La Ley Trans ha conseguido ser ley después de un camino bastante tortuoso. Lo que supone una mejoría en los derechos de este colectivo después de una historia de patologización y discriminación no ha dejado indiferente al área más conservadora. Su aprobación ha sido objeto de debate no solo en el Congreso, sino también en los programas de televisión como 'El programa de Ana Rosa'.
Su presentadora daba paso durante la mañana del 20 de febrero a Luisa González, vicepresidenta del Colegio de Médicos de Madrid, quien alertaba de la preocupación de su sector por "una ley completamente acientífica": "Los protocolos sanitarios y educativos que se derivan de esta ley [...] están fuera de toda ciencia. Producen efectos adversos irreversibles que no se pueden recuperar. Hay daños en la fertilidad irrevocables, insatisfacción del deseo sexual, aumento de la incidencia de tumores", alertaba.
'El programa de Ana Rosa'
El discurso de esta doctora se centraba únicamente en el cambio biológico, sin hacer ninguna mención a la autodeterminación de género y a uno de los avances de esta ley: no es necesario hormonarse para obtener el cambio de sexo en el DNI. Prueba de ello es cómo durante su intervención hablaba de los problemas a los que aludían las personas que han detransicionado y, como no podía ser de otro modo, sacaba a colación a los menores: "En el último año ha aumentado más de un 2000% la demanda de menores que, de la noche a la mañana, dicen: 'mamá, soy trans'. Lo único que se les ofrece con esta ley nacional y con esta que tenemos autonómicas es terapia afirmativa".
González argumentaba que era necesario recurrir a terapias explorativas y psicosexuales con los menores que afirman no estar conformes con su género, algo que puede acabar desembocando en las terapias de conversión que esta ley prohíbe. Sin conocer la nueva norma, puede parecer que un menor puede tomar la decisión por sí solo y acudir al registro civil a proceder al cambio de sexo a su voluntad. No obstante, la Ley Trans aclara que entre los 12 y los 14 años necesitan autorización judicial, que de los 14 a los 16 años tienen que acudir con sus tutores legales y que ya será a partir de los 16 años cuando puedan realizar este cambio sin ningún informe médico que lo único que hacía era considerar que su deseo de autodeterminación podía ser una enfermedad mental.
Relación con las enfermedades mentales
"La realidad en la literatura científica es que hay un 40% que tienen trastornos del espectro autista, un 70% que ha sufrido bullying, abusos o malos tratos. En todos ellos se diagnostica trastornos adaptativos o de la personalidad. Esta ley es una barbaridad", explicaba la vicepresidenta del Colegio de Médicos, relacionando la enfermedad con aquellas personas que afirman sentirse trans, lo que ha despertado la queja de figuras relevantes del colectivo como Carla Antonelli. "Cuidado, hay un enorme contagio social. Hay que acompañar a estos adolescentes, una espera vigilante, una valoración integral de su salud", completaba la médica.
Para continuar poniendo a los menores en el foco de la alarma social, la invitada aludía a que "en redes hay un transgenerismo muy activo" que asocia a las personas con un género u otro o que las etiqueta como trans si realizan según qué determinadas acciones. Según la experta, "que no le guste llevar pendientes" ya es catalogado como que una mujer no es mujer, lo que fomenta este "alarmante aumento de casos" de transexualidad al que hacía referencia la diputada de Vox en el Congreso.
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Estas palabras se caen por su propio peso, dado que precisamente una parte importante del colectivo LGTBIQ+ busca romper con los roles de género. Para finalizar su intervención ante Ana Rosa Quintana, afirmaba: "Los médicos vamos a seguir peleando todo lo posible para que nuestros enfermos sigan bien cuidados y atendidos". Estas palabras han generado debate en la mesa del programa, ya que varios tertulianos han entendido que estaba patologizando a las personas trans.