ENTREVISTA

Blanca Contreras ('La tirita digital'): "Queríamos huir de las moderneces o del nicho tan pequeño de la Gen Z"

RTVE Play estrena cada viernes un miniformato en el que ahonda en la brecha digital.

Por Fernando S. Palenzuela El 26 de Mayo 2024 | 10:32

RTVE y LACOproductora han unido fuerzas para luchar contra la brecha digital. A través del multiformato 'La tirita digital', han preparado 50 capítulos enmarcados en 8 formatos diferentes en donde se busca acercar Internet a la población y fomentar la inclusión tecnológica mediante la emoción, la risa, la experiencia y multitud de datos curiosos.

El primer formato, 'En Internet me llaman...', se estrenó el pasado viernes 17 de mayo en RTVE Play y cada viernes irá viendo la luz un nuevo espacio, donde podremos ver a rostros como Noemí Casquet, Dani Valero, Adriana Boho o Siro López. Los otros siete formatos que completan 'La tirita digital' son 'Que no te líen', 'Llamada entrante', 'Palabras mayores', 'Échame un cable', 'Y tú, ¿qué haces?', 'Internet, ¡qué me has hecho!' y 'Tecnoyayos'. Para conocer más detalles sobre 'La tirita digital', hemos hablado con Blanca Contreras, su directora, y Michelle Wigdorovitz y Adrián Jiménez, dos de sus redactores.

'La tirita digital'

¿Cómo nace 'La tirita digital'? ¿Qué objetivo buscabais con este proyecto?

Blanca Contreras: 'La tirita digital' nació de que nosotros siempre estamos un poco despistados con todas las licitaciones que van saliendo. Entonces, por fin, nos conseguimos enterar de una licitación que había salido en la que Taller de Ideas, que es la rama de contenido digital de LACOproductora, tenía cabida y dijimos: "bueno, pues no podemos dejar la oportunidad de presentarnos". Fue desde el principio una idea de multiformato porque no sabíamos muy bien qué era exactamente lo que se buscaba y cuál era el objetivo final de lo que estábamos diseñando. Era mejor que produjéramos algo que pudiera funcionar o bien como píldoras independientes de contenido de vídeo o bien que si se quisiera formar un compilado más grande pudiera ir uno a continuación del otro, con sentido, con coherencia, ya fuera en un contenido de media hora poniendo capítulos de diferentes temáticas o de las mismas. Esa era la idea inicial desde el principio, que funcionara como un puzzle debido al desconocimiento que teníamos acerca de lo que realmente se buscaba. Entonces, gracias a eso, yo creo que diseñamos algo muy chulo, de lo que no teníamos muchos referentes, pero que creíamos que podía funcionar porque te marcaba todo el rato la licitación que podía acabar en abierto y cierto es que en abierto no se ven contenidos tan cortos. Entonces, fue esa premisa por la que diseñamos este contenido multiformato.

¿Sigue habiendo la posibilidad de que se emita en abierto pese a ser un formato tan de píldoras?

B. C.: Sí, porque 'La tirita digital' es, digamos, como un único programa bajo el que hay distintos formatos, pero el programa es 'La tirita digital', tiene una única intro, entonces por supuesto que podría acabar funcionando como un compilado de distintos vídeos cortos. Y se entendería y tendría sentido porque todos están bajo el paraguas de la digitalización y de abordar la brecha digital.

Esa "tirita" también surge para cubrir esa brecha generacional que existe en Internet. ¿Cómo habéis buscado llegar a diferentes públicos con los distintos formatos?

