La semana pasada en 'Anatomía de Grey' el Grey-Sloan Memorial Hospital recibía la visita de la doctora Riley, una experta en diagnósticos. Su llegada revolucionaba el centro médico, sobre todo por sus métodos un tanto cuestionables. Sin embargo, hacía un gran equipo con DeLuca y ambos parecen estar más cerca de la solución a todos los problemas de Suzanne. Además, Jo y Bailey atendían a Joey, un adolescente del programa de acogida que era ingresado bajo el temor de perder a sus hermanos. Asimismo, Amelia nos mantenía en vilo con los resultados de la prueba de paternidad, reconociendo finalmente ante Link que no quiere hacerse dicho test.
En este episodio número catorce de la decimosexta temporada de 'Anatomía de Grey', titulado "A Diagnosis", y que en España podemos ver gracias a Fox Life, DeLuca sigue trabajando para encontrar el origen de la enfermedad de Suzanne, una obsesión que le lleva hasta límites insospechados. Mientras tanto, Amelia se refugia en casa para evitar encontrarse con Link y hablar sobre el estado de su relación y la paternidad del bebé que está esperando. Por su parte, Jo continúa sin tener noticia sobre Karev; Bailey intenta ayudar a Richard rememorando tiempos pasados; y Kim revela una sorprendente información a Schmitt.
Obsesión enfermiza
DeLuca y Grey atienden a Suzanne en 'Anatomía de Grey'
El futuro de Suzanne quedó en el aire cuando la doctora Riley y DeLuca decidieron retirarle toda la medicación como el único método para descubrir cuál es la enfermedad que padece. Esa opción era arriesgada, sobre todo ahora que hemos comprobado el padecimiento que está sufriendo la paciente, un estado que el propio Andrew no soporta ver. Sin embargo, tal y como le recuerda Riley, debe ser fuerte. No es de extrañar ver a DeLuca pasando un mal rato, tanto por el nivel de involucración en el caso como, sobre todo, por la falta de sueño, la obsesión y la escasa alimentación que está llevando desde que se encuentra al frente del caso de Suzanne.
El cariño de Meredith por él es algo que ya comprobamos en el pasado episodio, por eso, es la primera en darse cuenta del estado lamentable en el que se encuentra DeLuca. Al intentar mediar por su chico, Riley le explica que Andrew es una máquina que no pueden parar si quieren que la paciente sobreviva. Tampoco va a poder hacer más por él porque el propio DeLuca no quiere descansar ni parar. El problema viene cuando Carina se percata de que su hermano presenta los mismos síntomas obsesivos que su padre, por lo que podría estar desarrollando la misma enfermedad.
Andrew y Meredith conversan en 'Anatomía de Grey'
Siempre que hemos visto a los doctores dejarse la piel e involucrarse con sus pacientes, pocas veces han salido sin daños de la situación. Este caso no iba ser menos y, después de que Meredith hablase con Bailey y apartaran a Andrew del caso, este logra dar con la clave de lo que le sucede a Suzanne y decide actuar por cuenta propia, sin comentarle nada a Grey. Obviamente, aunque le ha salvado la vida a la paciente, Meredith no puede dejar pasar lo sucedido, sobre todo porque DeLuca ha desobedecido a una superior. Lo que nadie veía venir es que Andrew iba a decidir cortar por lo sano y romper su relación con Meredith.
Todo ha sido fruto del enfado, por lo que probablemente, cuando duerma, descanse y tenga la mente fría, DeLuca recapacite y se dé cuenta de que ha errado en su forma de actuar, especialmente cuando Meredith solo le quería ayudar. Ahora solo falta esperar y ver si de verdad Andrew pide perdón y si, por otro lado, Grey acepta las disculpas y pasa página a este turbio suceso. Tras la última reconciliación y el reconocimiento por ambas partes de que se quieren, lo último que esperábamos es que acabaran de nuevo de este modo, aunque también sirve de excusa para que se produzca ese acercamiento entre Grey y Hayes que podría llevarnos a un nuevo triángulo amoroso.
Querer a toda costa
Hayes, Bailey y Schmitt en 'Anatomía de Grey'
La vida de Amelia nunca ha sido fácil, desde pequeña siempre le ha sucedido algo que termina arrebatándole la felicidad. De hecho, su temor a que todo se tuerza cuando llega una racha de buena suerte le impide disfrutar de esos momentos buenos. Ahora se encuentra en una etapa de abatimiento, pues no sabe qué hacer para afrontar la realidad. Maggie la comprende a la perfección, pues hasta hace poco era ella la que estaba encerrada en su cuarto y sin querer ver ni hablar con nadie. Ambas son el reflejo de la vida real, pues ¿quién no se ha sentido identificado con ellas alguna vez y ha querido encerrarse en su cuarto hasta que pasara la tormenta?
