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El grueso de seguidores acérrimos de 'La que se avecina' sabe que sus tramas son incombustibles y que las locuras de sus personajes siempre consiguen sorprender. Los vecinos de Mirador de Montepinar se vieron obligados a abandonar su edificio para poner rumbo al centro de Madrid y enfrentarse a una nueva etapa en sus vidas. Sin embargo, la llegada de la décimo tercera temporada nos plantea una pregunta: ¿Cuál es el punto de partida a través del que se desarrollan las nuevas aventuras?
En este sentido, es necesario mencionar que Antonio Recio, el mítico mayorista interpretado por Jordi Sánchez, entró en prisión por haberle cortado la coleta a Pablo Iglesias. El entonces vicepresidente del Gobierno quiso ver entre rejas al payaso justiciero, pero su deuda con la sociedad ya está saldada al comienzo de la nueva tanda de capítulos. De hecho, los espectadores descubriremos Contubernio 49 junto a él, además de todo lo que le ha ocurrido a los personajes más veteranos. Por otro lado, también se descubrirá a los nuevos habitantes con los que coexistirá.Nathalie Seseña y Jordi Sánchez
La familia más rocambolesca de 'La que se avecina' vuelve a estar rota: mientras que Amador Rivas (Pablo Chiapella) vive con Agustín Gordillo (Carlos Areces), Maite Figueroa (Eva Isanta) ha decidido rehacer su vida. Sin embargo, lo que resulta más curioso es que el natural de Albacete vuelve a estar arruinado y pluriempleado por haber destinado el dinero de la expropiación a la educación de sus hijos. Mientras tanto, el compañero de piso con múltiples personalidades está completamente obsesionado con la asepsia y desinfectando todo lo que puede tras la pandemia del coronavirus.
Por otro lado, cabe mencionar que hay algo que no cambia. María del Carmen Carrascosa (Loles León) no cesa en el empeño de encontrar al novio perfecto para su hija y cumplir su sueño: ser abuela. De este modo, parece haber priorizado el destino de Yolanda Morcillo (Miren Ibarguren) al suyo propio, dando carpetazo por completo a Fermín Trujillo (Fernando Tejero). Precisamente, el espetero dejará de vivir ajeno al mundo laboral para convertirse en un pícaro de playa pluriempleado casi a tiempo completo.
Bruno Quiroga (Luis Merlo) le ofrece convertirse en el gerente de una cafetería que ha abierto en el edificio, siguiendo la estela de su negocio en el Max & Henry. Al mismo tiempo, deberá hacerse cargo del apartamento turístico que su hija Lola (Macarena Gómez) montó en el edificio, pues recordemos que se encuentra en pleno barrio de Salamanca de Madrid. Ya que se menciona al pianista, hay que dejar claro que no es capaz de vivir solo, pero debe enfrentarse a esa realidad ante la marcha de Enrique Pastor (José Luis Gil).
Doña Fina sigue siendo el azote de los vecinos
Algo que tampoco varía en relación a las temporadas pasadas es que Fina Palomares (Petra Martínez) sigue siendo el azote de los vecinos a sus setenta y siete años. Todo apunta a que lograr que su hermano Germán les devolviese los tres millones de euros a sus vecinos era simplemente un espejismo. Todos ellos intentarán coexistir en la finca residencial de Contubernio 49, donde también llegan nuevos vecinos como Victoria (Mamen García), una aristócrata venida a menos, y Óscar (Félix Gómez), un seductor nato.