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'Anatomía de Grey': Catherine y Webber se declaran la guerra en el 16x12

Schmitt acude a visitar a su tío y descubre un gran secreto que llevaba ocultando toda su vida.

Por Azucena Pereira El 10 de Febrero 2020 | 11:03

La semana pasada en 'Anatomía de Grey' la doctora Bailey regresaba a su puesto de trabajo tras un breve descanso después de los últimos acontecimientos traumáticos. Sin embargo, se veía obligada a enfrentarse a los comentarios sarcásticos y malintencionados de Koracik, desconocedor del aborto que había sufrido Miranda. Además, el extraño caso de una paciente le hacía comprometerse más de la cuenta, trabajando junto a DeLuca en una historia que todavía no ha terminado. Por su parte, Richard mostraba su lado más paternal al acudir casa de Maggie para averiguar por qué había decidido renunciar a su carrera médica. Sus palabras eran de gran alivio y, por lo menos, logró que saliese de su cuarto, conversara y se desahogara, algo que ni Meredith ni Amelia habían conseguido.

En este episodio número doce de la decimosexta temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "The Last Supper", y que en España podemos ver gracias a Fox Life, nos alejamos por un día del Grey-Sloan Memorial Hospital para embarcarnos en un viaje emocional que tiene dos líneas principales. Por un lado, una trama protagonizada por Schmitt, uno de los secundarios que más ha evolucionado y que mayor peso ha ido ganando con el paso de tiempo. Por otro lado, una cena familiar en casa de Richard y Catherine repleta de sorpresas y giros inesperados que abren la puerta a una nueva guerra.

Cuestión de libertad y felicidad

Schmitt conoce al amor de su tío en 'Anatomía de Grey'

Tras el susto vivido después del accidente en el bar de Joe, Schmitt trata de recuperarse poco a poco. Sin embargo, el joven residente no gana para sustos últimamente y recibe la noticia de que a su tío Saul le queda muy poco tiempo de vida. Se trata de un familiar muy querido para él, aunque para el resto de su familia no deja de ser un hombre malhumorado y al que pocos tienen aprecio. Detrás de este asunto ya podemos intuir que se esconde una historia mucha más profunda, algo que confirmamos cuando se desvela que Saúl estaba enamorado de un hombre. Por tanto, era una trama con una resolución previsible, aunque con pequeños detalles geniales, una gran mezcla de humor y tragedia y un trasfondo inspirador y liberador.

Analizando la situación por partes, resulta complicado no sentir cierta ternura al ver a Schmitt, pues el pobre siempre va con la mejor intención del mundo y no dejan de pasarle cosas malas. Pero tampoco podemos evitar sonreír cuando le vemos sentirse culpable al creer que ha matado a su tío por desvelarle que es homosexual y que tiene novio. Además, las lecciones de vida aprendidas por Schmitt gracias al hombre del que estaba enamorado su tío son el mejor legado que le podía dejar en su lecho de muerte, unas enseñanzas que le hacen despertar y comprender que él también tiene todo el derecho de ser libre y amar a quien quiera sin importar las apariencias o las opiniones ajenas.

La hora de la verdad

Richard Webber en 'Anatomía de Grey'

Cada vez que Richard y Catherine aparecen en pantalla la tensión se puede cortar con un cuchillo. Su matrimonio se ha deteriorado consideradamente hasta tal punto de que ella le pidió mantener esa conversación que ya llevaban tiempo retrasando y que tanto necesitaban. En este episodio hemos comprobado lo que ya nos temíamos, que sus palabras iban directas a dar por concluida su historia de amor. Richard no se ha opuesta a dicha decisión, el problema radica en que tienen que comunicar la noticia a sus familiares y amigos, sobre todo a Jackson y a Maggie. Sus respectivos hijos han intentado llevarse bien por la relación de sus padres, por lo que no sabemos cómo afrontarán la buena nueva, si será un alivio o una decepción.

Para contarles que van a romper deciden organizar una cena familiar. La idea en un principio no parece mala, aunque Richard prefería decirlo sin más y quizá llevaba razón, sobre todo cuando se descubre que Maggie y Jackson pensaban que iban a celebrar su aniversario. La situación se convierte rápidamente en una velada donde predomina la incomodidad, aunque para los espectadores, que conocemos todos los enredos, es una cena de los más entretenida y divertida. No obstante, es imposible evitar que se nos rompa un poquito el corazón cuando Jackson realiza un brindis diciendo que son un ejemplo de pareja para todos.

Las palabras de su hijo provocan en Catherine sentimientos encontrados y, en un giro de los acontecimientos, le pide a Richard darse una nueva oportunidad antes de tirar la toalla para siempre. Una declaración irrisoria si tenemos en cuenta que la relación se ha desestabilizado por su culpa, por no confiar y creer en su marido. Richard ha hecho caso omiso al falso perdón de su esposa, decidiendo que hasta aquí ha llegado la falta de respeto por su parte. De este modo, como era de esperar, finalmente la cosa acaba fatal. No solo podemos constatar que el matrimonio se ha roto para siempre, Catherine ha desvelado también de malas formas su ruptura, demostrando la falta de empatía y ganándose que los espectadores la vean como un personaje que empieza a rozar lo odioso.

La guerra ha comenzado

Schmitt se despide de su madre en 'Anatomía de Grey'

Cuando parecía que todo se iba a terminar aquí y que ambas familias iban a tomar caminos separados, la trama se reactiva cuando Catherine decide declararle la guerra a Richard. Ambos se han hecho daño mutuamente, pero la cosa no va a acabar aquí y todo apunta a que todavía van a sufrir mucho más. Como Richard le ha arrebatado a Maggie de su hospital gracias a una jugosa propuesta, Catherine se ha propuesto arruinar la vida de Webber. Así pues, como su mayor alegría en estos momentos es el Pac North, ha decidido que va a intentar comprar ese hospital para destruir a Richard. Lo cierto es que Catherine nunca ha escondido ese punto de maldad, aunque ahora ha sacado a relucir su lado más perverso y deleznable. No sabemos cómo finalizará esta guerra ni a cuantas personas afectará, pero las intenciones no auguran nada bueno.

Ver evolucionar a un personaje hacia un futuro mejor y prometedor siempre es agradable. En el caso de Schmitt le hemos visto crecer a pasos agigantados hasta lograr hacerse un hueco importante en la serie. De aquel joven patoso al que apodaron "gafas" por una torpeza muy tonta cometida en un quirófano ya queda muy poco. Ahora es todo un hombre que ha decidido hacer frente a sus sentimientos y ha tenido el arrojo de enfrentarse a su madre e iniciar una lucha para ser feliz y sentirse bien. Gracias a las vivencias de su tío ha comprendido que tiene que elegir la libertad de ser quien de verdad es sin ningún tipo de miedo o pudor. Hoy en día puede parecer algo obvio, pero esta historia es un gran ejemplo de lucha y superación que puede servir para dar fuerza a muchos espectadores que se puedan sentir identificados. Toda una lección de vida y amor propio.