El Terrat cumple 30 años y el equipo lo celebra con el estreno de una serie documental para Filmin titulada 'El Terrat: Los primeros 30'. A través de 5 capítulos, Andreu Buenafuente va charlando con Frankie De Leonardis haciendo un repaso a lo que ha supuesto su vida profesional, desde su creación de "El Terrat" como nombre de un programa de radio en la SER desde una supuesta azotea hasta lo que es hoy en día, una de las productoras más importantes del país.
Tras hablar de sus éxitos (y también fracasos), Buenafuente todavía tiene muchas cosas que contar sobre estos treinta años de El Terrat ha atendido a FormulaTV para charlar un poco más. Es por Zoom, pero nos pide que no sea grabada en vídeo aunque prefiere hacerla en videollamada por el vínculo que se crea. Y razón no le falta, pues no habría sido lo mismo que por teléfono. Buenafuente nos regala esta charla tranquila, sincera y cargada de buen humor.
Buenafuente, en la serie documental 'El Terrat: Los primeros 30'
De hecho, es él quien arranca la primera pregunta: "¿Qué te cuentas?". Le digo que ya he visto todo lo que se cuenta él en el documental y su respuesta es "Vaya turra, ¿no?". Pero en absoluto, además le hago saber que para un admirador que le sigue desde pequeño y ha visto muchos de sus programas es un placer disfrutar de este repaso y, además, descubriendo secretos y entresijos de muchos de ellos. Pero no tenemos todo el tiempo del mundo y nos toca arrancar con la entrevista.
Vamos al meollo. En el documental repasas toda la trayectoria de El Terrat. ¿Si no hubieses dejado la primera radio en la que estabas por irte a la SER, no habría existido nunca la productora?
Pues seguramente. Nunca lo había pensado así, pero sí, es verdad. En la conversación del documental explico que tus carreras siempre son lo que son gracias a lo que tú le pones pero está la gente que son como grifos que hacen que el agua circule. Eso es muy importante. A veces uno quiere contar las historias en primera persona con cierta vanidad, "mira lo que he hecho". Pero haces lo que te permiten hacer. Hay un momento clave en el que un director al que admiro mucho, Josep Maria Martí, un hombre histórico de la radio, me dice: "Oye, vente a la SER". Allá que me voy, empiezo a hacer locuras, él se va a Barcelona y unos años después me dice: "Vente para Barcelona". En mi vida tengo etiquetadas a 6 o 7 personas que son básicas y eso es algo que debemos tener presente. Hay que cuidar tus ideas, pero también cuidar y agradecer a la gente que te permite desarrollarlas.
Mencionas a mucha gente que ha aparecido en tu camino y algunos de ellos son nombres muy conocidos como Carles Francino y Javier Sardà. ¿Qué importancia han tenido en tu vida?
Eran los profesores que yo no tuve porque no estudié. Sobre el terreno, yo he ido viendo y absorbiendo. Con toda mi inmadurez de 17 o 18 años, Francino ve entrar por la puerta a un chaval y le va diciendo: "Va, venga". Hubo un día que me cogió y me dijo: "Esto va en serio, eh". Recuerdo mucho esa charla porque me colocó en un punto de: "Hostia es verdad, que es la radio y no un juego". Trabajando con ellos, es como yo iba construyéndome.
En el documental sobre todo hablas de la vida profesional y la personal queda en un segundo plano pero sí que hablas del buen rollo que había siempre en tu casa y te apoyaban en todo lo que hacías.
Sí, es verdad. Es algo muy inconsciente, y al mismo tiempo de agradecer, en una familia en la que sobre todo mi padre ve fantástico que ya que el chico no estudia, que haga cosas. Le emocionaba ver que salía en la radio. Algo que ya está más consolidado, en los 80 era como de "¡guau!". Esa permisibilidad la he puesto en valor sobre todo cuando ha pasado el tiempo. A mí me dejaban hacer y yo no tenía ni carnet, entonces iba a la radio y mi padre me recogía la 1 de la mañana. Mi madre sufría más y yo la oía decir: "Y no estudiar...". Se creó un caldo de cultivo de: "Si esto es lo que te gusta, tira para adelante", cuando todavía no estaba claro que yo pudiera hacer una carrera en eso. Es de agradecer y ahí estamos muchos padres, de no querer agobiar con los estudios, pero que sobre todo hagan lo que les gusta, porque si no, qué vida tan aburrida.
En esa etapa que empiezas haces mogollón de cosas a la vez, que si programa de humor, el de deportes... ¿Eras consciente en el momento de la carga o ha sido con el paso del tiempo cuando has hecho balance?