B.C.: Nosotros lo que intentábamos era llegar al máximo número de audiencias. Queríamos huir de las moderneces o el nicho tan pequeño que es la Gen Z o los nuevos códigos de lenguaje y apostar por un lenguaje comprensible para todo el mundo, pese a que incluso utilizáramos en algún formato a influencers, como es el caso de 'En Internet me llaman...', que no necesariamente funciona solo si los conoces. Queremos tratar temáticas de interés general con voces que igual son referentes para un determinado público, pero eso no hace que sea menos interesante para nosotros, porque son activistas que tienen discursos, que tienen estudios, que no se dedican simplemente a las redes sin oficio ni beneficio, sino que tienen un trasfondo activista bajo la causa de la temática que les hemos puesto. Y luego, por el otro lado, tampoco queríamos hacer una cosa de Internet "for dummies" en la que simplemente funcionara como un tutorial para la gente más mayor, sino que uno de los objetivos, que hablábamos incluso con Michelle cuando se incorporó al proyecto, era evitar hablar de aquellas cosas que nosotros ya sabemos a la perfección como jóvenes. No queríamos crear contenidos que nosotros ya sabíamos, sino también intentar aprender con todo esto para buscar ahí lo diferente y que por eso acabara interesando a todo el mundo.

Michelle Wigdorovitz: La premisa, como dice Blanca, siempre fue aprender empezando desde nuestro equipo y desde nosotros. Yo me ponía a investigar para algunos formatos y me sorprendía de cosas que yo, que estoy bastante relacionada con la tecnología, no conocía, y el equipo tampoco. Con Blanca nos dábamos cuenta de que decíamos: "Qué bueno esto, que no lo sabíamos". Y ya era un buen punto de partida hacia nosotros, que estamos medianamente relacionados. Nos sorprendía, nos interesaba, así que era un buen punto de partida para seguir explorándolo y ver de qué forma era mejor contarlo. Eso fue algo que rescato mucho y que me parece muy interesante. Y después la búsqueda también fue no solo aprender y poder contar esto que habíamos encontrado, sino también que hay historias relacionadas con la tecnología que generan emoción y que eso para mí también va un poco para todos los públicos. Poder identificarse y poder emocionarse con estas historias que están cruzadas por la tecnología, pero que no dejan de ser historias emocionantes, me parece que es algo muy destacable también de los contenidos que hemos hecho.

Hay algunos formatos que son más expertos, como 'Y tú, ¿qué haces?', que trata de temas que incluso aquellas personas familiarizadas con la tecnología pueden encontrar complicados. ¿Habéis buscado alguna manera de simplificarlo para el público o habéis querido que sea un formato de nicho?

M. W.: En el de 'Y tú, ¿qué haces?' lo que teníamos claro es que no queríamos ir a profesiones que ya sean muy conocidas, como Community Manager, SEO, SEM... Queríamos ir por una veta un poco más novedosa, más de las profesiones que, si bien se están llevando a cabo ahora, son las profesiones del futuro. Y lo que hicimos siempre para no dejar a nadie fuera fue empezar desde la base de, por ejemplo, qué es un dron. Desde lo básico hasta ir complejizando. La idea era no dejar a nadie fuera, pero sin hacer un contenido plano, solamente "for dummies". Partimos desde el inicio y lo fuimos complejizando y esa fue la forma que encontramos de ir contándolo.

El primero que se ha estrenado es 'En Internet me llaman...', que cuenta con influencers de diferentes temáticas. ¿Hay algún tema que os quedasteis con ganas de hacer?

B. C.: Hay ahí bastantes temas que se quedaron fuera. Elegimos esos temas porque había que elegir cinco y a fin de cuentas acabas por decantarte por unos, no porque los otros los consideres menos importantes, sino porque confiamos en que habrá una segunda temporada y hay que dejar cosas buenas. Había un montón de temas. Recuerdo que hablábamos del autismo, hablábamos de la salud mental, que es muy amplia, diseccionábamos un poco más en profundidad para intentar hacerlo de un tema más concreto en vez de tan genérico. Sí que queríamos visibilizar las cosas que más atacadas se ven en redes, por así decirlo, como la gordofobia, el racismo, la homofobia... Esas cosas que son evidentes y hay que denunciarlas en redes cuanto antes, pero eso no quita que haya otros subgrupos superimportantes a los que también nos encantaría poder darles voz.

