El Consejo Superior Audiovisual francés (CSA) ha desaconsejado la emisión de programas de televisión destinados a niños menores de 3 años, a raiz de un informe en el que se aseguraba que "la televisión daña el desarrollo de niños menores de 3 años e introduce un número de riesgos, animando a la pasividad, ralentizando el aprendizaje del habla, trastornos del sueño y la concentración así como dependencia de las pantallas".
El CSA también ha prohibido realizar cualquier tipo de publicidad sobre estos canales.
Los responsables de estas emisoras aseguran que están concebidas para verse junto a los padres de manera interactiva, mientras que los críticos afirman que los padres los usan como "niñera" para despreocuparse de sus hijos.