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Así ha sido el 8x02 de 'Juego de Tronos': La noche más larga llega a Invernalia

La serie de HBO mantiene el ritmo apaciguado antes de vivir el conflicto bélico más megalómano y destructivo de su historia.

Por Alejandro Rodera El 22 de Abril 2019 | 12:32

Aunque no lo sepamos, nos hemos despedido para siempre de varios personajes de 'Juego de Tronos'. El segundo capítulo de la octava temporada, titulado "A Knight of the Seven Kingdoms", mantiene la calma que caracterizó al arranque, dejando espacio para más confesiones, emociones y sexo antes del enfrentamiento contra el ejército del Rey de la Noche. Probablemente, este sea el último instante de inquieta tranquilidad de la serie, que poco a poco se ha sumido en la noche de la Gran Guerra.

La sombra de ese conflicto sigue pesando sobre el ritmo de la última temporada, que vivirá su primer arrebato de acción en el tercer episodio. Sin embargo, este capítulo ha capturado la esencia de la serie a la perfección, eligiendo meticulosamente las últimas conversaciones y decisiones de cada personaje antes de partir hacia el campo de batalla, y prescindiendo totalmente de aquello que está aconteciendo más allá de las murallas de Invernalia. Seguramente todos estos dispersos momentos cobren relevancia cuando presenciemos el desenlace de la batalla contra el bando de los muertos, y nos demos cuenta de que eran los últimos instantes de temerosa sinceridad de las inminentes víctimas.

Una tregua necesaria

Jaime se somete al juicio de Daenerys

La primera escena del capítulo eleva la tensión con la verborrea de Daenerys, enfrentada al asesino de su padre, Jaime Lannister. Tyrion defiende la bondad de su hermano, siendo Brienne la encargada de rematar el alegato a favor del personaje interpretado por Nikolaj Coster-Waldau, al que ha visto evolucionar desde la arrogancia compulsiva a la empatía redentora. El tono rubio de los hermanos Lannister se ha desvanecido con el paso de las temporadas, así como los elementos más despreciables de sus respectivas personalidades.

Esta suerte de juicio se salda con un nuevo desacuerdo entre Sansa y Daenerys, que más adelante tienen la oportunidad de aparcar momentáneamente sus diferencias en una valiosa secuencia. Sentadas cara a cara, las dos líderes exponen sus miedos. Sansa, a ver a su hermano manipulado; Daenerys, a haber sido ella la manipulada para arrastrar a sus tropas a territorio desconocido. Sin embargo, las aguas vuelven a su cauce cuando la defensora de los Stark defiende la independencia del Norte, aunque este es uno de tantos frentes que quedan abiertos a la espera de que pase la Gran Guerra. La más que probable destrucción de Invernalia o, por lo menos, la devastación de buena parte de su población y recursos, plantearán un nuevo panorama, del que todavía no podemos ni empezar a hacernos una idea.

¿Amor o desahogo pasional?

Arya protagoniza su momento más íntimo

Antes de contemplar las ruinas, hemos sido testigos de uno de los momentos más chocantes de toda la serie. Arya ha perdido la virginidad junto a Gendry, justo después de descubrir que su cercano amigo y próximo amante es el único descendiente con vida de Robert Baratheon. Después de ver crecer al personaje de Maisie Williams y, sobre todo, tras presenciar su férrea evolución como luchadora alejada de las flaquezas carnales, resulta sorprendente ver cómo se rinde a los placeres sexuales. Pero estábamos sobre aviso, ya que en el capítulo anterior se hizo especial hincapié en la química entre ambos, que se ha remarcado mucho más al comienzo del segundo, con un arqueo de ceja que no dejaba lugar a dudas de lo que estaba por venir. De esta manera, se derrumba la fachada de robot implacable de Arya, que se queda reservada exclusivamente para Bran.

Precisamente el Cuervo de Tres Ojos jugará un papel esencial en la batalla contra los Caminantes Blancos. Conocemos pocos detalles de los planes de Jon y compañía de cara a este conflicto, pero el elemento clave será el vínculo extraterrenal establecido entre Bran y el Rey de la Noche. En su viaje astral más traumático, el adolescente Stark entró en contacto físico con el líder de los no muertos, que dejó en su antebrazo una marca indeleble. Desde ese momento, el principal antagonista sabe en todo momento dónde se encuentra su objetivo más ansiado, ya que en su inquietud por erradicar la humanidad de Poniente, desprenderse de la persona que atesora todos los conocimientos es un paso imprescindible. El visionario paralítico estará escoltado en todo momento por Theon Greyjoy y su facción de compatriotas, que aguantarán expectantes dentro de las murallas de la fortaleza norteña.

Lejos del teórico campo de batalla se encontrarán también Tyrion (puesto en duda una vez más por Daenerys tras comprobar que Cersei no ha cumplido con su prometida contribución), Davos (que vive un emotivo "reencuentro" con Shireen que le une sin saberlo a Gilly) y Sansa, que aportarán su granito de arena a mantener la calma en las criptas. Aunque si la batalla finalmente se adentra en Invernalia, tendrán que armarse y luchar como el resto. El que sí cargará contra los Espectros y Caminantes será Sam, que cuenta con varios hitos en el campo de batalla, pero que no combatirá con la espada de su familia, ya que ha optado por entregársela a Jorah, quien sin duda le dará mejor uso. Para completar el plantel de guerreros, Edd, Tormund y Beric también cruzan las puertas de Invernalia, y dejan algún que otro momento emotivo con ese indistinguible sabor a despedida.

Las tradiciones están para romperlas

Brienne rompe con todas las normas establecidas y cumple su sueño

El mismo paladeo de clausura emocional se desprende de la escena más significativa del episodio, y que por tanto le da título. Tras convertirse en el mayor adalid de la lealtad y el código de honor de los caballeros armados, Brienne ha dejado atrás el título de Lady para portar con orgullo su investidura como caballero. Para cerrar el círculo de su evolución y alcanzar una merecida autorrealización, Jaime reconoce el valor de Brienne como soldado. Así se nos prepara para una fractura de las convenciones que se antoja más abundante en los capítulos restantes, ya que el futuro poseedor del Trono de Hierro puede dejar atrás las tradiciones en las que Poniente siempre ha estado sumida.

Los testigos de ese nombramiento atienden después a la épica canción de Podrick, que se desmarca como sensible cantante con una composición original que hace referencias a los tiempos pasados y a la incertidumbre que les depara el inminente choque armado. Al final del capítulo podemos escuchar la versión completa de la canción, interpretada por la poderosa voz de Florence Welch. No obstante, cuando suena a través de las cuerdas vocales de Podrick sirve para mostrar por última vez a los habitantes e invitados a Invernalia con un tono agridulce, que precede a un momento delicado, equiparable a otro del capítulo anterior.

Tras apartarse del foco durante la mayor parte del episodio, Jon regresa a las entrañas de Invernalia para reunirse con Daenerys. Frente a la estatua fúnebre de Lyanna Stark, su recién iluminado hijo desvela a su amante y tía su verdadera naturaleza, en una secuencia que demuestra que la verdadera preocupación de la Madre de Dragones es la legitimidad de su disputa por el Trono. Justo cuando iba a arrancar la conversación más intrincada entre ambos, el sonido de los cuernos pone en pausa este conflicto. Los Caminantes Blancos ya vislumbran Invernalia y avisan del arranque del combate más esperado de 'Juego de Tronos'. Estos dos primeros episodios han servido para que el tercero esté embargado íntegramente por la Gran Guerra, que tiene todo el potencial para dejarnos traumatizados frente al televisor.