A principios de enero, los medios se hicieron eco de la repentina muerte del actor Bob Saget, conocido especialmente por su papel como Danny Tanner en la comedia televisiva 'Padres forzosos', quien por entonces fue hallado sin vida en un hotel de la ciudad de Orlando en el que se hospedaba en medio de su gira con su espectáculo cómico. Un mes después, la familia ha querido compartir en un comunicado la causa de su fallecimiento: un golpe en la cabeza.
Bob Saget en la imagen que publicó tras su última actuación
"Las autoridades determinaron que Bob murió por un traumatismo craneal. Llegaron a la conclusión de que accidentalmente se golpeó la parte posterior de la cabeza con algo, no pensó en ello y se fue a dormir", transmitió la familia de Saget en una nota en que se añadía que, como apuntaron las autoridades en un primer momento "no hubo drogas ni alcohol involucrados".
Las conclusiones de los responsables de investigar el fallecimiento de Saget coinciden así con las primeras declaraciones de la oficina del sherif que, en un primer momento recalcaron además que "no encontraron signos de violencia". Asimismo, en el comunicado, los familiares del humorista manifestaron sentirse "abrumados" ante las numerosas muestras de cariño: "han sido un gran consuelo para nosotros y estamos eternamente agradecidos".
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"Recuerden su amor y su humor"
"Mientras seguimos llorando juntos, les pedimos a todos que recuerden el amor y el humor que Bob trajo a este mundo y las lecciones que nos enseñó a todos: sed amables con todos, hacedles saber a las personas que amas, que las amas", solicitaban también en la nota emitida por la familia. Saget, de hecho, murió un día después dar el que fue su último espectáculo, tras el cual publicó una fotografía sobre el escenario agradeciendo a la audiencia su presencia. Su inesperada y repentina marcha, además, impactó especialmente a sus compañeros de 'Padres forzosos', quienes compartieron, destrozados, mensajes de cariño y alabanzas hacia el estadounidense, dejando patente el enorme cariño que Saget había despertado.