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Miles de capítulos han tardado en 'Amar es para siempre', pero finalmente han llegado a la muerte de Francisco Franco. La planificación de la serie ha sido perfecta, alcanzando el histórico momento justo en un 20 de noviembre, igual a la fecha en que se produjo 43 años atrás. Las reacciones de los personajes han ido desde el dolor hasta la celebración, pasando por la indiferencia y con el curioso caso de Pelayo (José Antonio Sayagués), que se encontró frente a frente con el cuerpo del dictador.
Los personajes de 'Amar es para siempre' siguen el anuncio de la muerte de Franco
Quienes no saben si brindar son los hermanos De la Vega, que prefieren optar por continuar sacando adelante la empresa y mantenerse al margen de la política. Una actitud diferente toma su madre, Ascensión (Anna Azcona), que hasta pretende llamar personalmente a Carmen Polo para darle el pésame por su viudedad. Las palabras que le dedica Mónica (Lucía de la Fuente) en medio de su dolor dan cuenta de que la juventud tenía otras preocupaciones: "Ya se podía haber muerto ayer, que tenía examen de ciencias".
Pelayo da un discurso a Franco
Por supuesto, en el bar El Asturiano seguían en directo las noticias y recibían el histórico mensaje del presidente del gobierno franquista con ilusión, pero con un toque amargo, ya que faltaba Pelayo. La incógnita sobre dónde se encontraba el entrañable abuelo de la serie se mantuvo durante gran parte del capítulo, pero finalmente se reveló: estaba con el mismísimo cuerpo del dictador.
La maleta del doctor Riga (Óscar Oliver) que Pelayo debía custodiar resultó estar llena del instrumental con la que el propio doctor realizó el embalsamamiento del finado jefe del Estado. Pelayo, en su inocencia, no podía creerse que estuviera en el mismo hospital que el Generalísimo, pero Riga no tardó en corregirle al descorrer una cortina y revelara la verdad: "No sólo en el mismo hospital, en la misma habitación".
Pelayo (Jose Antonio Sayagués) frente al cadáver de Franco en 'Amar es para siempre'
En efecto, Pelayo se encontró frente a frente con el cadáver, y una reunión médica alejaría pronto al doctor Riga de la habitación. Así, Pelayo y el "chaparrito", como denomina el personaje a Franco, quedaron a solas y el camarero le dedicó un intenso monólogo al desaparecido general al más puro estilo "Cinco horas con Mario" en que resumió su resentimiento, esperanza y nostalgia.
El striptease franquista de Amelia
La muerte de Franco se dejó notar también en el King's. El club nocturno continúo con su actividad la noche siguiente a la muerte de Francisco Franco, ofreciendo su entretenimiento libertino a la todavía puritana sociedad de la época. Pero una de las actuaciones de la noche hacía presagiar que se avecinaban nuevos tiempos en España, ya que fue provocativa no solamente en un sentido erótico.
Amelia (Carol Rovira) y su striptease vestida de Franco en 'Amar es para siempre'
Se trata, por supuesto, de una de las actuaciones de Amelia (Carol Rovira). La cabaretera de nuevo protagonizó un sensual baile en que se quitaba la ropa, lo cual podría ser una actuación más de no ser porque esas ropas eran las de un general. Además de la parafernalia militar, el striptease fue introducido por las palabras "Españoles, Franco ha muerto", haciendo la referencia al dictador tan explícita como el propio espectáculo.
Consecuencias que van para largo
Aparte de estos grandes momentos, el fallecimiento de Franco ha dado pie a muchas otras situaciones más o menos relacionadas con el suceso, como la muerte de un huésped llamado Francisco en el hotel. Sin embargo, la que más repercusiones tendrá es la desaparición de la mano incorrupta de Santa Teresa, que ha desaparecido en El Asturiano, una vez más, por culpa con las maletas del pobre Eladio Riga. Unas consecuencias inmediatas que abrirán una nueva época llena de posibilidades para 'Amar es para siempre'.