La consultora Deloitte ha elaborado un informe denominado "Estudio comparativo sobre el número de operadores y canales de televisión comercail en Europa", y que analiza la situación del mercado televisivo en los países más representativos de Europa como son Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España.
De esta manera, se pone de manifiesto que el mercado de la televisión en España tiene mayor pluralismo y niveles de competencia más altos respecto a los países analizados. Estas conclusiones fueron ayer presentadas en rueda de prensa por los presidentes de Telecinco y Antena 3 TV, Alejandro Echevarría y José Manuel Lara, respectivamente, y por los consejeros delegados de ambas compañías, Maurizio Carlotti y Paolo Vasile.Del estudio se desprende asimismo que España es el país donde tanto la inversión publicitaria como la cuota de audiencia están repartidas en mayor número de operadores. Esto provoca que, en valor absoluto, los ingresos publicitarios por operador sean menores que en el resto de países analizados.
Deloitte, la mayor firma española de auditoría y consultoría, ha tenido en cuenta en la elaboración de este estudio variables económicas como las características del mercado publicitario, la renta per capita, la población y el número de hogares en cada uno de los países miembros analizados. Las conclusiones sitúan a España como el país europeo con mayor presencia de operadores de televisión en relación al mercado publicitario existente, a los niveles del Producto Interior Bruto (PIB), a la renta per capita de los españoles, así como a la población del país y al número de hogares.
El informe señala, asimismo, que nuestro país es el único de nuestro entorno que no impone restricciones a la televisión pública para operar en el mercado de la publicidad.
Cuantos más operadores, menor mercado publicitario
Comparando el número de operadores y de canales presentes en el mercado de televisión de cada país europeo en relación con la economía de cada uno de ellos (medidos en términos de PIB y tamaño de mercado publicitario), el informe concluye que España es el país que registra proporcionalmente a estas magnitudes un mayor número de operadores de televisión en el mercado nacional.
A modo de ejemplo, para una misma inversión publicitaria planificada por un anunciante, un operador español recibiría 1/3 de lo que percibiría su vecino italiano dado el mayor número de operadores existente en España y el diferente modelo de televisión pública de ambos países.
España es el país europeo que tiene una renta per capita menor y un menor tamaño del mercado publicitario, y sin embargo, es el país que tiene un mayor número de operadores que compiten por las inversiones publicitarias dirigidas al medio televisivo. El número de operadores del resto de países de nuestro entorno está en consonancia, aproximadamente, con la renta per capita del país y con el tamaño del mercado publicitario.
Concentración de medios audiovisuales
Los mercados más concentrados desde el punto de vista publicitario son Alemania e Italia, donde únicamente dos operadores reciben más del 80% de la inversión publicitaria de televisión. En el punto contrario se sitúa España, donde son cuatro los operadores que concentran más del 80% de cuota publicitaria.
En consecuencia, se pone de manifiesto que España tiene un mayor número de operadores en relación a la población total del país y por tanto, existe una mayor competencia por alcanzar niveles de audiencia que permitan que los operadores puedan alcanzar niveles de rentabilidad adecuados.
El informe subraya que la televisión pública en los principales países europeos obtiene su financiación fundamentalmente a través de dos mecanismos: financiación pública (en todos los países europeos analizados, excepto en España, la financiación de la televisión pública se realiza a través de un canon) e inversión publicitaria. Sin embargo, en todos lo países, salvo en el caso de España, existen restricciones impuestas por la autoridad audiovisual a la participación de la televisión pública dentro del mercado publicitario. Esto explica, que la cuota de participación de la televisión pública en la publicidad sea notablemente inferior a sus cuotas de audiencia en todos los países salvo en el caso de España, donde ambas cuotas de participación en el mercado de audiencias y en el mercado publicitario son muy similares.