Ahora cuenta con ese apoyo que tanto ha necesitado y que Meredith y Maggie le brindan cada día. Ella misma se ha percatado de que no necesita nada más, ni a un hombre que no está seguro de si puede quererla a ella y al bebé sin saber si es el padre biológico o no, motivo por el que rompe con Link. La relación parece rota definitivamente, quizá solo conocer la paternidad del bebé sea lo que pueda salvar esa unión, aunque Amelia se niega en rotundo a realizarse dicha prueba y, en definitiva, el daño ya está hecho. El culebrón no acaba aquí, pues para sorpresa de todos aparece Jackson para disculparse con Maggie. El hombre ha comprendido que se equivocó, pero ese perdón llega demasiado tarde. En ambos casos, la acción ha ocurrido cuando ya no había nada que hacer.
Noah Alexander Gerry es Joey en 'Anatomía de Grey'
El amor es algo complicado, pero en 'Anatomía de Grey' esa complejidad se multiplica por mil. Cuando tenemos una pareja con un destino ya fijado, siempre hay algo que tira por tierra esa relación. Pocas historias de amor perduran, y una de las pocas que parecía que iba viento en popa, también se ha tambaleado por culpa de los secretos y el miedo. En un giro de los acontecimientos, Nico ha confesado a Schmitt que en su familia no saben que es homosexual y, mucho menos, que tiene novio. Su hipocresía es más que evidente, sobre todo cuando él recriminó al propio Schmitt que no quisiese salir del armario. Ahora es Nico quien repite ese patrón, dejando al pobre Schmitt abatido después de haber abandonado a su madre por no aceptar su relación.
Entre tanta ruptura, dudas y miedos, la esperanza llega gracias a Joey, el adolescente procedente de casas de acogida que llegó al hospital con una herida grave en el brazo. El joven se niega a ser tratado pues lo único que desea es ver a sus hermanos, pues vive atemorizado por haberlos dejado solos mientras él tiene una cama, un techo, comida y cuidados constantes. Sus deseos se ven cumplidos cuando Bailey, Hayes y Schmitt mueven sus hilos y logran que los pequeños vayan al hospital para verle. Puede que sea una trama menor, pero a veces necesitamos esos pequeños detalles de esperanza y felicidad que nos recuerdan que el mundo puede ser un poquito mejor si todos ponemos de nuestra parte.
Cuando todos volvíamos a creer en el amor, el drama empaña esta bonita historia en el momento en el que se desvela que ella está engañándole con otro hombre del que dice estar enamorada. Una vez se recuperen piensa contarle toda la verdad, pero la mujer se ve privada de dicha posibilidad cuando su marido fallece. Este giro de los acontecimientos permanecerá por siempre en su memoria, sobre todo si tenemos en cuenta que él dio su vida porque estaba completamente enamorado, cosa que ella no. Como siempre, los casos de sus pacientes hacen reaccionar a los médicos, que se ven identificados con sus historias. Jo no ha podido evitarlo y se ha visto reflejada en el hombre, pues haría cualquier cosa por proteger a Karev, aunque él se encuentre desaparecido.
De hecho, durante todo este tiempo Jo ha intentado contactar con Alex, pero su marido sigue sin devolverle las llamadas ni los mensajes. Ella le ha reconocido que saltaría ante un oso para protegerle, por lo que está en su derecho de saber qué está sucediendo y si su matrimonio se ha roto para siempre. La sorpresa llega cuando vemos que Karev está escribiendo a Meredith después de que esta le escribiera pidiéndole ayuda, pero esa esperanza se derrumba cuando Karev deja de escribir sin enviar el mensaje a su amiga, dejándonos todavía con la duda de cuál es su paradero y qué le está pasando para no contestar ni a su esposa ni a la que es su mejor amiga.
Por su parte, Bailey intenta animar a Richard tras conocerse la noticia de su divorcio. Aunque han tenido más de un desencuentro, la amistad entre ambos siempre acaba ganando. Miranda ha llegado a ser quien es gracias al empeño, el esfuerzo y el apoyo de Webber, que siempre busca sacar lo mejor de estudiantes. Ese es el motivo que lleva a Miranda a ofrecerle un grupo nuevo de jóvenes médicos que buscan formarse en el Grey-Sloan Memorial Hospital pero, aunque la intención era buena, Richard no logra concentrarse y pasa de ellos. Pocas veces le hemos visto tan ausente, menos todavía cuando se trata de asuntos de trabajo, muestra de que la ruptura con Catherine y el cambio de hospital le ha afectado mucho anímicamente.
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Miranda se percata de que su esfuerzo ha sido en vano cuando los residentes se marchan antes de tiempo con el beneplácito de Richard. Su amigo está sumido en una depresión, aunque no quiera reconocerlo. Muchas veces nos da vergüenza reconocer que estamos mal pues consideramos que a cierta edad no podemos permitírnoslo, pero no importa la edad que tengas, todo ser humano tiene su derecho a estar mal, a no poder con todo y a pedir ayuda para superarlo. Aquí el problema está en que Richard no es capaz de apoyarse en su gente y prefiere acudir a las reuniones de la asociación, cuando en el fondo tiene a mucha gente a su lado que se preocupa por él y haría cualquier cosa para volverle a ver feliz. El tiempo será el que ayude a curar todas las heridas.