sus padres. En el amor nunca tuvo suerte puesto que también mantuvo relaciones fallidas con Belén (Malena Alterio) y con Alicia (Laura Pamplona) e incluso intentó cambiarse de acera, pero en su corazón estaba grabado por siempre el nombre y el recuerdo de Lucía. Su paso por la ficción nos dejó frases para el recuerdo, por lo que desde FormulaTV queremos rendir nuestro particular homenaje a Diego Martín recordando algunos de esos grandes momentos y frases que nos regaló con su interpretación de Carlos en 'Aquí no hay quien viva'.
1 "No me pises las alfombrillas"
Carlos presumiendo de coche ante Belén en 'Aquí no hay quien viva'
Todos los personajes de 'Aquí no hay quien viva' tienen una frase que les caracteriza, bien sea por la comicidad que provocan dichas palabras o porque suele ser un recurso reiterativo. En el caso de Carlos, el gran amor que sentía hacía su descapotable le hacía estar pendiente de su vehículo a todas horas, vigilando que no lo tocaran, pero, sobre todo, que nadie le pisara las alfombrillas. Su obsesión con las alfombrillas no conocía límites e incluso Lucía o Belén, que mantuvieron relaciones con él, tenían prohibido poner los pies en las adoradas alfombrillas de Carlos. De este modo, subirse a su coche se convertía en toda una odisea y en una acción que siempre nos dejaba resultados de lo más absurdos.
2 "Lucía, por favor, dame una oportunidad"
Carlos y Lucía en 'Aquí no hay quien viva'
Dejando los aspectos materiales a un lado, el otro gran amor de Carlos siempre fue Lucía. El vínculo entre ambos se remonta a varios años antes de la época en la que está ambientada la serie, cuando en su juventud Carlos y Lucía mantuvieron una estrecha relación. Sin embargo, por mucho que lo intentó, el hombre nunca consiguió que ella le aceptara como pareja para toda la vida, pero eso no le importaba a Carlos, que persistió repitiendo la frase "Lucía, por favor, dame una oportunidad". Le escuchamos hasta la saciedad mencionar dichas palabras, incluso en más de una ocasión se humilló con tal de que Lucia le dijera que sí. Finalmente, la insistencia funcionó y consiguió formar una pareja sentimental con ella, aunque la historia de amor no durase mucho tiempo.
3 "¿Habéis visto como suenan los tonos polifónicos de mi móvil de última generación?"
Carlos le regaló a Belén un móvil como el suyo en 'Aquí no hay quien viva'
Que Carlos tenía dinero era algo sabido por todos, pero no porque se viera en los lujosos coches que conducía o en su ropa de marca, sino porque el propio Carlos se dedicaba a gritar a los cuatro vientos su poder adquisitivo. El descapotable o la moto eran algunas de las adquisiciones de las que más presumía, pero quizá su teléfono móvil de última generación era el que más juego le aportaba para mostrar orgulloso ante los vecinos de Desengaño 21 todo lo que podía comprar cuando quisiera. Cada vez que le llamaban recalcaba a todo aquel presente lo bien que sonaban sus tonos polifónicos, o enseñaba lo estupendamente que se veían las fotos que identificaban al autor o a la autora de la llamada.
4 "Hay que lanzarse ahora, que tiene bajas sus defensas de tía buena"
Diego Martín como Carlos en 'Aquí no hay quien viva'
5 "¿Voy gay o no voy gay? Porque no me han dejado entrar en el local"
Carlos le pide consejo a Mauri en 'Aquí no hay quien viva'
6 "Lucía, un poco de cabeza. Que son adolescentes que se pueden suicidar, que escuchan a Nirvana"
Carlos habla con Lucía en 'Aquí no hay quien viva'
7 "Perdona, pero yo tengo un máster"
Carlos presumiendo de títulos en 'Aquí no hay quien viva'
Ser un niño de papá, además de facilitarte dinero siempre que lo necesites para poder concederte el capricho que desees, también ayuda a que puedas asistir al colegio o la universidad privada que quieras, sin importar el precio de la matrícula. Carlos supo aprovechar este privilegio para estudiar y formarse académicamente, obteniendo varios títulos entre los que se encuentra un máster. Poseer estudios superiores siempre ha aportado prestigio a su dueño y Carlos aprovechaba para recordarles a todos que él era poseedor de uno de estos títulos, por si alguien osaba poner en duda sus conocimientos o capacidades para los negocios o para presidir la comunidad.
