Aina Clotet estaba llamada a ser una pieza clave en el reparto de 'Déjate llevar', la nueva serie de Leticia Dolera en #0. Sin embargo, la directora decidió prescindir de ella tras comunicarle que estaba embarazada, alegando que "diferentes escenas de sexo no podían encajar con una persona que, al inicio de la grabación, estaría embarazada de cuatro o seis meses". Ahora, la propia Clotet ha dado su versión de los hechos a través de un comunicado.
Aina Clotet y Leticia Dolera
Sin embargo, pese a mi silencio, la semana pasada varios medios de comunicación publicaron declaraciones de Leticia que me resultaron sorprendentes, y he considerado oportuno hacer públicas algunas de las circunstancias que rodearon mi salida de la producción.
A finales de junio fui seleccionada para interpretar un personaje protagonista de la serie. El rodaje estaba previsto desde mediados de septiembre a finales de noviembre y mi personaje tenía unas 25 sesiones de trabajo, lo cual suponía la mitad del tiempo de la filmación. A principios de julio, descubro que estoy embarazada de cuatro semanas. Conozco perfectamente las características del personaje y decido comunicar la noticia inmediatamente a la directora, con la voluntad de ayudar a la producción y para que se puedan plantear la organización del rodaje teniendo en cuenta mi estado.
En mi anterior embarazo tuve que renunciar a proyectos profesionales porque, en esa ocasión, coincidían con un momento muy avanzado de mi gestación por lo que ni me planteé poder participar en ellos. Pero esta vez, empezaba a rodar estando de poco más de 3 meses y medio (no entre 4 o 6 meses, como se ha publicado), por lo que entendí que, con una planificación adaptada, podría rodar la mayoría de mis escenas antes de que mi embarazo fuese perceptible. Si llegado el momento en que mi embarazo fuese visible, quedaran escenas pendientes de rodar, entendía que se podría recurrir a cualquiera de las técnicas que utilizamos de forma habitual en estas circunstancias, como adaptar el vestuario, ajustar planos de cámara, sugerir que el personaje, que ya es madre de dos niñas, no necesita tener un vientre completamente plano, usar dobles de desnudo puntuales, etc. Y así lo propuse. Entiendo que dicha adaptación suponía un esfuerzo para todo el equipo pero, como en el sector audiovisual es habitual adaptarse a todo tipo de imprevistos, asumí que la producción de una serie marcadamente feminista y que plantea la dificultad de ser mujer y madre en esta sociedad, consideraría todas las opciones para no excluirme solo por estar embarazada.
Dos días después de comunicar la noticia, la directora me informa telefónicamente que no cree que puedan contar conmigo porque hay un problema con la póliza del seguro, que establece un coste altísimo para cubrir cualquier problema derivado del embarazo y que además ven complicado cambiar el plan de rodaje.
Inmediatamente después, me llega que ya han abierto casting para mi personaje. Contacto con ellos y me comunican que es únicamente por si no consiguen solucionar el problema del seguro. Ante mi sorpresa con esta problemática, mi representante y yo nos asesoramos con distintas asociaciones como CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), AISGE (Artistas intérpretes sociedad de gestión) y ARAE (Asociación de representantes de actores españoles). También hablamos con varios productores y directores que habían rodado con actrices embarazadas y descubrimos que, efectivamente, los precios de las pólizas de seguro que cubren riesgos asociados al embarazo son elevados y que, ante estas situaciones, no existe un standard y depende de la voluntad de cada producción asumir la contratación de actrices embarazadas, como ya ha ocurrido en numerosas ocasiones.
Mi representante y yo pedimos una reunión con el productor y la directora. En ella proponemos de nuevo todas las posibilidades de adaptación de planificación y artísticas anteriormente mencionadas pero Leticia sigue sin ver factible disimular mi embarazo en la última fase de grabación, argumentando que el personaje tiene escenas de cama. Dado que mi interés y compromiso con esta serie era absoluto y entendiendo que parte del problema residía en un motivo económico (cambiar el plan de rodaje puede suponer un aumento presupuestario), puse a disposición mi salario para cubrir cualquier coste adicional que mi embarazo pudiese suponer a la producción. En esa misma reunión preguntamos si Movistar+, como plataforma que encargó el proyecto, estaba al corriente de la situación y nos responden que no. Solicitamos que se les informe y acordamos que así lo harían.
Días más tarde, en mi séptima semana de gestación y cuando todavía quedaban dos meses para que el rodaje empezara, el productor me transmite que, definitivamente, es legal y artísticamente inasumible mi presencia en la serie.
Leticia, en compensación, me planteó la posibilidad de interpretar un personaje capitular que decidí rechazar, no por el hecho de ser un personaje menor, como se ha dado a entender públicamente, sino por la gran sensación de desprotección que había sentido durante todo el proceso.
A finales de julio, mi representante y yo solicitamos una reunión con los directivos de Movistar+, que finalmente tuvo lugar el 17 de septiembre, justo el día en que se iniciaba el rodaje de la serie. En esta reunión expusimos todos los hechos acontecidos. El equipo de Movistar+ nos trasladó que no tenían conocimiento alguno de la problemática existente con la póliza del seguro para embarazadas, ni de ninguno de los problemas económicos y de planificación esgrimidos por la productora para apartarme de la serie. Añadieron que, de haberlo sabido, hubieran volcado toda su voluntad para intentar evitar que esta situación ocurriera.
Soy plenamente consciente de la enorme presión que conlleva dirigir y producir un proyecto como este. Pero por otra parte creo que es necesario mostrar la otra cara de la moneda, la de la presión que tiene la mujer que se queda embarazada y tiene que decidir si esconde su embarazo para conservar el trabajo o lo explica para favorecer la organización del mismo, arriesgándose a perderlo. Yo opté por decirlo por lealtad al proyecto y perdí un trabajo importante para mí, así como otro trabajo que rechacé por formar parte de este.
Creo, fervientemente, que ninguna mujer debería verse en la necesidad de ocultar algo así para proteger su carrera profesional y siento que es compromiso de todas y todos luchar por una sociedad justa y equitativa, que no reduzca las oportunidades de las mujeres en momentos tan cruciales como el embarazo o la maternidad".