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Ana Obregón, en imágenes 56 fotos
Un día después de que Ana Rosa Quintana entrevistara a Ana Obregón en 'TardeAR', desde donde se dirigió a Alessandro Lecquio, 'Vamos a ver' aprovechó la presencia del colaborador, el miércoles 25 de octubre, para abordar el asunto y tratar de conseguir una respuesta al llamamiento de Obregón sobre la hija de su difunto hijo Álex.
"Soy una persona educada. De entrada, la respeto profundamente porque es la madre de mi hijo. Y, por supuesto, cariño también. Pero, en este tema, ya sabéis que, por una cuestión de higiene mental, he decidido no hablar", manifestó Lecquio, cuando señalaron el hecho de que mirase con cariño a Obregón, tras lo cual dejó claro que se sentía "incapaz de estar todo el día sacando" la muerte de su hijo "y por eso me mantengo en silencio".Alessandro Lecquio repasa las declaraciones de Ana Obregón en 'Vamos a ver'
"Eso sí, lo que hay que decir es que una bebé de siete meses no tiene capacidad para desear conocer a alguien. Eso es directamente absurdo", lanzó Lecquio, en referencia al mensaje que Obregón le dedicó el día anterior. Por entonces, la madrileña afirmó que "la niña tiene muchas ganas de verte. Le he enseñado fotos tuyas y sonríe también", al igual que recalcó de la pequeña Ana Sandra que "es la hija de tu hijo y creo que Álex sería muy feliz si pudieras abrazarla".
"¿Por qué te pone en esta tesitura?"
El colaborador dejó claro que "es una alegría inmensa verla con una sonrisa", además de que "no puedo" juzgar "determinados comportamientos" de Obregón con la niña, "porque entonces no acabamos". "Habría que explicar muchas cosas y no quiero entrar", explicó Lecquio al respecto, tras lo cual insistió en su necesidad de "silencio por mi bienestar". "Si respeta tu silencio, ¿por qué te pone en esta tesitura?", planteó Joaquín Prat, una vez repasaron las declaraciones que Obregón había hecho sobre Lecquio.
"Somos distintos. ¿Cuántas entrevistas ha hecho? Y yo, ninguna. Ella es así", respondía el colaborador quien, cuando sus compañeros opinaron que Obregón lo estaba tachando públicamente de ser "un mal abuelo", afirmó que "sé perfectamente que ella no piensa eso". "Sinceramente, lo importante es cómo estoy yo, cómo me siento, cómo está mi mujer y mi hija. Y el resto me da exactamente igual", añadió Lecquio, tajante y despreocupado sobre lo que pudieran pensar los demás de él, especialmente con algo tan "íntimo".
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