Desde que comenzara el conflicto en Urania, Vladimir Putin ha querido controlar la información que llega a su población. Por ello, ha llegado a prohibir que sus medios de comunicación utilicen términos como "guerra" y, de lo contrario, serán bloqueados y multados. La última estrategia del Kremlin ha sido la aprobación de una ley que continúa cohibiendo la libertad de los periodistas.
Sede de la CNN en Atlanta
"La seguridad de nuestros trabajadores es primordial y no estamos preparados para exponerlos al riesgo de un proceso criminal simplemente por hacer su trabajo", ha añadido Davie, cuyos trabajadores informarán acerca de lo que está sucediendo en Ucrania, pero no desde Rusia, al menos mientras se estudia la nueva norma y sus "implicaciones".
Por su parte, el editor jefe de Bloomberg, John Micklethwait, también se ha pronunciado en un comunicado. "La modificación del código penal, que parece diseñada para convertir a cualquier reportero independiente en un criminal simplemente por asociación, hace imposible continuar cualquier apariencia de periodismo normal dentro del país".
Medios censurados en Rusia
En su búsqueda de la desinformación, Putin ha bloqueado distintos sitios informativos, considerados "agentes extranjeros". Cuanto menos irónico ya que uno de ellos es Meduza, medio independiente ruso. Otro de ellos es Radio Svoboda, ligado a Estados Unidos. La Fiscalía general de Rusia alegó violaciones de la ley "sobre la información, tecnologías informativas y protección de la información" por parte de estos medios, por lo que ya no están vigentes.