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'Muertos S.L.' comienza su emisión en Movistar Plus+ a partir del 4 de abril. Los hermanos Alberto y Laura Caballero llegan a la plataforma de streaming después de haber tocado las bases de Netflix y Prime Video. En esta ocasión, se atreven con una ficción laboral que deja a un lado la comedia coral para tener como principal protagonista a Carlos Areces. Él interpreta a Dámaso Carrillo, el agente funerario que quiere hacerse con la dirección de Torregrosa después de la muerte de Gonzalo, su dueño y fundador.
Junto a Areces hay varios intérpretes, como Adriana Torrebejano y Gerald B. Fillmore, quienes dan vida a Manuela y Abel, dos de los tanatopractores. Nos cuentan cómo ha sido aprender todas las técnicas de la tanatopraxia y enfrentarse a lo que supone tener delante a un muerto, aunque sea solo un muñeco. Además, explican las claves de 'Muertos S.L.' y cuáles son sus referentes.Carlos Areces junto a parte del reparto de 'Muertos S. L.'
Adriana, ¿qué te atrajo de tu personaje?
Adriana Torrebejano: No sé qué puedo contar de mi personaje que me dejen, pero lo que sí puedo decir es que Manuela es la tanatopractora de la funeraria. Preparo los cadáveres, los embalsamo y los dejo perfectos para ser velados. Tiene una personalidad peculiar que ya se irá descubriendo a lo largo de la temporada.
¿Fue un reto para ti aceptar este personaje?
A. T.: Me atrajo hacer una sitcom en un tanatorio, es bastante apetecible. Tiene personajes fijos, es una serie muy coral con este humor tan negro y con la firma de los Caballero.
¿Y en tu caso, Gerald?
Gerald B. Fillmore: Interpreto a Abel, uno de los dos tanatopractores. Es un personaje muy especial, en el sentido de que es una persona muy meticulosa, que le encanta su trabajo, es muy ordenado y le gustaría también tener el corazón tan ordenado como tiene la cabeza, pero ahí está un poco más complicado. Tiene unos sentimientos que él mismo intenta conciliar dentro de su corazón y su cabeza hacia una de sus compañeras. No voy a decir cuál (risas), eso lo descubriremos. Lo que me atrajo del personaje y del proyecto fue la oportunidad de trabajar con Adriana Torrebejano, por un lado...
A. T.: Lo sabía.
G. B. F.: ...Y por otro, evidentemente Caballero y comedia van unidos en España. 'Aquí no hay quien viva', 'La que se avecina', 'Machos Alfa', 'El pueblo'... ¿Hola? Y luego el personaje, que es una maravilla también. A mí me da la oportunidad de trabajar la parte física, que es una cosa que disfruto mucho del personaje de Abel, el slapstick y la parte gestual.
A. T.: Los guiones tienen una cosa muy guay. Cuando me los pasaron, que solo me pasaron cuatro, los devoré del tirón y dije: "ostras, necesito esta continuación". Es una serie que ya leída en papel hace mucha risa. Personajes como el de Abel, ya solamente leídos es: "¿pero esto cómo va a ser?". Es muy gracioso que ya te pase eso solo con leer.
G. B. F.: No es solo la historia, es el timing, cómo está contada. Va a una velocidad que te engancha, pero que hace una cosa de in crescendo de farsa que es una maravilla. Es una gozada.
A. T.: Y encima cuando llegamos nos explican cómo quieren rodarlo a nivel técnico. Es todo cámara al hombro y a mí ya me voló la cabeza, ya dije que cuántas temporadas querían que firmase porque me encantó esa forma de trabajar. No es lo que estamos acostumbrados con los hermanos Caballero, es otro tipo de formato, y de repente es una agilidad con esa cámara al hombro, esos zooms... Es increíble rodar así porque hay muchas veces que la propia cámara ya te está contando algo con una mirada. Está ahí como un guion más.
G. B. F.: Es otro personaje, desde luego. Hablábamos que de una manera u otra ya te condiciona en cómo trabajas tú porque la estética es preciosa, parece cine político de los 90. Es increíble. Y luego es verdad que el punto, el zoom... es otro elemento más, un gestito más dentro del personaje.
No es solo la historia, es el timing, cómo está contada.Va a una velocidad que te engancha
¿A qué series diríais que se parece?
A. T.: A nivel técnico diría 'The Office', por ejemplo. Roba muchos momentos, están siempre con cámara al hombro, hay mucho zoom y la cámara es un personaje más, que está dentro de la historia.
G. B. F.: Estéticamente, a mí los colores fríos me lleva a 'Todos los hombres del presidente' o parece una película de Michael Mann de los 90. Parece de repente cine de periodistas políticos.
A. T.: La luz es increíble. Y los decorados... Cuando entramos por primera vez fue como: "¿pero esto qué es? ¡Si esto es enorme!".
La primera vez que entráis aquí, ¿cómo os habituáis a que parezca que trabajáis en una funeraria?
A. T.: Cuando entramos, lo primero que vimos fue el descansillo y flipamos, pero lo que más nos impresionó fue nuestra sala, la de tanatopraxia. Es todo tan real y como no hay cuarta pared, que es todo de verdad, tenemos techo, estás dentro de la movida. Eso fue increíble. Y luego tener muertos ahí, que los matan previamente para la serie... (risas).
G. B. F.: Son extras que firman un contrato de que post morten pueden seguir siendo extras.
A. T.: Vienen calentitos, pero al final del día se van enfriando.
Tiene que ser chocante grabar esas escenas.
