Cuatro está inmersa en la adaptación de un nuevo formato que seguro dará mucho de qué hablar. Según ha podido confirmar FórmulaTV.com, la cadena ha encargado a Plural Entertainment ('Cuarto milenio', 'Las mañanas de Cuatro'...) la versión del formato 'Pascal, le grand frère' que emite la francesa TF1 con gran éxito de audiencia. La información la adelantaba El Confidencial Digital esta misma semana.
El objetivo del espacio es colocar un tutor junto a adolescentes problemáticos, al más puro estilo de esos hermanos mayores que en ocasiones han reflejado las películas americanas. Siguiendo el camino abierto con 'SOS adolescentes, el nuevo coach afronta casos de jóvenes cuyas edades están comprendidas entre los 16 y los 19 años. La diferencia con el espacio de Ana Isabel Saz-Marín es que los protagonistas de este formato cuentan con serios problemas de relación, adicción a las drogas o dificultades en su integración familiar.
La cadena no tiene todavía fecha prevista para su estreno, no obstante, según ha podido conocer FórmulaTV.com la productora ya tiene un equipo trabajando la producción del espacio. Siguiendo la política de Cuatro, 'Hermano mayor' aterrizará probablemente en el prime time del viernes, día fijado para la emisión de este tipo de formatos. No obstante, la privada todavía tiene en recámara nuevas entregas de 'Ajuste de cuentas', así como las temporadas de 'SOS adolescentes' y 'Supernanny'.
La historia de un campeón en el mundo de las drogas
Hace unos años Pedro García "Toto" publicó el libro "Mañana lo dejo" en el que narra con realidad los 14 años que estuvo enganchado a la cocaína. "Comencé a esnifar cocaína en el año 90, después de los Juegos de Seúl", se confesaba en una entrevista en La Vanguardia. Con tan sólo 15 años llegó al polvo blanco, tras pasar por el alcohol, primero en Madrid y más tarde en Barcelona adonde se marchó con 17 años para jugar en el Catalunya.
"Nunca consumí para rendir más. Era por diversión: cuando acababa una competición lo celebraba, aunque no hubiera nada que celebrar. A partir de 1998 estaba tan enganchado que consumía jueves y viernes, el sábado ponía una excusa para no entrenarme y el domingo iba al partido". En su lucidez, el waterpolista hacía parones antes de las pruebas importantes para no dar positivo en los controles antidopaje. Fue campeón y subcampeón olímpico (Barcelona'92), campeón del mundo (1998), subcampeón en otras dos ocasiones (1991 y 1994). "Antes de los Juegos de Barcelona levanté la mano porque sólo con que uno diera positivo, nos echaban a todos".
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