Albert Rivera dimite de su cargo como presidente de Ciudadanos tras los malos resultados cosechados en las elecciones generales del 10-N. Así lo ha confirmado ante la Comisión Ejecutiva Nacional, a pesar de que en un primer momento anunció que su cargo lo pondría a disposición de los militantes de su partido. No obstante, el aviso de una comparecencia para las 12:00h de este 11 de noviembre y sin preguntas ya daba pie a ver que su final era una crónica de una muerte anunciada. El político dice adiós al cargo que ostenta desde 2006, cuando fue elegido presidente en el primer Congreso del partido.
Albert Rivera compadece después del 10-N
La debacle electoral también se traducía en que muchos rostros destacados del partido perdían su acta como diputado, como el propio secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, el secretario de Organización, Francisco Hervías, o Juan Carlos Girauta. También se quedaba sin sillón su fichaje estrella, el abogado del Estado Edmundo Bal.
Tres decisiones
'Los desayunos de TVE' ya habían adelantado que la decisión se iba a producir, dado que fuentes del cónclave filtraron la información a ciertos medios, como El Mundo, el primer diario en tener la primicia. "Hoy quiero comunicarles tres decisiones. Dos de ellas políticas y una personal", anunciaba el político en la rueda de prensa, aunque, antes de meterse en materia, primero decidía hacer un pequeño repaso por su trayectoria en el partido. "La primera decisión que he tomado es que dimito como presidente de Ciudadanos", sentenciaba, dejando claro que "los malos resultados son del líder" y, como tal, asumía las consecuencias de lo sucedido. "Lo segundo que les quiero comunicar, en coherencia con lo que pienso, es que renuncio a mi acta como diputado", proseguía el político, que explicaba que su decisión radica en que, para él, "ser diputado en el congreso no es una nómina".
La tercera decisión parecía que sería quién quiere que sea la persona que le suceda en el cargo. Sin embargo, Rivera sorprendía con una gran declaración: "Dejo la vida pública, en coherencia con lo que soy". Esta sí que era una noticia que pillaba por sorpresa, dado que lleva apenas 12 años en política. "Vengo de la sociedad civil, tengo una profesión y es lo que quiero hacer", confesaba, a la par que admitía que "la vida es mucho más que la política". "Ha llegado el momento de servir a otra gente: mis padres, para que dejen de sufrir; mi hija, que ha estado conmigo menos fines de semana de los que merecía; mi pareja, que ha estado conmigo en todo momento; mis amigos, que me veían por la tele y quiero que a partir de ahora me vean en una reunión con ellos o tomando un vino y hablando", enumeraba el de Ciudadanos, aunque no sabía si debía llamar a esto "adiós" o "hasta luego".
Lo que sí sabía era cómo acabar su despedida. Lo primero, citando a Obama: "Si para ganar tienes que dividir a la gente, vas a tener un país ingobernable". Con esta frase, el político se iba dando un gran zasca al resto de formaciones. Lo segundo, exaltando el valor básico de la democracia: "Como me apasiona la libertad, quiero acabar diciendo: 'viva la libertad'".
Una respuesta consensuada
Los analistas políticos parece que tienen bastante claro qué ha pasado con Ciudadanos. La respuesta se llama VOX. La formación de Santiago Abascal ha logrado doblar sus resultados en apenas medio año, comiéndose a los votantes potenciales del partido naranja. Y es que, es cierto que su electorado nunca ha sido ideologizado y, por lo tanto, retenerlo es una proeza complicada. Cataluña es otro de los puntos en los que coinciden los analistas, ya que en los últimos meses Rivera había centrado en demasía su discurso en la comunidad, dejando de lado otros problemas, a los que sí ha atendido VOX.
Ciudadanos, que encontró su nicho en el centro político, dio un giro claro a la derecha a raíz de los últimos pactos autonómicos, como su asociación con VOX en Andalucía y Madrid. Además, su cordón sanitario hacia el PSOE ha sido un factor clave para el bloqueo político, lo que ha provocado que termine por perder esos últimos reductos de centro o izquierda. Rostros destacados del partido ya le advirtieron del peligro que suponían dichos pactos, como Manuel Valls, que rompió con ellos después de que esto sucediera.