A. T.: Hoy me ha dicho Gerald: "¿No te resulta que ya es normal tener al muerto aquí?". Pero la primera vez fue un poco impactante. De hecho, todo el aprendizaje que hemos tenido, que tenemos a Álex, nuestro tanatopractor, que nos enseña a proceder en nuestros trabajos. Yo estaba blanca y a punto de vomitar.
G. B. F.: Hay un punto en el que había que devorar mucha información para naturalizarlo cuanto antes y acostumbrarte, que al final son los personajes que estamos interpretando: gente que es su día a día. Somos dos tanatopractores distintos, ni siquiera los dos enfocan el trabajo de la misma manera, pero es verdad que ya nos hemos hecho a tapar orificios, coser bocas...
'Muertos S.L.'
¿Habéis descubierto algo que os haya llamado mucho la atención en esa investigación?
A. T.: Todo.
G. B. F.: No tenía ni idea de lo que era acondicionar un cuerpo porque parece desde fuera que es maquillar, pero no.
A. T.: No me voy a poner exquisita a decir cosas, pero se hacen muchas cosas obvias que por desconocimiento no se saben. Cuando has tenido que vivir una situación que es una desgracia, que pierdes un familiar, ves a la persona perfecta y por eso este trabajo es tan maravilloso. Pero claro, no te llega así. Eso es lo que hemos tenido que aprender.
G. B. F.: Y es lo que los tanatopractores quieren trasladar, que es dar una oportunidad a la familia, darle un último adiós, de poder ver a su ser querido lo más parecido que era en vida y poder crear esa sensación de que la persona está dormida y está en paz.
A. T.: Pero se hacen muchas cosas.
¿Cómo lleváis el tema de la muerte?
A. T.: La serie no va de muerte. Lo guay que hacen ellos, que escriben muy bien, es que no va de eso. No deja de ser una PYME familiar que va de las cosas que nos pasan a nosotros y la gracia creo que es estar tapando una fosa nasal, metiendo un algodón en un cuerpo, pero estás hablando de que el otro día...
G. B. F.: De quién te gusta en el trabajo, de qué vas a hacer el fin de semana...
A. T.: Eso es lo gracioso, sin entrar en spoilers. Va de otra cosa la serie.
G. B. F.: A la vez sí que tiene un punto sobre la muerte, evidentemente la muerte está ahí presente, y también nuestra relación con la muerte. Es verdad que culturalmente la muerte impacta.
A. T.: Va a impactar porque se va a ver.
G. B. F.: Sí que con el paso del tiempo lo mismo ha pasado que con los cuerpos. Tu relación cambia. Los primeros días da la sensación de que entras en una funeraria y de que estás en una funeraria.
A. T.: Cuando te deja el taxi en la puerta y de repente: "ay, lo siento". Y yo: "no, no, si vengo a trabajar" (risas).
La primera vez que grabé una escena de muertos fue un poco impactante. Yo estaba blanca y a punto de vomitar
¿Cómo ha sido trabajar con extras que hacían de muertos? ¿Se generan situaciones incómodas?
A. T.: El otro día se me durmió una persona. Los dejo tan relajados...
G. B. F.: Es muy buena tanatopractora.
A. T.: Soy muy buena, sí. Cuando son muñecos son cosas que evidentemente no se lo podemos hacer a una persona viva, pero cuando es gente viva, es gracioso.
G. B. T.: Siempre es viva la gente.
A. T.: No, porque hay muñecos.
G. B. T.: Sí, pero entonces no es gente, son muñecos. ¿Quién te impacta más a ti? ¿Los muñecos o la gente viva?
A. T.: Los muñecos.
G. B. T.: Los muñecos para mí es un primer impacto, pero una vez que te acostumbras a que es un muñeco, ya es increíble.
A. T.: Claro, es que les haces cada cosa...
G. B. T.: Es verdad que al muñeco le haces unas cosas que no le haces a las personas, por supervivencia.
A. T.: Pero el otro día el difunto se durmió.
G. B. T.: Mira que es una postura incómoda estar ahí. Pero la persona sí que te da mucho respeto.
A. T.: Hombre, que todo el rato estamos preguntándole.
G. B. T.: A mí me tocó en otra serie estar dentro de un ataúd... E impacta.
¿Cómo es vuestra preparación como actores? Aunque Carlos Areces es el protagonista, no deja de ser muy coral.
A. T.: Sorprendentemente esta gente hace magia. No nos conocíamos. Excepto a Salva, que lo conocía un poco, y a Carlos. Hemos engomado muy bien.
G. B. T.: Hay mucha química, es increíble porque se ha hecho muy rápido.
A. T.: Tiene muchas escenas corales esta serie y hemos encajado muy bien. También las personalidades están muy claras como personaje, entonces tienes más afinidad con unos personajes que con otros, no hablo de verdad, sino de acting, y encajan muy bien todos y eso hace que tengan mucho timing y mucho ritmo.
G. B. T.: Es la cuarta o quinta serie que hacen los Caballero y ya han creado escuela. Entras y ya sabes un poco o tienes una idea de a lo que entras. Lees el guion y rápidamente te lo imaginas, así que al final es como quien va a hacer una película de Woody Allen y lee los diálogos y ya se imagina un poco de qué va.
A. T.: Y sobre todo que Laura Caballero lo tiene todo tan claro que estar a su servicio es muy fácil. Tú te lo lees y está tan claro lo que quiere contar. Es muy precisa. Cuenta todo como lo quiere y lo tiene muy claro, entonces llega muy fácilmente.