'Sálvame' arrancó su emisión del martes 15 de noviembre de nuevo frente al domicilio de Belén Rodríguez, esta vez con Lydia Lozano en el piso de enfrente. Antes de volver a plató, la colaboradora se presentaba vestida como una auténtica guerrillera, acompañada por Kike Calleja y otros profesionales anónimos del programa, que terminaron protagonizando un encuentro con la policía, después de que Rodríguez los llamara para denunciar el acoso del programa hacia su persona.
Poco después de arrancar la emisión, el plató se paralizaba para mostrar la imagen de un coche de policía, captado desde el piso en el que se encontraba el equipo del programa. "Están viendo imágenes en directo de la calle donde vive Belén Ro. Parece ser que hay un coche de policía y tenemos la sospecha de que Belén Rodríguez pudiera haber llamado a la policía. No sé si para protegerse, para decirles que estábamos allí, que la estábamos intimidando...", explicaba Terelu Campos, tan sorprendida como sus compañeros. "Yo de verdad, si esto lo ha hecho Belén, flipo", se escuchaba decir a Belén Esteban.
Adela González y Terelu Campos informan desde 'Sálvame' de la llegada de la policía al domicilio de Belén Ro
"Hace unos minutos que ha llegado Belén Rodríguez en compañía de un íntimo amigo a su casa, venía con muy mala cara y le hemos metido el micrófono. Su reacción me ha sorprendido bastante, porque lejos de querer solucionar las cosas, parece que están bastante caldeaditas", relataba Calleja. El reportero relató además que "nada más subir, ha aparecido un coche de la Policía municipal con dos agentes y ahora mismo se encuentran los dos hablando con ella, porque lo estamos viendo". Antes de dar paso a una pausa publicitaria, se pudo ver como varios agentes cruzaban la calle para dirigirse al piso en el que se encontraba el equipo, momento en el que además pidieron al compañero que se encontraba en la calle que se identificara.
"Nos han identificado a todos"
"Viniendo de gente que trabaja en este medio, es sorprendente, pero bueno", lanzó el periodista, tras concluir la publicidad, antes de relatar lo que había ocurrido durante su encuentro con la policía. Calleja explicó que "hace unos minutos se acaban de marchar tres agentes de la policía municipal que han estado en el domicilio de nuestro periodista espía, nos han identificado a todas las personas que estamos aquí, tanto a mi compañero cámara, como a mí y a los cuatro chicos que viven aquí", todo ello mientras "otros dos agentes se han quedado en el domicilio" de Rodríguez.
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"Nos han dicho que venían a explicarnos lo que estaba pasando, que teníamos que identificarnos, que diéramos un número de teléfono, porque, según cuenta Belén, se estaría cometiendo un delito contra su intimidad y su dignidad", prosiguió Calleja. Los agentes, además, les habían contado que "tenían que dar parte porque así se lo habían pedido y, dependiendo de lo que ella haga después, si interpone una denuncia o no, pues se verá si estamos haciendo algo que no debamos o simplemente estamos haciendo nuestro trabajo". Una situación que evidenciaba aún más el creciente distanciamiento entre la madrileña y sus compañeros de profesión.