M. W.: Se quedó fuera autismo, síndrome de Down, familias monoparentales o no normativas, personas trans, infancias trans... Esos temas son los que recuerdo ahora que se quedaron fuera y que nos encantaría seguir explorando porque son temas que dan para mucho.

'En Internet me llaman...' es la mejor carta de presentación del formato por los rostros llamativos de los influencers. 'La tirita digital' se cierra con 'Tecnoyayos'. ¿Por qué este es un buen cierre?

B. C.: Es su gran cierre para 'La tirita digital' porque a fin de cuentas todo esto está diseñado un poco para ellos. El objetivo de todo esto era no dejar a nadie fuera. Es una mirada optimista y un mensaje superpositivo y divertido de que por mucho que la brecha digital nos afecte a algunos más que a otros, hay muchos casos de éxito. No quiere decir que todas las generaciones que son más mayores a día de hoy se hayan quedado fuera, sino que también es una manera de demostrar que nunca es tarde y que siempre cualquier persona que vea 'La tirita digital', tenga la edad que tenga, está a tiempo de de sumarse a la digitalización.

M. W.: A lo largo de los 50 capítulos que tiene 'La tirita digital', y en este objetivo de que todos estén incluidos, la persona más joven que participa en 'La tirita digital' tiene, si no me equivoco, ocho años y la mayor, que está justamente en 'Tecnoyayos', tiene 95. Evidentemente desde contenidos estamos hablando con personas de todas las edades que están vinculadas con la tecnología y la idea también es que las personas que están del otro lado puedan ser de diferentes edades. Entonces eso me parece que también está bueno, y que el cierre sea sobre una persona de 95 años vinculada con la tecnología también habla mucho del formato.

'La tirita digital'

Hay otros formatos como 'Llamada entrante' o 'Palabras mayores' que se centran en historias personales. ¿Fue complicado el proceso de encontrar a los protagonistas?

M. W.: Estos dos formatos estuvieron a cargo de Adrián Jiménez. Sí, evidentemente, el casting para nosotros siempre fue algo muy importante porque de ahí iban a salir las historias. Fue muchísimo trabajo y estoy muy contenta y muy orgullosa de los formatos y de los contenidos y de las historias que estamos contando. Pero fue muy arduo porque además queríamos tener una representación amplia, que fuera de diferentes edades, de diferentes contextos, de diferentes zonas de España y que terminó siendo del mundo. Y me parece que eso es un trabajo increíble.

Adrián Jiménez: Fue muy complicado, sobre todo al principio, enfrentarse a ello, porque tú tienes una idea, pero luego está la realidad de las personas y te la desbarata un poco. Era muy fácil encontrar a personas que quisieran participar y que pudieran aportar algo, era muy difícil encontrar personas que quisieran participar y que realmente fueran a dar algo diferente y aportar valor a los formatos. Sí creo que al final se consiguió.

B. C.: En un casting que tampoco se tiene mucho tiempo ni presupuesto para hacerlo y que es más una labor de redacción que de un equipo de casting, tienes que tener muy claro lo que buscas y no irte del foco. Nosotros teníamos claro que tenía que haber una representación diversa sí o sí, tanto a nivel geográfico como incluso la estética de las personas, la clase social... Todo. Dentro de la medida, aunque sean muy pocos capítulos, que hubiera la mayor variedad identitaria de la gente posible. Era muy importante también, aunque parezca obvio, pero lo teníamos que tener muy presente, gente que hablara bien a cámara porque no son actores, son historias reales, son gente que tiene que narrar su propia historia y conseguir conectar contigo. Igual teníamos muy buenas historias que descartamos porque no éramos capaces de que esa persona conectara con el contenido como nosotros buscábamos, porque eso no es mejor ni peor, pero para hacer un formato es una cosa crucial. Son formatos que quizá hay historias parecidas o no es tan raro ver en la televisión a un abuelo con su nieto, estamos familiarizados con ese tipo de cosas y no estamos inventando nada desde cero. Por eso sí que intentábamos, por ejemplo, en el caso de 'Palabras mayores' que mencionabas, en vez de poner al joven que es poliamoroso y lleva piercings y el pelo azul, vamos a buscar a ese abuelo o abuela que fue lesbiana en su época y que tuvo que intentar sacar la familia adelante. Intentar poner la diferencia en lo que no estamos acostumbrados a ver. Eso también era una cosa que fue un trabajazo, efectivamente como dice Michelle, de Adrián, bueno, del equipo de redacción, pero Adrián eso se lo tuvo que trabajar mucho porque era hablar con asociaciones, con gente que encima no está familiarizada con hacer este tipo de cosas. Entonces era una parte muy difícil, tuvimos momentos muy malos y momentos muy buenos.

