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Nuevo giro en el caso de Matthew Perry. Desde que en mayo se abriera una investigación por su muerte, que el próximo mes de octubre cumplirá un año, la policía de Los Ángeles ha realizado cinco arrestos en relación a una "amplia red criminal clandestina" de la que fue víctima el actor. Perry se estaba sometiendo a una terapia de infusión de ketamina con el fin de tratar su depresión y ansiedad. Sin embargo, los niveles tan "peligrosamente altos" que detectó el informe de toxicología en su organismo hicieron saltar las alarmas y que se investigara la fuente que le suministraba la droga.
Según explicó el fiscal general Martin Estrada, los cinco acusados habrían aprovechado los problemas de adicción de Perry para beneficiarse económicamente con el suministro de la ketamina. Esta red estaba encabezada por el doctor Salvador Plasencia y la narcotraficante Jasveen Sangha (La Reina de la Ketamina), que colaboraban con el doctor Mark Chavez, un intermediario llamado Erik Fleming y el asistente personal del actor, Kenneth Iwamasa.El fiscal general Martin Estrada
A diferencia de Plasencia y Sangha, que se han declarado inocentes de los cargos penales, Iwamasa se ha confesado culpable de "conspirar para distribuirle" la ketamina, según han asegurado medios estadounidenses, y ha entrado en detalles sobre cómo sucedieron los hechos. El asistente personal de Perry ha afirmado que "inyectó repetidamente ketamina a Perry sin ningún tipo de indicación médica" y ha reconocido que lo hizo en "múltiples" ocasiones el mismo día en que el actor falleció, el 28 de octubre de 2023, tal y como ha hecho público el Departamento de Justicia este jueves 15 de agosto.
Más detalles
Tal y como también explicó Estrada, además de las altas dosis que el doctor Plasencia le inyectaba a Perry, que lo dejaban "paralizado", este dejó más frascos de ketamina en la propia casa del actor, y encomendó a Iwamasa a inyectarle periódicamente. "Estos acusados se aprovecharon de los problemas de adicción del Sr. Perry para enriquecerse. Sabían que lo que hacían estaba mal. Sabían que lo que hacían suponía un gran peligro para el Sr. Perry, pero lo hicieron de todos modos. Al final, estos acusados estaban más interesados en lucrarse a costa del Sr. Perry que en preocuparse por su bienestar", añadía Estrada al anunciar los cargos.