Alejandro Hernández y Mariano Barroso son los creadores de 'Los Farad', la ficción de Amazon Prime Video que corre a cargo de MOD Producciones que nos teletransporta a la Marbella de los años 80. En aquel momento, donde la ciudad comenzaba a congregar a la gente más importante de la sociedad, el negocio del tráfico de armas se mantenía como algo totalmente visible y aceptado por la sociedad.
Hablamos con el guionista y director para que nos cuenten la concepción de este proyecto que se encuentra basado en hechos reales. Además, nos relatan cómo ha sido la preparación y por qué a día de hoy el tema que narra 'Los Farad' se encuentra totalmente vigente.
Mariano Barroso dirigiendo una escena de 'Los Farad'
¿Cómo surge el proyecto?
Alejandro Hernández: Nos habíamos leído un libro sobre el mundo de los 80 en el tráfico de armas, de David López Canales, que es un poco el contexto de cómo funcionaba, y a raíz de eso se nos ocurrió al hablar inventarnos una historia de una familia situada en el mundo oeste de Marbella y que fuera un viaje a lo que fue la Guerra Fría en los 80, el tráfico de armas, pero desde un contexto familiar de una familia que podían ser panaderos. Tenemos los dilemas, la crisis y los conflictos de una familia, pero la única diferencia es que en vez de tener un trabajo normal se dedican al tráfico de armas, que nos parecía un elemento bastante desconocido. Se sabe mucho del tráfico de drogas, pero el tráfico de armas es una cosa que en general es legal y no viven escondidos ni están perseguidos por nadie y juegas todo el rato en una ambigüedad moral que a Mariano y a mí nos encanta ese tipo de personaje de esa ambigüedad, esa imprecisión de dónde te mueves y dónde está esa línea roja.
Mariano Barroso: El punto de partida fue ese libro, pero a partir de ahí nos inventamos todo lo demás.
A. H.: La historia es original.
M. B.: Está basada en hechos reales, pero esta familia no existió, los personajes no existieron... Es una invención, es un cuento, una fábula, sobre todo un mundo que sí existió y sigue existiendo...
A. H.: Y hoy está de mucha actualidad.
M. B.: ...Sobre todo una industria que sigue muy pujante ahora, que es el tráfico de armas y la Guerra Fría, y sobre un entorno y un telón de fondo social que existió y que existe, que es Marbella en los años 80, que era muy pujante y un cruce de caminos de ambición. Era un lugar donde se encontraba todo tipo de personajes con todo tipo de intereses y ambiciones. Ahí no había nadie que no buscara algo. Es muy cinematográfica, nos parece que es muy extrapolable a cualquier otra cultura porque se identifica en seguida no solo la ciudad de Marbella, sino las referencias a las guerras y países, a los personajes también y a las familias. Hay muchos puntos que son muy reconocibles.
El tráfico de armas está muy vigente en estos momentos que estamos viviendo la guerra de Ucrania, por lo que la serie podría ser de la década de los 80 o de la de 2020.
A. H.: Los mecanismos de funcionamiento del comercio de armas es el mismo: certificado de uso final, que son unas personas, completamente legales, que actúan como mediadores y ahí están las comisiones. El traficante de armas básicamente vive de comisiones entre estados. Aquí en España, en el norte, en País Vasco, había fábricas de armas que se vendían muy bien, en el Líbano. Había gente, lobbistas además, con acceso a la Moncloa, que hacía estos negocios completamente legales. Y así sigue funcionando.
M. B.: No hay ninguna diferencia entre el comerciante de armas y de zapatos o de películas. Son gente que vive de la comisión, intermediaros que viven de esto porque es algo legal. Te das cuenta cómo es una especie de la vida es sueño porque la legalidad se la da un país, que en este caso era Yemen, para que tú hicieras las operaciones de forma legal. Quién iba a discutir que Yemen era un país y hay varios países que te dan ese papel y si tú quieres traficar con armas te dan ese certificado y te dedicas a eso. Ahora, te la tienes que ver con otros que son de ese negocio.
A. H.: Yo estuve en África en el año 1988 como soldado y recuerdo que ahí de repente veías que venían pilotos norteamericanos a llevar material nuestro y era la Guerra Fría y tú decías: "¡pero si son americanos!". Nosotros somos cubanos, comunismo, imperialismo... Y los contrataban los propios angolanos para llevar material y nos hacían un favor. Les pagaban 25.000 dólares por pesar las ruedas en la pista a la que tenían que llegar. Nosotros nos íbamos gratis y a ellos les pagaban 25.000.
Mariano Barroso junto a Susana Abaitua, Omar Ayuso y Miguel Herrán en 'Los Farad'
Volvéis a trabajar juntos otra vez. ¿Cuál es la clave de esta buena relación profesional entre ambos?
M. B.: Nos compenetramos bien. Hablamos un lenguaje común y tenemos una visión muy similar de las cosas que contamos y nos encontramos en la forma de contarlas, en la ironía como una de las herramientas de las claves de nuestro lenguaje, en distanciarnos del tipo de historias que contamos. Nos encontramos ahí, en ese planteamiento, en los personajes en los que profundizamos y les añadimos capas.
Mariano, en una entrevista dijiste que el cine tiene un impacto que engancha al espectador y que en la tele se pierde. Ahora que estás haciendo una serie que se va a ver en televisión, en ordenador... ¿Os presenta ese reto para hacer algo que enganche al espectador como en cines?
M. B.: Es indudable porque nosotros, además de cineastas, somos espectadores, entonces como espectador quizá tenemos que ser un poco egoístas. Como espectador yo disfruto más en una sala de cine por el impacto emocional que tiene una historia, no hay nadie que reconozca lo contrario. Pero como cineasta cuentas de la misma forma en un medio o en otro porque lo que buscas son unos momentos, unas escenas, unos lugares en los que lo que estás contando puede coger cierto vuelo y buscas esos instantes, esos momentos en los que puedes impactar y emocionarte y tú como cineasta los puedes disfrutar. Es un poco egoísta, ojalá se pudiera ver todo en la pantalla grande, pero no podemos luchar contra eso.
A nivel profesional, ¿qué diferencia habéis notado de trabajar con Movistar Plus+ a trabajar con Amazon Prime Video?
M. B.: La verdad es que muy poca. Desde el punto de vista de los contenidos, desde que estoy haciendo series he trabajdo con Movistar Plus+, con Netflix, con Amazon y no he sentido el más mínimo problema y presión, sino todo lo contrario. Es un respeto por parte de todos. De hecho, hay personas que estaban en Movistar Plus+ y ahora nos los hemos encontrado aquí.
A. H.: Yo la verdad es que he trabajado muy a gusto en todo. Aquí hemos tenido unos recursos con más peso.
M. B.: Hombre, Movistar Plus+ es más familiar, si quieres, y aquí hay más filtros y más instancias.
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A. H.: No he tenido a ningún John mandando notas de guion desde Los Angeles.