A. J.: Al final hemos conseguido más o menos eso, así que creo que el objetivo se logró. Poder representar historias que al final consiguen emocionar y llegar y que den un punto de diferencia atravesadas por la tecnología creo que se consiguió, quizá en algunos en más medida que en otros, evidentemente, pero como todo. Por ejemplo lo que dice Blanca, la historia de Fina es una joya, la abuela que decide separarse de su marido y empezar una historia con una mujer, es una joyita. Y de esas hay muchas.

M. W.: Y lograr en tan pocos minutos poder contar todo lo que queríamos contar también fue un desafío, porque era contar la historia personal, era contar el impacto de la tecnología, pero también que tuviera frescura, que tuviera aire. Encontrar ese balance fue también un desafío.

A. J.: Sí, porque hay muchos capítulos que podrían haber durado media hora, pero al final el tiempo es el que es, así que tienes que saber también cómo contar la historia y que llegue igual adaptándote a las características del medio.

¿Han sido quizá estos dos formatos los más complicados de hacer?

M. W.: Yo creo que 'Palabras mayores' fue el que más nos costó porque había dos personas que tenían que ser un abuelo y un nieto, no un joven y una persona mayor. Entonces encontrar ese vínculo que funcionara, que las dos personas funcionaran por separado, que funcionaran en conjunto, que supieran hablar... fue evidentemente el casting más complejo. No solo en la previa de encontrar estas historias, sino en la labor de Adrián de ir dirigiéndolo durante la grabación, o sea, tanto en la preproducción como en la producción. Fue sin duda el formato más complejo.

A. J.: Y al final te estás metiendo con lo más difícil que hay en este mundo, que es grabar con niños y grabar con personas mayores. Lo hace más difícil todavía.

Antes os preguntaba por los temas que se cayeron de 'En Internet me llaman...', pero, a nivel global, ¿ha habido otros formatos que no salieran pese a tenerlos en mente y que puedan estar en una segunda temporada?

B. C.: Hay algunas cositas que se quedaron ahí. Es verdad que sí que nos acabamos quedando con nuestros favoritos. Tenemos otras ideas que, al final, como no se llegaron a desarrollar del todo, siguen a alto nivel, pero que sería muy chulo algún día poder hacerlas. Algunas tienen que ver con la España vaciada, con las nuevas formas de trabajo... Hay cosas muy chulas e interesantes que todavía están por hacer.

Entiendo que quizá es un poco como elegir entre tus hijos, pero ¿hay algún formato al que le guardéis especial cariño?

B. C.: A nivel personal sí que diría que el de 'Palabras mayores' a mí me gustaba mucho, pero más que nada porque me lo llevo a lo divertido que es y lo chulo de juntarte con una persona a la que quieres tanto y que eres tan diferente, como es un abuelo y su nieto menor de edad, que son aparentemente las personas más diferentes que puede haber en el mundo. Cómo conectan y cómo al final te acabas entendiendo me parece superdivertido. Ahí hay una historia que es espectacular. Y luego está el de 'Llamada entrante'. A mí me gusta todo lo que sea de emocionarte y un poco cursi. Me parece un formato increíble y hay un par de historias que realmente son capítulos que me vería en bucle.

M. W.: Yo voy a coincidir en lo emocional y en 'Llamada entrante'.