La quinta gala de 'Supervivientes: Tierra de nadie' puso a los desesperados habitantes de Playa Condena ante varios dilemas individuales que dieron paso a varios momentos emotivos en su recta final. Entre ellos, se encontraba el protagonizado por Ángel Cristo Jr., quien se mostró al borde del llanto al renunciar a una llamada con su novia a cambio de tener café y tortitas para todo el equipo durante cinco días.
Como pago por uno de dichos privilegios, Cristo tendría que pasar un día esposado a la persona que nominó, Blanca Manchón. Un pago que el concursante no dudó en aceptar, antes de tomar una decisión, momento en el que Laura Madrueño le preguntó "qué significaría para ti hablar con Ana". "Sería lo más importante. Me daría un chute de energía para seguir luchando y para mí sería importantísimo también saber cómo están las niñas, mis gatitos", confesó Cristo.Ángel Cristo se enfrenta a su dilema en 'Supervivientes: Tierra de nadie'
Finalmente, el superviviente, incapaz de contener las lágrimas, anunció su decisión: "Ana, amor mío, lo siento mucho, pero elijo la comida para los compañeros". "Tenía muchas cosas que decirle", reconoció Cristo, tras lo cual admitió estar "muy preocupado, porque no sé lo que está pasando allí y aquí piensas mucho. "Estoy pasándolo mal en ese sentido, porque me gustaría poder hablar con ella y quedarme tranquilo en muchos aspectos. Pero espero que lo entiendas y asumo que todo está bien", concluyó el concursante.
Ángel se rompe al rechazar la llamada con Ana a cambio de comida para todo su equipo ????
— Telecinco (@telecincoes) April 9, 2024
????? #TierraDeNadie5
???? https://t.co/fR6iCIDK6m pic.twitter.com/pAJnwDHoih
Dilemas cargados de emoción
Miri Pérez-Cabrero fue la encargada de abrir la ronda de dilemas. La catalana se mostró muy emocionada al renunciar a un pintalabios con gran valor sentimental a cambio de varias latas de comida para todos, cuya penitencia fue ejercer de mayordomo de Playa Olimpo durante un día. Blanca Manchón apenas dudó a la hora de rechazar a unas almohadas para recuperar una foto de su familia, a cambio de pasar un día a ciegas.
En cuanto a Marieta Díaz, la valenciana eligió las gafas de buceo por encima de la ropa interior que había olvidado en la anterior playa. Una herramienta imprescindible cuyo pago fue pasar un día cubierta solo por hojas, a modo de taparrabos, como ha ocurrido en otras ediciones. En el caso de Javier Ungría, el concursante consiguió el ansiado fuego al ceder su ración de comida de un día a la otra playa y renunciar a su saco, que olvidó en la otra playa. Todo ello después de protagonizar un emotivo momento con Gorka Ibarguren, quien apenas dudó al elegir recuperar la toalla de la hija de su compañero.