El pasado 20 de septiembre, Carmen Borrego regresaba al trabajo después de la muerte de María Teresa Campos. La tertuliana comenzaba una nueva etapa en 'Así es la vida' y lo hacía con una esperada entrevista sobre el fallecimiento de su madre y sobre cómo se encuentra tan solo unos pocos días después de lo ocurrido. No obstante, sus declaraciones no han sido del agrado de todos.
'Vamos a ver', su próximo destino laboral, ha comentado esta primera entrevista donde Joaquín Prat ha hecho gala de su empatía: "Imagínense si duele la cicatriz, sigue doliendo. Podemos empatizar todos los que hemos perdido a un ser querido con Carmen". Sin embargo, rápidamente ha saltado Alessandro Lecquio, que no piensa igual: "Cada uno lleva el luto como puede, que no es poco, pero yo creo que esa actitud de huérfana doliente es un poco exagerada. Teresa es una madre, pero una madre octogenaria y enferma. Hay que seguir trabajando".
Carmen Borrego en 'Así es la vida'
El colaborador ha tratado de matizar sus palabras, afirmando que todos los allí presentes han perdido también a alguien: "No es un juzgar, Dios me libre, es un comentar. El dolor está ahí, pero estoy seguro de que María Teresa hubiera hecho todo lo posible para llevarlo por dentro intentando no dar pena". No obstante, ya era demasiado tarde, pues el resto de tertulianos no han dudado en salir en defensa de Borrego. "Es que decir que es exagerado me parece injusto", declaraba Kike Calleja.
Alessandro Lecquio compara con su experiencia
"Lo que yo veo es un personaje, que es una de las entrevistas más buscadas, que está afrontando las preguntas que se le harían a absolutamente todos con un dolor desgarrador", comentaba Isabel Rábago, rompiendo una lanza por la hermana de Terelu Campos. "Yo no siento que ayer Carmen diera pena, sino que volvía al trabajo para hablar, además, de su pena, que no es como el que vuelve al trabajo a una oficina a hacer transferencias bancarias", opinaba Sandra Aladro, una de las voces más críticas con Lecquio.
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Calleja volvía a la carga con dureza hacia su compañero: "No puedes juzgar la pérdida de una madre. Por muy mayor que sea, no va a doler más o menos. Te duele porque pierdes a tu madre". Era ahí cuando Alessandro Lecquio tomaba de nuevo la palabra, muy alterado: "Has dicho que ha ido para hablar de su pena. No es necesario, tú te puedes negar. No forma parte de tu trabajo hablar de la pena que sientes por una madre desaparecida. ¿Me vas a decir tú a mí lo que tengo yo que decir? Que creo que no habéis pasado ninguno por lo que yo he pasado". Sin embargo, Aladro no se callaba y aseguraba que no se es peor por no negarse a hablar.