Sí, pero era algo muy buscado, muy querido. Yo encontré la horma de mi zapato. No tenía una gran vocación, lo único que era el graciosete en clase. De repente me veo de 8 a 12 horas diarias en las que me tienen que decir: "Vete ya a tu casa ya, por favor". Es donde empiezo a experimentar con todo, desde programas musicales que me grababa yo solo. Luego llegaba tarde a todos lados, porque claro, intentar ser periodista deportivo, atender la información, montar mi proyecto de entretenimiento... Pero aquel caos de unos 8 años fue clave por el aprendizaje. Recuerdo que una vez le dije a mi director de aquella época: "Me gustaría trabajar este verano, que no tengo nada que hacer y me gusta estar aquí", entonces me dijo: "Yo es que esto no lo puedo permitir, te tienes que marchar". Yo creo que al final me vio como un caso perdido y me dijo: "Mira, chico, haz lo que quieras". Si la profesión es el amor de tu vida, aquella etapa era el enamoramiento. Todo me emocionaba y ahí se asentó la base de una pasión.
Frankie De Leonardis y Buenafuente en 'El Terrat: Los primeros 30'
Una pasión cargada de éxitos, hasta que de repente llega un fracaso, algo a lo que no estabas acostumbrado. Es interesante que en el documental también reflejéis las sombras, no solo las luces.
Llega la vida. Si tienes suerte, la vida es muy larga y la vida no es lineal, pasan mil cosas. Llega una crisis que nadie esperaba, ni los más optimistas entre los que me encuentro, y nos da un guantazo a todos. En ese momento llego a pensar que a lo mejor se había acabado El Terrat, pero me duró poco. Ibas a las teles y todos decían que no tenían dinero, pero yo tenía ganas. Ellos no tenían dinero y yo tenía ganas, así que las ganas pudieron contra los problemas. Y no sería justo si no destaco a todos los que me han rodeado. Yo solo no soy tan titánico; siempre he tenido gente muy buena al lado, muy motivada como yo y esa es la clave. Eso y la familia. Es justo destacar el papel de Silvia Abril, que en lo más profundo de las crisis estaba mi amiga al lado. Ese es el relato de un recorrido tan largo, y hay de todo, bueno y malo.
¿Y al revés? ¿Al tener tantos éxitos en una industria con tantos egos y envidias has perdido amigos por el camino?
La envidia es un fenómeno muy curioso, porque todos sabemos que está pero no conseguimos etiquetarla bien. A mí no me gusta hablar de envidias, sino de la propia condición humana. Tantos años y tanta gente... Estamos hablando de casi 300 producciones y hemos movido alrededor de 2.000 o 3.000 personas en todos sus grados, como técnicos y guionistas. Fíjate la cantidad acojonante de gente y ha habido de todo. Pero estoy en paz con todo ello, porque creo que es muy naif pensar que vas a tener los mismos amigos y compañeros durante 30 años. No, hay tramos en los que te separas y que a veces te puedes volver a unir.
Hablas abiertamente de las cadenas por las que has pasado y cómo era el trato. A TV3 les da un poco de rabia cuando te vas, Antena 3 te cancela el programa sin dar otras opciones... ¿Dónde has puesto el filtro para no rajar de más?
Ten en cuenta que yo estoy en activo. No estoy en mi casa de la playa diciendo "¡Todos sois unos cabrones!". Me gusta dar sinceridad al relato y el relato se compone de episodios así. Y todo es desde mi punto de vista, que igual lo contrastas con la cadena e igual te cuenta que lo hicieron por tal cosa. No es un repaso vengativo ni un ajuste de cuentas, sino que está relatado e igual la sinceridad sorprende. Por un cierto pudor o sentido común había que dar un poco más detalles, porque si no estarías haciendo un homenaje que no viene a cuento. Hay episodios en los que efectivamente están matizados que otros pero todos forman parte de la historia. A mí me ha ido muy bien y en algunos episodios cuento cosas que pueden despejar alguna duda.
¿Como cuáles? ¿Nos puedes adelantar alguna?
La gente me pregunta mucho: "Oye, ¿y cómo es que no has vuelto a TV3?", Pues es que una vez volví y no quisieron, pero no pasa nada, solo que no podía ser. Esto va completando ese puzzle de 30 años que todavía quedan muchas cosas, pero no quería ser más pesado.