8 "La base del capitalismo es aprovecharse de las desgracias ajenas"
Carlos conversa con Roberto en 'Aquí no hay quien viva'
En muchas ocasiones Carlos ha podido quedar de pardillo por su necesidad de encontrar pareja o su obsesión con conquistar a Lucía, sin embargo, en lo que respecta a los negocios, Carlos tenía los conocimientos y la capacidad suficiente para sacar adelante lo que fuera. No obstante, el videoclub, su mayor inversión, nunca terminó de generar los beneficios que esperaba, sobre todo teniendo en cuenta que era licenciado en Empresariales y con un máster en Business Administration. Pero lo que más claro tenía es que "la base del capitalismo es aprovecharse de las desgracias ajenas", porque siempre que puedas obtener rentabilidad, no importa de quién te tengas que aprovechar.
9 "Que ya no es la Pija, que ahora es la Pihippi"
Lucía y Carlos en 'Aquí no hay quien viva'
Una vez Lucía consiguió superar la ruptura con Roberto, el idilio con Carlos y algún que otro intento de relación esporádica con desconocidos, volvió a enamorarse con la llegada de Yago (Roberto San Martín). Nada más conocerle Lucía se encaprichó con él hasta que logró conquistarle, pero esa obsesión por Yago solo provocó que Carlos insistiera más e incluso se aliara con Roberto para intentar que la relación fuera un fiasco. Carlos no logró su propósito y vio cómo el amor de su vida cambiaba radicalmente su forma de ser y de vestir, pasando de ser "la Pija" a "la Pihippi", tal y como el propio Carlos la denominó cuando comprobó que Lucía estaba cegada por Yago.
10 "Que yo hago capoeira, ¿eh?"
Carlos dirigiéndose hacia Roberto en 'Aquí no hay quien viva'
A lo largo de todas las temporadas de 'Aquí no hay quien viva' en las que apareció Carlos le pudimos ver disfrutar de muchas aficiones. Sin embargo, hubo una actividad que le sirvió para defenderse e intentar "asustar" a sus contendientes, la capoeira. Este arte marcial afro-brasileño, que combina facetas de danza, música, acrobacias y expresión corporal, fue empleado por Carlos para amenazar a Roberto y advertirle que tenía una buena preparación y si quería pelea él iba a sacar todos sus recursos. Así pues, durante una disputa aprovechó sus habilidades en este arte para intimidar a Roberto y demostrar que era capaz de pelear, aunque fuera a su peculiar estilo.
11 "Verás Rocío, yo... es que tengo mucho dinero. No lo digo por presumir, ¡es que es un hecho!"
Carlos hablando con Rocío en 'Aquí no hay quien viva'
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Como pudimos ver a lo largo de todas las temporadas en las que Diego Martín se metió en la piel de Carlos, este siempre que tenía la oportunidad presumía de todo aquello que se compraba, ya fueran vehículos o cualquier aparato de última generación. Para los vecinos de Desengaño 21 era una muestra de alardeo que les producía cierto odio hacia él, pero es que el propio Carlos se encargaba de reconocer que tenía mucho dinero, eso sí, según él no lo explicaba por presumir, es que era algo imposible de esconder o negar. De hecho, llegó a pagar a Emilio para evitar que continuara viéndose con Belén, una demostración más de que el dinero le sobraba y no le importaba en qué gastarlo.