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El Universo Cinematográfico de Marvel es un arma de doble filo. Su visión a largo plazo hace que cada vez que vemos una de sus películas, y ahora también series, sintamos que estamos contemplando algo inmenso, inacabable, que nos va a proporcionar un pozo sin fin de entretenimiento. No obstante, esa perspectiva tan amplia paradójicamente limita cada uno de sus productos, que se encuentran supeditados a lo que ha pasado antes y a lo que está por venir, ya que las piezas deben tener una forma concreta para que encajen en el engranaje ideado a priori.
'Daredevil', 'Jessica Jones' y el resto de series distribuidas por Netflix, así como las emitidas en Hulu o ABC, nunca han llegado a encajar en esa maquinaria engrasada. Por más que se ambientaran vagamente en el UCM, su incidencia en él era totalmente anecdótica. Con la expansión de Marvel Studios al campo televisivo se pretendía resolver esa dispersión creativa, focalizando los esfuerzos en ficciones que no tuvieran nada que envidiar a las películas en escala y presupuesto, es decir, el objetivo era unificar la marca desterrando la heterogeneidad. Por eso el plan era lanzar esta iniciativa, asentada en Disney+, con una apuesta segura como 'Falcon y el Soldado de Invierno' pero, debido a los reajustes provocados por la pandemia, el pistoletazo de salida lo ha dado 'Bruja Escarlata y Visión', una serie aparentemente más experimental y arriesgada, pero que en su final ha demostrado que es más complicado escapar del molde de Disney que de Westview.Wanda no va a tolerar los ataques de Agatha
Lo que comenzó como un ecléctico homenaje televisivo con tres primeros episodios impecables, ha ido mutando semana tras semana hasta convertirse en otra iteración más del estilo habitual del UCM, que superpone la acción a los conflictos emocionales que subyacen tras ella. Aun así, al tratarse de un formato más dilatado que una película, por lo menos 'Bruja Escarlata y Visión' nos ha permitido conocer mejor a Wanda y Visión, dos héroes fascinantes que hasta ahora habían estado a la sombra del resto de Vengadores. Y no solo eso, ya que en ciertos momentos se ha llegado a alcanzar una profundidad psicológica mayor de lo habitual, sobre todo en lo que respecta al personaje de Elizabeth Olsen, que arrastra uno de los bagajes más dolorosos de la saga, pero en última instancia la serie ha pecado de superficial, dando prioridad a las peleas excesivas en detrimento de la batalla realmente interesante: la librada en la mente de Wanda.
La decisión más difícil
La irrupción de Agatha Harkness nos había permitido indagar en el pasado de Wanda, rellenando recuerdos que ya se habían anticipado previamente, pero realmente todavía no sabíamos cuáles eran las intenciones de esta bruja centenaria, que en los cómics emergía como mentora de Maximoff. El noveno y último episodio de 'Bruja Escarlata y Visión' ha arrancado resolviendo ese misterio, tan simple como que Agatha había llegado a Westview atraída por el poder de Wanda, pero no para instruirla a dominarlo, sino para apropiarse de él. Aprovechándose de su arsenal de conocimientos sobre la materia, el personaje de Kathryn Hahn ha puesto contra las cuerdas a la protagonista, forzándola a darse cuenta del daño que está provocando en el pueblo en el que se ha establecido.
Wanda da la bienvenida a Bruja Escarlata
Wanda se da cuenta de que no puede perpetuar su fantasía y parece ceder a las exigencias de Agatha, desprendiéndose proyectil a proyectil de su magia del caos, pero la joven se guarda un as bajo la manga. Cuando Agatha empieza a recrearse, Wanda expone las runas que ha invocado en la barrera de Westview, invalidando los hechizos ajenos. Así derriba y absorbe la energía de su contrincante, emergiendo como Bruja Escarlata. Finalmente, Olsen se desprende del chándal para enfundarse el icónico traje de su personaje, pero el sentimiento de victoria se esfuma rápido. Mientras tanto, Visión combate contra la versión de sí mismo resucitada por Hayward. Este enfrentamiento resulta más estimulante que el de su esposa, ya que pone sobre la mesa el debate metafísico inherente al sintozoide, que termina por despertar la consciencia de su contraparte.
El simpa de Wanda
De vuelta a su ilusorio hogar, Visión y Wanda acuestan a Tommy y Billy mientras la cúpula roja se va cerrando paulatinamente. Cuando la barrera desaparezca, los constructos psicológicos de Wanda se desvanecerán, por lo que ese vistazo a través de la puerta es la despedida definitiva de sus hijos. Lo mismo sucede con Visión, cuya existencia está condenada a cesar, pero antes de que eso suceda ambos se funden en una de las mejores escenas de la serie, rebosante de emoción, que culmina la imposible relación establecida entre estos seres tan complejos y apasionantes. Al término de ese instante tan delicado se nos devuelve a la prosaica realidad del UCM, aquella en la que Wanda sale totalmente indemne tras haber secuestrado y maltratado psicológicamente a cientos de personas.
Wanda y Visión se despiden ¿para siempre?
Ahí reside el principal problema de 'Bruja Escarlata y Visión', en la incapacidad de asumir las consecuencias de los actos de Wanda, minimizando así el drama de un personaje con demasiadas aristas como para tratar de limarlas todas. De la misma manera, resulta decepcionante el desenlace de Agatha, que a pesar de su carismática presentación, cae en el saco habitual de villanos intrascendentes de Marvel. En menor medida, podríamos decir lo mismo de Jimmy y Darcy, cuya influencia se ha desplomado rápidamente, mientras que Monica sí que apunta a jugar un papel muy importante en el futuro, como apuna la primera escena postcréditos, que sienta las bases de lo que deberíamos ver en "Capitana Marvel 2". Y si somos un poco más pacientes, podremos ver la última escena de Wanda, que se encuentra aislada del mundo en una cabaña apacible, aunque bajo esa fachada de paz se esconde una nueva maquinación que dará sus frutos en "Doctor Strange in the Multiverse of Madness".
Un par de promesas para el futuro de este universo, que con 'Bruja Escarlata y Visión' ha demostrado que está por encima de todas las cosas. Hasta de sus propias producciones.