Buenafuente, en 'Late motiv'
Es verdad que la serie documental completa las nociones que tenemos todos de distintos asuntos. Cuando llegas a Antena 3 la rivalidad con 'Crónicas marcianas' fue muy sonada y no se sabía mucho de los entresijos. Aquí me ha gustado escuchar tu punto de vista.
'Crónicas marcianas' estaba en retroceso. Había tenido su punta más fuerte antes. Decían que ganamos a 'Crónicas', pero aquí nadie gana. Todo el mundo hace lo que puede y conecta en mayor o menor medida con el espectador. Esto no es una competición, esto es una coincidencia de productos en unas ventanas. Nunca he hecho mucha bandera de las audiencias, ni cuando iban bien ni cuando iban mal. Me parece un lenguaje industrial que no va con la gente, lo que pasa es que la industria ha querido ponerlo en marketing: el programa más visto, el programa menos visto... Yo siempre daba una indicación a El Terrat que es: por favor no seamos impúdicos. Ni cuando va tan bien somos la hostia ni cuando algún día va mal porque teníamos fútbol en otra cadena tenemos que retirarnos. Por suerte hay episodios que ya están más en el recuerdo y por eso mismo se pueden recordar. Hay un momento caliente de las cosas que tienes que guardar cierta discreción y ahora me parece un momento chulo para decir: "Mire, todo lo que usted vio en televisión, pues pasaron estas cosas". Y ya está.
Cuando pienso en El Terrat lo asocio mucho al humor. No quiero que nos metamos en el tema de los ofendidos ni los límites del humor, pero sí que quiero saber si con el paso de los años notas que cuesta más hacer humor por tener en cuenta muchas cosas que hace años ni las considerabas.
Lo bueno de llevar tanto tiempo es que ya tienes un documento de trabajo vivido muy grande. Yo hice la mitad de mi carrera sin redes, sin Internet. Estoy muy contento de que hubiese sido así porque viví la pureza del acto artístico. Mi red era el bar, la calle, que veían el programa y se acercaban. Evidentemente los que no les gustaba no me venía a decir: "Oye, eres un payaso malo", como pasa ahora. Yo vengo de allí, intento ser actual y entiendo lo de ahora, pero creo que le estamos dando más importancia de la que tiene. Sigue habiendo "la oreja en la calle", viendo qué se comenta, qué gusta, si este tío bien o mal... y nos guiamos de esos impulsos más tranquilos, más disfrutones, que te quitan de toda esa movida de ahora que solo son corsés y retrocesos.
Creo que estamos casi en un retroceso de la libertad de expresión. Queremos construir un mundo mejor pero lo estamos haciendo más atemorizado. Eso me tiene loco. No lo entiendo. Vale que ahora somos más justos y no puedes hacer un chiste de los que se hacían en los 80, pero de ahí a estar vigilados con un puntero láser... la verdad es que yo intento quitármelo para no perder locura y frescura, que es lo que tiene que tener un cómico. Un cómico amenazado es medio cómico.
¿Cómo llevas que haya exitazos de El Terrat que se siguen viendo a día de hoy por muchos años que pasen? Un programa diario es raro revisionarlo, pero yo por ejemplo sigo viendo 'Plats bruts' y 'Homo Zapping'.
La tele tiene un mal envejecer porque no está pensada para perdurar y ahí está su naturaleza que a mí me mola. Pero es verdad que con tantos productos, hay algunos que ya se etiquetan como de culto. No estaba dentro de nuestros planes; estaban pensados para disfrutar, ser algo de ese momento y que perdure es algo que se te escapa. De 'Plats bruts' nos dimos cuenta de que tenía una comicidad casi intemporal y que tenía una arquitectura y una mecánica que aguantaba. Lo que más gracia me hace de todo, y perdóname el materialismo, es lo poco que cobramos por aquella serie, que es para tirarse por el suelo y la reemisión infinita que tiene. Esto hubiera pasado en EEUU y podríamos estar viviendo toda la vida de 'Plats bruts' y aquí no deja de ser un caso muy curioso.
¿Y ahora qué?
Ahora mismo, en estos 30 años, vivimos de la nostalgia pero también de la emoción de estar fabricando ahora. Ahora mismo, Berto está preparando una ficción y eso es lo que me mantiene conectado con El Terrat. Aquello fue muy bonito, pero siempre lo que viene va a ser más emocionante. O Bob Pop va a estrenar 'Maricón perdido' y estamos súper emocionados y por eso me dedico a esto.
Claro, se sigue rellenando el catálogo para cuando hablemos de los 50 años de El Terrat.
Lo más leído
Exacto, para tener más cosas de las que hablar. Muchas gracias.