Con 'La novia gitana' y 'La Ruta' como principales estandartes para 2022, Atresplayer Premium ha puesto en marcha el rodaje de otro título prometedor, 'Las noches de Tefía', que tiene como creador a Miguel del Arco, uno de los dramaturgos más reputados de nuestro país. Además, este anuncio del inicio de las grabaciones ha ido acompañado de una primera imagen oficial que, a su vez, confirma los nombres que integrarán el elenco protagonista.
El reparto de 'Las noches de Tefía'
El coral elenco de la serie producida por Buendía Estudios Canarias cuenta entre sus filas con Marcos Ruiz (Airam/La Bambi), Patrick Criado (La Vespa), Roberto Álamo (La Viga), Jorge Perugorría (Airam), Raúl Prieto (Boncho), Israel Elejalde (Don Anselmo), Javier Ruesga (La Sissi), Luifer Rodríguez (La Pinito), Carolina Yuste (Nisa), Jorge Usón (Conde Fénix), José Luis de Madariaga (La Vespa), José Luis García-Pérez (El Andaluz), Ana Wagener (Agueda), Celeste González (La Sissi), Jorge Yumar (Perico), Mingo Ávila (La Rata), Ciro Miró (Carlavilla), Maykol Hernández (Miguel), Isaac dos Santos (Caranabo), Elisa Cano (Nisa), y Miquel Fernández (Charli), cuya implicación os adelantamos en exclusiva.
Ese amplio abanico de nombres grabará a lo largo de las próximas semanas en localizaciones naturales de Madrid y Tenerife. Detrás de las cámaras está el propio del Arco, que se reparte las tareas de dirección con Rómulo Aguillaume, mientras que los guiones los ha escrito a cuatro manos junto a Antonio Rojano. Una vez completados el rodaje y la postproducción de los seis episodios que componen 'Las noches de Tefía', su estreno se producirá en exclusiva a través de Atresplayer Premium.
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Cabaret en blanco y negro
La trama de la serie nos traslada a la dura época de la dictadura franquista, cuando el régimen incluyó a los homosexuales entre los condenados por la ley de vagos y maleantes. Uno de sus destinos era un campo de concentración conocido como la Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía. Cuando un documentalista investiga acerca de ese opresivo paraje, una de sus víctimas se ve obligado a recordar lo vivido, tanto los abundantes momentos dolorosos como aquellos instantes de camaradería en los barracones, donde un compañero creó un remanso de evasión, El Tindaya, en el que todos tenían margen para asumir otras identidades.