Apenas ha comenzado 2020 y ya toca despedir a una de las grandes series de Netflix. Se trata de 'BoJack Horseman', que, habiendo estado en la plataforma desde 2014, ha pasado casi seis años con los espectadores, convirtiéndose en una de las ficciones originales de la plataforma más aplaudidas y longevas de entre las que quedaban. Aunque su camino haya terminado, ha dejado una memoria imborrable y ha conseguido catapultar a su creador, Raphael Bob-Waksberg, a la primera línea de los creativos del mundo televisivo de culto.
BoJack se contempla a sí mismo
Si apartamos los chistes tontos de animales y la recreación casi sádica de las desventuras de una estrella de la televisión fallida, podemos encontrar auténticas perlas de sabiduría tras esta máscara de humor ácido. Es por eso que, al haberse estrenado de forma simultánea ya la segunda parte de su sexta y última temporada, el mejor homenaje que se le puede hacer a esta ficción es recordar algunas de estas enseñanzas filosóficas que tan acertadamente destila.
Los personajes de esta serie suelen ser ejemplos perfectos de cómo no cuidarse a uno mismo, y el ejemplo de Princess Carolyn es paradigmático. Su problema suele ser señalado como el exceso de trabajo, cosa que por supuesto es cierta, pero al fin y al cabo su trabajo es cuidar de otros. Un síndrome del cuidador que se explicita en el último episodio de la segunda temporada, cuando el personaje afirma: "Mi vida es un completo desastre y estoy cuidando compulsivamente de otra gente cuando no sé cómo cuidar de mí misma".
Constantemente, Princess Carolyn trata de ayudar a BoJack, Todd, el Señor Peanutbutter y cualquiera que su agencia de representantes necesite, en lo que no es sino una lucha por evitar afrontar una vida personal copada por los fracasos amorosos y la ansiedad derivada de su infertilidad. Del mismo modo, se podría decir que el propio BoJack es un ejemplo de cómo hay que solucionar los problemas de uno antes de relacionarse con otros, al ser incapaz de hacer que sus relaciones funcionen.
Porque cuando comienza la serie, BoJack tiene una falsa idea de cómo encaja en sociedad que ya se ha desmoronado. Así es como se lo expresa a Todd en el primer capítulo de la serie: "No puedo decirle no a nadie porque quiero que todo el mundo me quiera". El que fuera protagonista de "Retozando" necesita la validación ajena, y éste es uno de los motivos que le lleva a querer iniciar un cambio personal. Algo que, por supuesto, no funciona, porque no lo está haciendo por los motivos adecuados.
Para el quinto episodio de la tercera temporada, en la impactante conversación que mantiene con Taneisha en la que realiza toda una definición de su propia depresión, el caballo antropomórfico afirma: "Un día, mirarás a tu alrededor y te darás cuenta de que todo el mundo te quiere... pero a nadie le gustas". La fama es un lugar solitario rodeado de gente para BoJack, lo que motoriza al personaje constantemente hacia relaciones fallidas.
El sexto episodio de la quinta temporada, "Un churro gratis", es reconocido como una obra maestra de la televisión moderna y es el capítulo en el que más se ahonda en las problemáticas y tóxicas relaciones familiares de BoJack. En él se explicitan, todavía más, los complejos sentimientos que le unen a su madre, una relación que, por ser familiar, es imposible de romper, pero que no está respaldada por un vínculo de cariño real.
La felicidad como meta es inalcanzable
El Señor Peanutbutter trata de consolar a Diane con su particular perspectiva nihilista
Suena muy duro, como algo que el propio BoJack Horseman diría desde lo más profundo de su obcecada depresión, pero realmente puede ser una enseñanza para tomar perspectiva. Porque el protagonista llega a caer tan bajo precisamente por compararse con unos estándares de felicidad que nunca llegan a materializarse, con un anhelo de obtener una felicidad como estado perpetuo y desaprovechando los momentos que pueden dársela.
El éxito es subjetivo
BoJack con una enigmática expresión en la última temporada de 'BoJack Horseman'
La segunda parte de la sexta temporada nos muestra a BoJack afrontando nuevos retos como profesor de actuación en la universidad, alejado de su anterior vida de estrella de Hollywoo. Aferrarse a sus éxitos pasados con "Retozando" y buscar el recrearlos de nuevo, pero sin llegar a ser lo mismo, no le ha dado la misma paz que encontrar este otro lugar en el mundo, alejado de los focos mediáticos.
Hay que atreverse a ser quien eres, aunque sea difícil
Todd durante una cita en 'BoJack Horseman'
Aunque, sin duda, el viaje de autodescubrimiento más complejo y valiente que seguimos a lo largo de estas seis temporadas es el de Todd, que, tras dudar sobre su propia forma de relacionarse afectivo-sexualmente, sale del armario como asexual en la cuarta temporada. Un paso que no es el final de esa andanza, puesto que una vez aceptada su propia identidad continúa tratando de desarrollar su vida romántica en esa dirección, tratando a su vez de perseguir un sueño de integrarse en una comunidad que resuena con la propia necesidad del excéntrico personaje desde la primera temporada.
La depresión y las adicciones son un asunto serio
BoJack lucha contra sus instintos autodestructivos
Puede parecer una obviedad, pero no es nada fuera de lo común que las enfermedades mentales sean minusvaloradas en comparación con las dolencias físicas, y del mismo modo las adicciones son tratadas habitualmente como problemas menores que pueden solventarse con relativa facilidad. Desde 'BoJack Horseman', el caso del protagonista ya nos muestra repetidas veces que no hay atajos posibles, como en el primer capítulo de la segunda temporada, en donde el caballo trata de reinventarse simplemente siguiendo una filosofía más positiva y aceptando el coaching como un nuevo camino, fallando en el intento.
Del mismo modo, la sexta temporada nos muestra lo complicado que es afrontar el alcoholismo para el personaje al que pone voz Will Arnett, que debe ingresar en una clínica de rehabilitación y reconectar con el mundo ya sin adicciones. Todo un cambio de rumbo que podría, o no, suponer el fin de sus impulsos autodestructivos, dependiendo de si las ruinas de su pasado le persiguen todavía. Algo parecido se puede aprender de Diane en la misma temporada ya que, aun habiendo sido el pilar de la rehabilitación de BoJack, no encuentra nada fácil el afrontar sus propios problemas psicológicos.
La lucha de BoJack por avanzar en su vida nos relata precisamente que el camino de la revisión personal es eso, una lucha, y que cambiar también es responsabilizarse por los propios actos, y, como en la última temporada, responder por ellos. Una versión muy concreta de esto, relativa específicamente al tema del feminismo, se puede ver en el cuarto episodio de la quinta temporada, en el que BoJack descubre que con declarar ser feminista ya es tratado con mayor respeto, sin necesidad de deconstruirse en absoluto, lo que se muestra como insuficiente.
De hecho, a lo largo de la serie hay varios momentos que parecen orientar a BoJack hacia el pensamiento de que cambiar no sólo es difícil, sino que es imposible. Uno de los momentos más tensos y dramáticos lo demuestra, cuando en la tercera temporada Todd, muy enfadado, afirma que sus problemas son él mismo: "No es el alcohol, ni cualquiera de las mierdas que te ocurrieron durante tu carrera o cuando eras pequeño. ¡Eres tú!". Anteriormente, hasta su propia madre se lo había dicho de la forma más dolorosa: "Eres BoJack Horseman, no hay cura para eso".
Pero hay que proponérselo y no cejar en el intento
El momento estelar del babuíno que hace running en 'BoJack Horseman'
Pero esta serie no hace una lectura determinista de la vida. Aunque conseguir ser una mejor persona no sea fácil, no está determinado por tus orígenes, como ocurre con Diane, que tiene un entorno familiar igualmente turbio y, sin embargo, ha sabido sobreponerse a él y no ser una persona tóxica como BoJack. Del mismo modo, los propios intentos del caballo parlante le llevan a orientarse, poco a poco y tras muchos errores y golpes de mala suerte, hacia un camino que parece más sano.
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Esto es lo que destilan las palabras de uno de los personajes más fugaces de la serie, pero cuyas palabras, aunque insignificantes, parecen llenas de significado. Se trata del Babuíno Runner, que habla por primera vez cerrando la segunda temporada, al ayudar a un BoJack que se ha rendido tras su primer día de hacer ejercicio: "Luego se hace más fácil. Cada día se va haciendo un poco más fácil. Pero tienes que hacerlo todos los días, eso es lo duro. Pero se hace más fácil".